Nota de la frustrada presentación en la Upec del documental «Gaza Fights for Freedom», que dejó entre colegas un intercambio casi tan rico como él.
Aunque un apagón eléctrico, en la sede nacional de la Upec, dejó solo en conversatorio lo que esperábamos fuera la mirada conjunta a su documental «Gaza Fights for Freedom» —«Gaza lucha por la libertad»—, la periodista y realizadora norteamericana Abby Martin recibió el rico brillo de resplandores que deja la solidaridad, cuando el reportero palestino Bassel Salem le dijo: «¡Gracias, hermana!».
Los pueblos tejen sus afectos. Así como Martin defiende en esa obra la heroica resistencia de los gazatíes contra la ocupación israelí y comenta en la Isla prohibida su respaldo a los cubanos; Salem, corresponsal en La Habana de la revista palestina Al-Hadaf, le recordó que, tan temprano como en junio de 1959, nada menos que el Che Guevara estuvo en Gaza para apoyar a los refugiados palestinos. Son los mismos senderos de la hermandad.
La anécdota ilustra el cauce de un encuentro de corrientes eléctricas especiales en el que Martin, acompañada de otros dos grandes amigos de Cuba —Manolo de los Santos, codirector de The People’s Forum y Benjamin Samuel Becker, editor jefe de Breakthroung News— fue acogida no solo por el presidente de la Upec, Ricardo Ronquillo Bello, por la vicepresidenta primera, Rosa Miriam Elizalde, y el vicepresidente Jorge Legañoa, sino por una espontánea representación de varias generaciones del gremio en Cuba.
Como se esperaba, la realizadora de los aclamados (Los) «archivos del imperio» no se anduvo con frases de bajo calibre, así que entre sus primeras afirmaciones estuvo la certeza de que el suyo es «uno de los países más difíciles para ser periodista». A seguidas, «lanzó» otra: Es un insulto que Estados Unidos se crea árbitro en cuanto a prensa libre y derechos humanos a la vez que reprime ambos, tanto en su territorio como en el resto del mundo».
Como ha demostrado en pantalla, ella sabe qué habla: en los últimos años, las sanciones contra Venezuela y Cuba hicieron imposible trabajar con teleSur dentro de Estados Unidos, al tiempo que todos los medios rusos fueron censurados y hasta las redes sociales sufrieron control semejante. «Censurar a los medios rusos —sostiene— es un insulto a nuestra inteligencia».
Como Bassel Salem, Abby Martin ve conexiones entre Cuba y Palestina: «Al igual que el cubano, el pueblo palestino vive bajo un bloqueo y una guerra informativa, que solo deja escuchar lo que quiere decir el Gobierno de Estados Unidos». Por eso, rebelde como es, la periodista se propuso en su documental «Gaza Fights for Freedom» que fuera escuchada la voz de los palestinos.
Las trabas vencidas no hicieron más que inflamar la leyenda de esta joven colega de progreso: «Fue muy difícil; hubo muchos inconvenientes en el camino porque era de los pocos periodistas norteamericanos que condenaba al Estado de Israel, cuyo Gobierno me castigó por «ser» agente de Irán».
Abby Martin se vio obligada a trabajar «del otro lado del bloqueo», en colaboración con periodistas palestinos. Al cabo, afirma tajante que en su país los grandes medios están capturados por Israel, una sentencia que calza con una anécdota digna casi de novela garciamarquiana: «Hay estados de la Unión en los cuales los periodistas son forzados a hacer un juramento de lealtad a Tel Aviv».
Al cabo, el documental fue difícil de presentar en Estados Unidos, pero una vez visto, y «reeeevisto», ha ayudado a cambiar la perspectiva sobre Palestina en ese país, el mayor aliado y protector del sionismo en el mundo. No en vano, en el intercambio se refirió la frase de que Israel es la más grande base militar norteamericana que se conoce.
