Las muletillas infectan el lenguaje, especialmente el habla, y a veces también la escritura. Algunas delatan la nacionalidad de quien las usa. Si cada tres o cuatro enunciados alguien larga “Vamos ...
El autor agradece el comentario cordial que un lector agudo le hizo acerca del “Fiel” 21, y que le da pie para insistir en el peligro de dar las cosas por sabidas, peligro sobre el cual no descart...
En el uso del lenguaje influye el gusto de cada quien, y las palabras tienen sabor. Emilio Ballagas comenzó su “Poema de la jícara” exclamando: “¡Qué rico sabor de jícara/ gritar: ‘Jícar...
Las evidencias sugieren escasa eficacia en quienes deben cuidar la calidad de lo que se imprime o se dice. Pero el lenguaje es mero adorno, y con pedazos de madera mal cortados no se hace un buen mueb...
Decir estadío corresponde a un estadio de la ignorancia, y esta, aunque sea mal de muchos, no debe consolarnos....
Una amiga curiosa —joven, inteligente y cubana de ley— le preguntaba al autor de esta nota por qué no suele usar diminutivos para nombrar a políticos estadounidenses. La respuesta es sencilla. E...
Tras un silencio nada premeditado, ni voluntario, esta columna vuelve a la liza, para recordar la importancia de las palabras, importancia que nadie ha de ignorar, y menos un profesional de la informa...
A muchísimas personas la pregunta les parecerá retórica, y con razón. Es sabido que José Martí echó sobre sus hombros esa revista para contribuir a formar a las nuevas hornadas de hijos e hijas...
Una crónica o un reportaje elevados lo son por sus propios logros, no porque se tenga el empeño de que parezcan páginas líricas. Ni siquiera hay que literaturizar a la literatura....
Por temor al aburrimiento el autor no quería seguir insistiendo en reprobar el mal uso de favoritismo como sinónimo de ventaja o superioridad, pero una lectora lo llamó para preguntarle por qué lo...