“Resistir no es aguantar”. Desde esa idea la periodista y comunicadora popular cubana, Paula Companioni, figura la resistencia. Una resistencia que no aguante la arremetida hegemónica sino que “sea capaz de construir otros modos de pensar y de pensarnos la comunicación, los matrices editoriales de nuestros medios”. Una auténtica resistencia que represente a los sectores populares “que también están resistiendo a lo largo y ancho de nuestro continente”.
Paula Companioni es la primera en hablar de los tres participantes en el panel “Periodistas en resistencia, medios, poder y contrapoder en América Latina”, coordinado por la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y el Capítulo Cubano de Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, con motivo a la Jornada por el Día de la Prensa Cubana.
A las 10:00 a.m. de este miércoles y a través de una transmisión en vivo por la página en Facebook y el canal en Youtube de Cubaperiodistas, la vicepresidenta primera de la Upec, Rosa Miriam Elizalde saludó, en su rol de moderadora, a los otros dos panelistas: el investigador y escritor argentino Javier Tolcachier y el periodista salvadoreño Leonel Herrera.
Aunque como dijo Rosa Miriam, recientemente reconocida con el Premio Nacional de Periodismo José Martí, “tardaríamos años en esbozar algunas ideas claras del qué hacer, y tratar de fundar un diagnóstico de los grandísimos problemas del periodismo en la región”, durante la hora de conversación, el encuentro virtual dilucidó algunos elementos clave de la batalla comunicacional liderada por los movimientos progresistas en América Latina y el Caribe.
Para Companioni, quien habla desde Colombia, donde actualmente es editora de la Agencia de Comunicación de los Pueblos Colombia Informa, se trata de entender la comunicación desde los puntos de vista de los sujetos que narran sus propias historias y sus resistencias.
Javier Tolcachier, es investigador en el Centro Mundial de Estudios Humanistas y en el campo periodístico ha colaborado en la puesta en marcha de la agencia internacional de noticias “Pressenza”. Paradójicamente, comienza su intervención obviando ese currículum y se presenta como un avergonzado, por “hablarle al periodismo cubano de resistencia, que ha soportado más de seis décadas de agresiones, bloqueos y una demonización del relato periodístico comunicacional permanente”.
El punto de arrancada para su intervención está en las palabras de Rosa cuando aseguró que a los problemas históricos de la prensa contrahegemónica se suma una revolución sociotecnológica intervenida por visiones del mundo, y por concepciones muy semejantes capaces de consagrar la economía del mercado, la rentabilidad, el lucro y esas mantras de la era digital que de manera obsesiva y neurótica nos imponen.
De ahí que Tolcachier comience a hablar de Argentina y cómo el nefasto período neoliberal protagonizado por la dictadura del Gobierno de Mauricio Macri marcó al periodismo de la nación.
“Ese periodo significó limpieza ideológica, revisión de los perfiles de los periodistas y comunicadores en redes sociales, prohibición de investigaciones, espionaje masivo como el vivido durante la cumbre del G-20 y la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Buenos Aires”, dice, y señala en ese triste recuento la gestión de Macri al posibilitar la fusión de los grandes conglomerados de medios con los servicios de telefonía e Internet, lo que determinó la construcción de un bloque monopólico muy complejo.
Como alternativa a ese monopolio, Tolcachier no deja de mencionar “el bloque de resistencia en el que se unieron los comunicadores populares argentinos”. Fue así como se reactivó un gran movimiento llamado la “Coalición por la comunicación democrática”, fundamental en el Gobierno de Cristina Fernández para lograr una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en 2009.
La Coalición —asegura el investigador argentino— permitió construir “un relato de unidad en la diversidad, que dejó de lado las diferencias del campo de las izquierdas” y permitió derrotar al blindaje mediático del macrismo hasta conseguir su derrota en 2019.
Desde El Salvador, interviene el tercer invitado, Leonel Herrera, presidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica de ese país, y de la Asociación de Radios Comunitarias, con presencia en 17 naciones de América Latina, quien expuso algunos de los obstáculos a los que se enfrenta el periodismo alternativo comunitario.
“La prevalencia de modelos mediáticos concentrados” es una de las limitaciones, porque los medios de ese conglomerado hegemónico “están al servicio de las élites oligárquicas que excluyen a los medios comunitarios”, un esquema —enfatiza Herrera— que se repite en el mundo con los algoritmos de funcionamiento de las redes sociales.
El segundo obstáculo está —de acuerdo con el investigador— en la idea de que el periodismo debe ser neutral, imparcial y objetivo; una perspectiva, dice Leonel Herrera, falsa y manipulada tras la que se esconden los intereses corporativos.
“La desinformación, el auge de noticias falsas, unido a la prevalencia de gobiernos autoritarios, intransparentes, que no rinden cuentas y bloquean el acceso a la información en nuestros países, y las carencias que enfrentan los medios comunitarios, relacionadas con recursos, equipos técnicos y capacitación”, son las tres dificultades que el periodista salvadoreño incluye en su análisis.
-¿Qué les dirían ustedes a quienes proponen como solución para los problemas del periodismo en la región el hecho de naturalizar la propiedad de los medios de comunicación en muy pocas manos?, esa es la pregunta con la que Rosa Miriam interpela a los panelistas.
Y bajo la premisa de responder, Paula Companioni dice que es necesario “sacar la violencia de la política”. Esa frase común en Colombia también le sirve para afirmar que los medios de comunicación no deberían constituir herramientas para la difusión del odio y de la defensa del sistema de dominación capitalista actual.
En Colombia-explica-los principales medios están en el poder de siete familias adineradas que utilizan la comunicación para respaldar sus considerables poderes económicos.
Tolcachier cree que en Latinoamérica se debe luchar aún más por la instauración de leyes democráticas, que aún “debemos abogar por una alianza público-comunitaria que contrarreste la hegemonía mediática”.
Para Leonel Herrera, una de las soluciones está en continuar defendiendo a la comunicación como un derecho y al espectro radioelétrico como un bien público, cuyas frecuencias sean distribuidas de manera transparente.
Los panelistas han cuidado rigurosamente el tiempo de sus intervenciones. Al margen de la hora de conversación todos coinciden en ideas que funcionan como cierre para este encuentro y como deberes de la práctica profesional en la región: construir un discurso propio desde nuestros pequeños espacios de producción, fortalecer la conciencia crítica de las comunidades y unir nuestros objetivos bajo una misma causa capaz de fundarnos la nación regional común de la que estamos urgidos.