I
Han transcurrido ya dos meses del 2021 en la evolución la economía cubana, que ha evolucionado en un entorno exterior que difícilmente pudiera imaginarse más complejo.
En efecto, el bloqueo de EE.UU. continúa sin modificaciones y la revisión de la política hacia Cuba anunciada por la nueva administración norteamericana, aún no da señales que supongan una modificación del mismo.
Por el momento, únicamente han comenzado a manifestarse opiniones de aquellos que se muestran a favor de un cambio en las relaciones entre EE.UU. y Cuba. Así el Cuba Study Group, (CSG) que se dice agrupa intereses de la comunidad cubanoamericana con posiciones moderadas, ha emitido un documento en el que se reflejan las opiniones de cómo –en esencia- retomar el camino emprendido por Obama en 2014, incluyendo medidas del soft power dirigidas a modificar el régimen político en nuestro país por otros medios.
El politólogo Jesus Arboleya ha destacado al respecto “El objetivo manifiesto del CSG es avanzar en la plena normalización de las relaciones entre los dos países, hasta eliminar los obstáculos que hoy lo impiden, como el bloqueo económico y otros temas en disputa, así como garantizar la resiliencia de esta política frente a las coyunturas electorales norteamericanas.”
Más adelante señala “Aunque el CSG asegura que sus propuestas no aspiran a promover un cambio de régimen en Cuba, es difícil suponer que éste no es el interés real de la mayoría de sus miembros.” No obstante, como señala Arboleya, “…el CSG constituye la única alternativa visible para colocar el tema del mejoramiento de las relaciones con Cuba en la agenda electoral miamense y enfrentar el predominio de la extrema derecha en el seno de esta comunidad.”
Por otro lado, 80 congresistas demócratas han solicitado hace solo unos días al presidente norteamericano que revierta las políticas de Trump hacia nuestro país. También sigue su curso el litigio de varias compañías de cruceros con vistas a lograr la autorización para tocar los puertos de la Isla en sus recorridos por el Caribe, al tiempo que enfrentan las demandas derivadas de la Ley Helms Burton. Por último, no se ha cumplido el requisito de notificar al Congreso de EE.UU. para una posible retirada de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, lo que requiere una acción por parte del ejecutivo en un período de 45 días previos al análisis del tema.
De este modo, hasta el momento no hay un pronunciamiento del presidente de EE.UU. sobre modificaciones en las relaciones con Cuba, ni de cancelación de ninguna de las 242 medidas adoptadas por Trump, por lo que el bloqueo continúa golpeando sin cambio alguno contra nuestro país.
Paralelamente, la dinámica de la economía mundial muestra en los meses transcurridos movimientos –como promedio- no favorables en lo concerniente al comercio exterior cubano. En primer lugar destaca el incremento en tres veces de los fletes marítimos en relación al año anterior, lo cual crea dificultades para la expansión del comercio internacional especialmente en los vínculos con los países de Asia.
Por su parte, el precio de los productos básicos presenta incrementos nuevamente en casi todos los renglones. Para Cuba resulta significativo que los precios del níquel aumentaran puntualmente entre enero 4 y marzo 1º un 7%; y el azúcar crudo mantuvo el precio en torno a 16 centavos. Sin embargo, el barril de petróleo WTI se incrementó hasta 61.95, para un crecimiento del 26.7%. En cuanto a los alimentos, según la FAO, los precios continuaron ascendiendo en los últimos 9 meses y los de febrero del 2021 fueron un 26.5% más altos que el mismo mes del año anterior. Así por ejemplo, solo en este año el precio de la harina de soya creció un 42.1%. Estas tendencias ilustran claramente la urgencia de incrementar las exportaciones y de sustituir la importación de alimentos, al tiempo que se ahorre al máximo los combustibles.
Desde el punto de vista de las finanzas externas, se continúa pronosticando para la economía mundial una tendencia recesiva en la inversión extranjera directa, con una disminución entre 5 y 10% sobre el 2020.
Por otra parte, la crisis de la COVID 19 impuso para muchas economías una elevación significativa en su nivel de endeudamiento, que se estima alcanzaría el 342% del PIB al cierre del 2020. Frente a esta situación los paquetes de alivio para el pago de la deuda dirigidos a los países subdesarrollados no han dado los resultados esperados y en el 2021 no se descarta una crisis de endeudamiento generalizada, en especial para los países más pobres.
En resumen, esta compleja situación internacional ha continuado incidiendo en el desempeño de la economía cubana en los primeros meses del presente año, en un contexto donde no se ha logrado controlar el rebrote de la pandemia y se enfrenta la reunificación monetaria y cambiaria como una de las tareas económicas más complejas de la Revolución.
(Continuará)
Ciertamente, la crisis y la brecha económica agudizadas por la plandemia, han afectado de manera severa a las economías occidentales, en particular, las de América Latina. Los expertos, sólo hablan de recesión económica y se niegan a reconocer que la situación es más parecida a una depresión. Esos mismos expertos, que durante décadas, defendieron e impulsaron las nefastas políticas neoliberales y globalizadoras, -que, en esencia, son las que nos han llevado a este desastre- y se negaban rotundamente a aplicar políticas keynesianas, hoy, sin ruborizarse, abogan por la intervención del Estado para que salve sus mercados. Mientras, Cuba, sigue luchando sola, enfrentando una crisis a la cual hay que sumarle el criminal bloqueo económico y la hostilidad política de muchos gobiernos occidentales, dimensión que no suelen reconocen los expertos en sus análisis. Sin embargo, en este escenario, Cuba ha sido capaz de aportar con sus propios recursos, su sistema de salud y brigadas médicas, a la lucha contra la pandemia en varios países del mundo, algunos de ellos, desarrollados.