Francisco Rodríguez Cruz acaba de ser elegido para encabezar el ejecutivo ramal de la UPEC de la prensa escrita. Paquito, como lo conocen la mayoría de los colegas, reflexiona sobre los retos de la organización de cara al Congreso de la transformación.
CP: La prensa impresa ha sido una de las que más ha sufrido el creciente éxodo de profesionales, ¿qué puede y debe hacer la UPEC ante una situación tan compleja?
FR: Como organización profesional, tendríamos que dar prioridad a todo lo que contribuya a la motivación y estímulo de nuestros afiliados. Ante la situación de fuerte restricciones de recursos y el envejecimiento apreciable en las redacciones de la prensa impresa, tenemos que reinventarnos como delegaciones y abogar por que lo hagamos también como medios, con una progresiva vinculación con las nuevas formas de hacer periodismo, no solo por los contenidos, sino también en lo formal y mediante la multiplicidad de plataformas existentes.
“Habría que prestar mayor atención, además, a los jóvenes profesionales, e insistir en la urgencia de un vínculo más estrecho con la carrera de Periodismo de la Facultad de Comunicación. Todo ello sin olvidar que nos debemos a las generaciones más experimentadas que han sostenido nuestros periódicos y revistas hasta en las más difíciles circunstancias, por lo cual les debemos no solo reconocimiento, sino la búsqueda de incentivos y métodos que nos permitan contar con esa sabiduría y ejemplo el mayor tiempo posible, en las mejores condiciones de trabajo y de vida que puedan garantizar las direcciones de los órganos de prensa”.
CP: Los medios tradicionales han tenido en los últimos tiempos una fuerte competencia con los exclusivamente digitales, ¿crees que estemos llegando al principio del fin de la desaparición de los medios impresos?
FR: La evolución del periodismo indica que ninguna tecnología o formato de medios ha suplantado totalmente a sus antecesores. Muchos periódicos y revistas desaparecen en el mundo y también es muy probable que nos suceda en Cuba, pero la prensa impresa no desaparecerá como concepto. Si es casi seguro que ese tipo de medio se transformará en un producto más exclusivo, de mayor precio y, por tanto, con contenidos más selectos, o sea, cuyo valor no sea tanto lo informativo, sino la interpretación de fenómenos complejos, y las opiniones más prominentes sobre un tema o problema, para audiencias más especializadas o sensibilizadas con ese tipo de consumo cultural.
CP: ¿Cómo responder mejor a las audiencias en los momentos actuales, ante la avalancha descontrolada de medios digitales y la anarquía en la generación de cualquier contenido?
FR: La respuesta estará en la calidad y exclusividad del periodismo que les entreguemos a nuestros públicos. El capital simbólico que todavía conservan los medios impresos en el imaginario de la ciudadanía como fuente de información confiable y jerarquizada hay que defenderlo con análisis cada vez más profundos, rigurosos y problematizadores de la realidad. Que los escasos ejemplares que se imprimen contengan siempre trabajos periodísticos cuya originalidad, presentación atractiva y novedad en los enfoques distingan a cada periódico y revista. La prensa impresa no compite ya en inmediatez –en ese soporte-, pero sí puede hacerlo en hondura intelectual, en la develación de intervínculos entre los fenómenos sociales, económicos y políticos; y en ofrecer a sus lectores propuestas de un “orden” fundamentado en medio de esa anarquía posmoderna.
CP: A la Ley de Comunicación hay quienes le ven muchas fortalezas y otros muchas debilidades, ¿qué puede aportar este cuerpo legal en el entorno comunicacional cubano?
FR: La Ley no solo es una necesidad: es una urgencia. Permite establecer jurídicamente la naturaleza de las relaciones entre los distintos actores de la comunicación, y fijar prerrogativas y límites por los cuales abogamos desde hace décadas desde la Upec, ahora además en un contexto de transformaciones del modelo económico y social que tensa los nexos entre todos los componentes del sistema.