De modo que esta colega ilustre de la izquierda internacional tiene elementos para condenar, como hizo, el «bloqueo criminal y genocida» de su Gobierno a los cubanos y para comentar, optimista, que la solidaridad y el trabajo que (ella y otros) emprenden ayudarán a elevar la conciencia de sus compatriotas para cambiar el panorama bilateral.
«Cuba tiene una situación parecida a Palestina: en Estados Unidos solo se escucha una perspectiva en torno a ella. Por eso prohíben los viajes de los norteamericanos a la Isla. Yo crecí oyendo la idea de “la dictadura”, pero cuando uno llega aquí es obvia la verdad de un pueblo que solo busca su propio camino».
Martin afirma que el Gobierno de Estados Unidos ha asumido contra Cuba una política punitiva; sin embargo, en los últimos 15 años se le ha hecho más difícil ignorar avances cubanos como los servicios médicos internacionales y las vacunas. «Hasta los medios corporativos tienen alguna vez que hablar de estas cosas positivas», acota al respecto.
Por otro lado, comenta, «la maquinaria de propaganda se mantiene fuerte contra Cuba: un tuit desde Miami se hace viral de la noche a la mañana, pero hay menos personas que creen en él». Es lento, pero ya ocurre: está cambiando la percepción del norteamericano sobre Cuba.
La realizadora trabaja actualmente en un documental —titulado «El gran enemigo del planeta» y que pudiera estar listo a inicios de 2023— con el cual denunciará al Pentágono como el contaminador más grande del mundo. Lo más impactante, según dijo, es que la gran mayoría de los estadounidenses no tienen ni idea de lo que hace al planeta, en su nombre, esta maquinaria bélica.
Todos lo vimos: Abby Martin es tan aguda como su obra. Nos dejó en la Upec una frase para encuadrar: «El anticomunismo es la religión no oficial del Gobierno norteamericano», pero también, optimista al fin, nos dejó también una de esas ideas que tanto necesitamos oír de personas respetables: «La gente se ha dado cuenta de que el capitalismo es un callejón sin salida; por tanto, no dependemos de los grandes medios corporativos para compartir ideas».
Claro que el suyo es un optimismo con alertas: hay al alcance mucha energía joven en Estados Unidos, pero se debe luchar porque también las fuerzas reaccionarias pretenden capturarlas.
Más de un colega cubano le preguntó sobre el valor requerido y los peligros del periodista de izquierda en el país más reaccionario del mundo. Ella no mostró reparos en admitir que da miedo ver lo que sucede a periodistas como Julian Assange por exponer los crímenes de la Casa Blanca.
«Las tácticas contra nosotros radican en desacreditarnos y marginalizar nuestras voces; en atacarnos desde los medios corporativos, que lanzan la idea de que somos antisemitas, simpatizantes de dictaduras o agentes extranjeros. Sé que ellos estarían dispuestos a “ir más lejos”, pero en nuestra profesión no podemos tener miedo. Me choca que no haya más personas que asuman este trabajo».
Sobre el panorama político de su país, en particular sobre el horizonte electoral que se vislumbra, Martin admitió que, pese a no ser él «el antimperialista que todos hubiéramos querido», no hay otro Bernie Sanders esperando en esta obra. Ella reconoce que, ante la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca sintió cierto optimismo en torno al tratamiento a Cuba, pero ya se vio que no… el demócrata mantuvo «las sanciones sádicas de (el republicano) Donald Trump».
En su opinión, la mitad del electorado estadounidense no vota, está desconectada del sistema político porque este no tiene nada que ofrecer. Ante ese panorama, «la única esperanza de la izquierda es movilizar la resistencia del pueblo en las calles».
Compartimos el enlace al documental en nuestro canal de Youtube: Gaza lucha por la libertad, de Abby Martin
Abby bella mujer y excelente periodista, que quiere mucho a Cuba y los cubanos, al igual que sus compañeros, salud para todos ellos.