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El mercado cambiario en Cuba: Su papel y el financiamiento externo de la Economía Nacional

Ante la compleja situación económica que está enfrentando la economía cubana, en la sesión de la ANPP del 21 de julio se anunció por el Ministro de Economía y Planificación la adopción de 75 medidas “… dirigidas, entre otras cosas, a incrementar los ingresos en divisas y aumentar y diversificar las exportaciones.”[1]

Un grupo de estas medidas deben dar continuidad a la solución de aspectos no resueltos de la Tarea Ordenamiento, especialmente en lo referido al incremento de los flujos en divisas y la inflación que persiste en el primer semestre del 2022.

Como parte de las decisiones adoptadas, se informó el pasado 3 de agosto la reapertura del mercado cambiario como una vía para la obtención de divisas, tratándose en este caso de la que hoy circula a través de la economía informal y que no impacta en la solución de problemas esenciales para la población del país en las actuales circunstancias.[2]

Al explicar la medida, el Ministro de Economía y Planificación señaló que “…se trata de implementar un nuevo mercado cambiario (…) para la compraventa de divisas a la población con un tipo de cambio “económicamente fundamentado” y donde podamos trabajar con todas las divisas, incluyendo los dólares en efectivo”. De igual modo, se explicó que este sería un proceso gradual dada su complejidad y riesgos en estos momentos.

Esta decisión ofrece un conjunto de ventajas. En primer lugar, implementa “…una pieza faltante en el engranaje, en el mecanismo de funcionamiento de la economía.” que no se incluyó en la Tarea Ordenamiento.[3] En segundo lugar, permitirá la compra y venta de divisas al segmento de la población, el sector no estatal y los visitantes extranjeros mediante un mecanismo legal y seguro. Y en tercer lugar, se estimularán las transacciones internacionales mediante el envío de remesas por transferencias.

En el gradual establecimiento de este mercado cambiario se ha decidido comenzar por una fase en la que se compren divisas a la población, los visitantes extranjeros y el sector no estatal, pero sin transitar –por el momento- a la venta de divisas, ya que se parte de que el propio mercado cambiario –en su operatoria- sea capaz de generarlas. Este criterio se apoya en la constatación de que al país no le resulta posible desviar los escasas divisas disponibles de objetivos medulares –como es la compra de alimentos y combustibles- para nutrir el mercado cambiario.

Para lograr el objetivo de la primera etapa del mercado cambiario, se estableció una tasa de cambio de 120 pesos por USD, partiendo de la necesidad de crear un fuerte estímulo para la venta de divisas por parte de los participantes en ese mercado, al recibir una cifra superior de pesos que los que se ofrecen en la economía informal, pesos que –por otro lado- elevarían su poder de compra en moneda nacional al incrementarse el volumen de ventas en esa moneda en el mercado interno financiadas con parte de las divisas que se obtengan, suponiendo que no se incrementen los precios. Así el Ministro de Economía y Planificación destacaba “El éxito está en tener un nivel de oferta en moneda nacional que genere el incentivo de que las personas que posean divisas las cambien por pesos cubanos, porque con estos tendrán un nivel de consumo en el país.”

Esta lógica de funcionamiento se apoya en otro grupo de premisas que es necesario examinar a la luz de los riesgos que se asumen.

En primer lugar, no puede desconocerse que en todo el mundo el USD o el euro son monedas fuertes y actúan como monedas de refugio o reserva frente a monedas devaluadas, por lo que su venta al Estado en el mercado cambiario tendría que sostenerse con un estímulo muy fuerte para que tenga lugar realmente. En segundo lugar, actualmente existe un segmento del mercado cubano que vende en divisas convertibles (representa aproximadamente el 24% de la circulación mercantil minorista del país) y que –de mantenerse, siquiera temporalmente- demanda divisas para acceder al mismo, lo que puede inhibir su venta en el mercado cambiario estatal.[4] En tercer lugar, ante la reintroducción del mercado cambiario por parte del Estado, se intensifica la competencia del mercado informal, lo que ya se observa en que la venta de divisas en el mismo –según datos no oficiales- incrementó el precio de compra en moneda nacional un 7.5% en el caso del USD y del 5.7% en el caso del euro del 3 al 10 de agosto, con un aumento mayor en el precio de venta de la divisa sobre el crecimiento del precio de compra.[5]

Por último, el tiempo que tome para reflejarse en el mercado el incremento de la oferta en moneda nacional –sin incremento de precios- modulará el papel de este importante elemento como factor de estímulo para la venta de divisas al Estado por parte de la población. Si esto no ocurre en un plazo de tiempo razonable, la liquidez en moneda nacional, que se incrementa por la venta de divisas de la propia población, será un factor inflacionario, que puede agravarse si se produce adicionalmente un crecimiento de los precios en la economía no estatal que no pueden controlarse completamente.

