La atención a quienes se enferman es, y ha sido durante casi toda su vida, el encargo mayor del Doctor Jorge Pérez Ávila. De sus 76 años, ha dedicado casi 50 al ejercicio de la Medicina, a estar al pie de la cama del paciente; también, a su asistencia en la percepción del padecimiento que le aqueja, y como investigador acucioso de incógnitas que desafían el desempeño de esta ciencia.
En su etapa como director del Sanatorio de Santiago de las Vegas para Seropositivos al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Enfermos de SIDA, entre 1989 y 2000, la labor científica del Doctor Jorge Pérez trascendió en buena medida al entorno mediático. Porque, desde los predios de aquella instalación gozó de gran prestigio entre los ingresados —y egresados luego— y porque su impacto en el manejo médico y social de la enfermedad obró que su nombre esté definitivamente ligado a los resultados obtenidos en este terreno en Cuba.
De aquellos 12 años al frente del Sanatorio le quedaron, sin dudas, experiencias muy enriquecedoras estrechamente vinculadas al ejercicio de la medicina del cuerpo y del alma. Muchas de ellas han sido narradas por él mismo en sus dos libros SIDA: Confesiones a un médico y Nuevas confesiones a un médico.
Pero quizás, entre los saldos más importantes de su entrega en aquel período está el haber sido el precursor del tránsito al régimen ambulatorio de las personas con VIH, iniciado en el país a fines de la última década del siglo XX. También, su incidencia puntual en la humanización de la enfermedad, al ubicar sus complejidades en numerosos espacios del entorno social, incluidos los medios de comunicación.
No es preciso ahora —que el Doctor Jorge Pérez está entre los diez eminentes científicos cubanos a quienes les ha sido otorgado mediante decreto presidencial el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba— recorrer todos los ítems de su curriculum vitae.
Sin embargo, algunos pudieran resumirse en lo antes mencionado y en sus contiendas en Angola, la lucha contra la Malaria, el Dengue, el Zika, el Cólera, las epidemias de H1N1, su labor al frente del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (y su larga trayectoria dentro de la institución a partir de 1978), así como haber sido parte activa en la preparación de nuestros médicos para combatir el Ébola en África occidental y, en los últimos meses, la asesoría en la atención a los enfermos de Covid-19.
Mucho aprendió el Doctor Jorge Pérez sobre las enfermedades tropicales en la década de los 80 con quienes venían de África infectados por diferentes patologías. Y luego, en las universidades de Liverpool, Londres, Chicago, Cleveland y Tanale, Gahna —donde estuvo presente por encargo del Profesor Kourí y mediante el Tropical Disease Research, un programa especial de la OMS para la investigación en ese campo, dijo en 2015, en una entrevista publicada por la revista Juventud Técnica.
“A la cabeza de las investigaciones que respaldaron la certificación de los medicamentos antirretrovirales de fabricación nacional contra el VIH, que aplicados desde el 2001 consiguieron detener la mortalidad provocada por esta infección, estuvo el doctor Jorge Pérez, quien asimismo encabezó los estudios clínicos de las tres vacunas contra el virus que se han formulado en Cuba. La última, de perfil terapéutico”.
Desde hace cinco años es Profesor Adjunto del Departamento de Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, New Orleans, Estados Unidos, nombramiento que le han renovado hasta junio del 2022. Igualmente, es miembro de la junta Asesora del Departamento De Salud Global y Enfermedades Infecciosas de la estadounidense Universidad de Harvard, Boston, Massachusetts.
El Doctor Jorge Pérez Ávila —ejemplar también en la comunicación social de la ciencia—, merece con creces esta distinción honorífica que asimismo reciben Gerardo Enrique Guillén Nieto, Eulogio Pimentel Vázquez, Marta Ayala Ávila, Vicente Guillermo Vérez Bencomo, Yury Valdés Balbín, Dagmar García Rivera, Belinda Sánchez Ramírez, Tammy Boggiano Ayo y Eduardo Ojito Magaz. (Publicada en Cuba en Resumen).
Hola hoy fui a la feria del libro y tuve el gran placer de adquirir la edición del libro Nuevas confesiones a un médico del Drt José Pérez Ávila y me he quedado encantada. Quisiera felicitar tanto al Drt como a todo el personal que tuvo la maravillosa idea de trabajar en este libro. Gracias por dejarnos llevar y sentir como nuestro a través de cada lectura los sentimientos de todas esas personas y sus familiares. Es un trabajo de mucho amor, dediación y compromiso. Muchas Gracias Dtr José Pérez Ávila por su maravilloso trabajo. Le deseo un mundo lleno de vida y salud. Su admiradora. Doris Idania García Rodríguez