“La Ley más imperfecta que lográramos aprobar, sería superior a la que ahora tenemos: ninguna. Y la que se está proponiendo es lo suficientemente amplia y flexible para fortalecer el papel de instituciones y ciudadanía en el ejercicio de sus derechos y exigencia de sus deberes.
“Aportar, ya lo está haciendo, incluso antes de su aprobación, al poner el dedo en la llaga de las carencias, dificultades, riesgos, peligros y retrancas mentales que todavía existen alrededor de la comunicación, y en particular en la concepción de un sistema de prensa que intenta proponer una alternativa socialista al modelo hegemónico de prensa capitalista”.
CP: ¿Cómo lograr desde los medios y sus direcciones hace coincidir las agendas políticas, mediáticas y públicas?
FR: Sometiendo esas tres agendas a la crítica, mediante las herramientas profesionales del periodismo. Ni propaganda, ni perfiles estrechos, ni populismos.
CP: Se acerca el XI Congreso de la Upec, el de la transformación ¿Cuáles serán las prioridades de la delegación ramal de la prensa escrita para los próximos cinco años?
FR: Las prioridades de la delegación ramal las construiremos en colectivo. No es una plataforma o prerrogativa de una persona o grupo de ellas, sino que debemos conducir ese proceso de construcción–retroalimentación entre toda su membresía.
“Quizás la principal aspiración del nuevo Ejecutivo entonces sería latir con nuestra gente, identificar sus necesidades y hacer todo lo posible por responder a ellas. Acompañar a nuestros medios en la implementación de la Ley de Comunicación en lo que nos corresponda, y exigir su implementación en el resto de los eslabones que abarca.
“La Upec, y nuestra delegación ramal en consecuencia, debe incentivar y facilitar todas las propuestas e iniciativas que tiendan al cambio en el sistema de prensa, para fortalecer a la Revolución en la medida que seamos más creíbles y certeros con nuestro periodismo. Y tampoco estaría mal darnos un poco más de cariño, divertirnos con nuestra labor cotidiana, y salir con vida en el intento”.
Francisco Rodríguez Cruz concluyó la licenciatura en Periodismo en la Universidad de La Habana en 1993 con diploma de oro y como mejor graduado de su año; durante casi tres décadas ha escrito sobre temas económicos, sociales y políticos del acontecer nacional, fundamentalmente en el periódico Trabajadores, órgano del movimiento sindical cubano.
Su labor en el blog Paquito el de Cuba por más de diez años ha sido reconocida, por su activismo en favor de los derechos LGBTI, debates sobre el periodismo y otras temáticas sociales, económicas y políticas, empeño recopilado en un libro que salió a la luz en 2021.
Mantiene además una constante presencia en las redes sociales de Internet, con un sello personal caracterizado por el humor y la síntesis, que le ha permitido una elevada visibilidad e influencia.
Colabora igualmente desde hace más de una década con la revista informativa Haciendo Radio, de Radio Rebelde, en el espacio de opinión Palabra con Filo, el cual tiene también una sección en la edición digital de Trabajadores. Recientemente se unió también al programa Hablando claro, de la misma emisora.
Ha recibido numerosos galardones periodísticos, entre los cuales destacan el Premio Juan Gualberto Gómez y en los Concursos 26 de Julio y Primero de Mayo, así como el Premio Ramal de la Prensa Escrita Nacional Guillermo Cabrera, tanto por su obra en el periódico impreso, como en Internet. En 2021 volvió a recibir el Premio Ramal de la Prensa Escrita Nacional Guillermo Cabrera por su obra del año anterior, y nuevamente el Premio Periodístico Primero de Mayo.
Laboró cuatro años (1998-2002) en la Oficina Nacional de Administración Tributaria, como director de Asistencia al Contribuyente. Impartió docencia como profesor instructor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en la carrera de Comunicación Social para trabajadores, y en la licenciatura en Periodismo en el curso regular diurno, entre el 2007 y el 2012, así como en cursos y talleres de otras instituciones. Ha fungido como miembro de tribunales y oponente en actos de defensa de la licenciatura en Comunicación y en Periodismo.
Foto de portada: Maykel Espinosa Rodríguez