Este último aspecto fue otro elemento no resuelto por la Tarea Ordenamiento, ya que la misma diseñó un aumento de precios que quedó por debajo de la realidad. En tal sentido cabe recordar que en la Asamblea Nacional de Octubre del 2021 se informó que “…los precios de los servicios de transporte y vivienda, y los alimentos tienen crecimientos muy superiores al 60% diseñado (…) la canasta de bienes y servicios de referencia alcanza su costo más alto en La Habana, con 3 250 pesos, y en las provincias orientales con 3 057, cuando su valor diseñado era de 1 528 pesos.” Todo esto ocurría con un déficit de oferta de 60 000 millones de pesos y que para que hubiera equilibrio monetario, el Estado debía recaudar el 92% del dinero en circulación, pero estaba recaudando el 67%.[6]

De este modo, el elemento que no ha tenido un tratamiento sistemático mediante un programa coherente es el tema de la inflación que sufre nuestra economía, lo que –además- tiene un vínculo muy directo con el funcionamiento del mercado cambiario.

Según la última información disponible, en el primer semestre del 2022 la inflación muestra que los precios al consumidor aumentaron un 28.86% hasta el 30 de junio, en relación a similar fecha en el 2021, pero con crecimientos superiores en Recreación y cultura (65.60%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (47.49%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (34.85%).[7]

La importancia de la reducción de la tasa de inflación fue retomada por el Ministro de Economía y Planificación en la Asamblea Nacional de mayo del 2022 cuando planteó “No hay manera de enfrentar los procesos inflacionarios si no enfrentamos la magnitud del déficit fiscal”.[8] También se refirió entonces a la necesaria atención a la población en condiciones de vulnerabilidad, específicamente en tres aspectos: Perfeccionar la identificación, selección y atención priorizada a las personas, familias, hogares y comunidades en situaciones de vulnerabilidad con protocolos integrales de actuación y frenar la reproducción de patrones de comportamientos negativos; evaluar los sistemas de bonos para las personas en situación de vulnerabilidad con vistas a controlar la emisión del efectivo en circulación y continuar consolidando el trabajo en los barrios.

No obstante los avances que se destacan en el tratamiento del fenómeno inflacionario, resulta indispensable aprobar un programa antinflacionario integral que incluya –además- otras medidas tales como la ya mencionada disminución del déficit fiscal y el incremento de la oferta de bienes y servicios, pero que adicionalmente implemente la elevación de las tasas de interés para los depósitos de ahorro en la banca, con vistas a propiciar la retirada de liquidez de la circulación, junto a la emisión de bonos de deuda pública para su venta a personas jurídicas y naturales, con tasas de interés igualmente estimulantes; revisar los mecanismos de formación de precios de productos y servicios del sector estatal y  crear un fondo de inversiones para las remesas –con participación del Estado- que permita cubrir objetivos de alta prioridad para la población, tales como construcción de viviendas, entre las medidas más importantes.

La creación gradual de un mercado cambiario es tarea de alta complejidad que requiere un monitoreo constante que permita verificar el cumplimiento de las premisas y condiciones en que se apoya, rectificando todo aquello que no se ajuste a las condiciones reales de funcionamiento del mercado monetario.

Por otro lado y para realizar el análisis en el contexto adecuado tomando en cuenta que una de las 75 medidas propuestas se dirige a elevar los ingresos en divisas, cabe examinar también –en paralelo- otras medidas para alcanzar ese objetivo, entre las que se incluye –especialmente- cómo restablecer de forma gradual, los flujos financieros externos que el país demanda, considerando que Cuba se encuentra en una situación de impago de su deuda externa desde el 2019, lo que ha provocado que se hayan cerrado líneas de crédito, incluyendo el crédito de proveedores y que se haya ralentizado la inversión extranjera directa, fenómenos que hoy es indispensable resolver para asegurar el funcionamiento adecuado de la economía.

En este sentido, resulta evidente que es necesario renegociar la deuda vencida y no pagada si se quiere destrabar el flujo de recursos externos que el país necesita, tanto por la vía de los créditos, como de la inversión extranjera directa tratándose de recursos que –por su volumen e importancia- constituyen un elemento de la mayor significación para el desempeño económico del país.

Para lograr este objetivo no basta con posponer pagos –lo que se ha logrado hasta el 2027 con diversos acreedores de Rusia y del Club de París-, sino que es preciso iniciar gradualmente erogaciones que permitan restablecer la confianza de los acreedores y poder acceder a líneas de crédito e inversiones actualmente inexistentes.

Lógicamente esa renegociación no puede partir de destinar un elevado nivel de fondos –de los que no disponemos- para liquidar los adeudos, pero si existe la opción de iniciar pagos con un mínimo de dinero líquido, experiencia que el país enfrentó durante los años más duros del Período especial y utilizar diversas variantes que son práctica común en otros países. Entre estas se encuentran el swap de deuda por inversiones;[9] la emisión de bonos de deuda externa que ofrezcan una garantía de pago a los acreedores con un documento que constituya un activo financiero negociable en el mercado; recompra de deudas con descuento de su valor nominal, de acuerdo a su cotización real en el mercado financiero;[10] pago de deudas reconvertidas a moneda nacional;[11] pago de deudas en especie, tanto en mercancías como en servicios y pago de deudas mediante compensaciones mutuas, entre las variantes más comunes que se emplean en la economía internacional.

La ejecución de estas variantes requiere adecuaciones para los distintos tipos de acreedores del país y suponen determinadas concesiones, tomando en cuenta que Cuba clasifica como país de alto riesgo[12]por las agencias internacionales que nos evalúan, pero existen alternativas posibles de aplicar.

La reapertura del mercado cambiario junto a un proceso que permita destrabar el financiamiento externo y la inversión extranjera directa mediante la renegociación de la deuda externa y la formulación de un programa antinflacionario, deben formar parte de un programa de estabilización macroeconómica que permita articular las diferentes medidas adoptadas en una estrategia coherente que posibilite reformular el Plan de Desarrollo Económico y Social 2030 como parte esencial para la planificación del desarrollo cubano a mediano plazo.

Agosto 10 de 2022.

NOTAS

[1] Ver “Aprueban nuevas medidas para recuperar la economía cubana” Julio 21 de 2022 www.cubadebate.cu

[2] Ver “¿Cómo se implementará el nuevo mercado cambiario en Cuba?” Agosto 3 de 2022 www.cubadebate.cu  En lo adelante, toda la información cuya fuente no se cite expresamente proviene de esta publicación.

[3] En el caso de la Tarea Ordenamiento se planteaba como objetivo eliminar la dualidad monetaria y cambiaria del país, por lo que suponía la no existencia de un mercado cambiario, al menos hasta que no se lograra estabilizar la economía y fortalecer la moneda nacional. Como se conoce, este objetivo lo logró alcanzarse.

[4] Al respecto el Ministro de Economía y Planificación señaló Hoy, probablemente, la demanda de comprar divisas es superior a la ofertahoy hay una demanda de divisas por la población, porque hay un consumo interno en divisas y una demanda para la emigración, que muy probablemente está por encima del nivel de oferta.”

[5] Ver “Tasa de cambio de monedas en Cuba hoy” Agosto 7 2022  www.eltoque.com

[6] Ver “Tarea Ordenamiento: La inflación minorista ha sido la principal desviación, afirma Marino Murillo” Octubre 27 del 2021 www.cubadebate.cu

[7] Ver ONEI “Indice de Precios al Consumidor. Junio 30 de 2022” www.onei.gob.cu

[8] Ver “Aprueban nuevas medidas para recuperar la economía cubana” Julio 21 de 2022 www.cubadebate.cu El déficit fiscal del presupuesto del 2022 alcanza 75 527 millones de pesos, incluyendo 12 657 millones de pesos en subsidios por pérdidas para empresas irrentables.

[9] Esta variante se empleo durante el Período especial para liquidar adeudos con inversionistas a los que se pagó dándole participación en inversiones que habían ayudado a ejecutar

[10] Hace algunos años determinados instrumentos de deuda cubana se cotizaron en el mercado al 13% de su valor nominal. Si esa deuda se hubiera recomprado, se pagarían realmente 13 centavos por cada dólar adeudado y para ello pueden gestionarse determinados créditos con ese fin.

[11] Esta variante resulta especialmente atractiva para inversionistas presentes en Cuba –que incurren en gastos en pesos cubanos en sus operaciones- siempre y cuando se les ofrezca una tasa de cambio atractiva para la operación.

[12] La calificación de la agencia Moodys más reciente es Ca, que significa economía de alto riesgo, estable. Ver “Calificación de la deuda de Cuba” Agosto 2022 www.datosmacro.expansión.com

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José Luis Rodríguez
Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.

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