Todavía no habían gaseado ni golpeado en cámara a los periodistas locales y extranjeros, todavía no los había acusado de “sediciosos” y la Ministra de Comunicación del golpismo en Bolivia, Roxana Lizárraga Vega, mentía flagrantemente.
En su primera entrevista a la televisión no mencionó las violaciones a la libertad de expresión en su país, ni al gorilato que masacraba en ese mismo instante a su pueblo en las calles. Habló de Cuba y mintió no una, sino tres veces.
Mentira I
Dijo que “se va a entregar información importante sobre grupos irregulares en Bolivia a la cabeza de Cuba con el Embajador conocido como El Gallo Zamora”. Hasta este minuto, que sepamos, esa información no se ha entregado. Primera declaración. Primera mentira
Acto seguido mencionó a Maura Isabel Juampere Pérez, la esposa de Carlos Rafael Zamora Rodríguez, el embajador de Cuba en Bolivia.
“Maura (la llamó por su nombre de pila) quien es una especialista en inteligencia y en grupos de coche. Es una de las causante por ejemplo, de la agresión que sufrió el rector de la Universidad de San Andrés, es una de las personas que preparan esto, prepara los grupos de choque, prepara gente infiltrada (sic)”.
Conozco a Maura. Es una madraza cálida que ha protegido a cuanto periodista cubano ha pasado por los países donde Zamora ha sido Embajador, y no me la imagino agrediendo a nadie, ni metida en un zafarrancho en Bolivia, no solo por su natural bondad, sino porque jamás ha estado en Bolivia.
Fuentes de la Dirección General de América Latina y del Caribe de la Cancillería cubana lo corroboran: “Estamos sorprendidos con esta acusación tan grave basada en una mentira. Lo primero es que Cuba no se inmiscuye en asuntos internos de Bolivia, ni organiza actos violentos o de otra índole que tan siquiera rocen con la política interna y que no se ajustan al cumplimiento de las obligaciones de la Convención de Viena de Relaciones Diplomáticas. Puedo asegurar que Maura Juampere nunca ha viajado a Bolivia ni desde que su esposo ocupó el cargo de Embajador en La Paz, ni antes.”
Es un hecho muy fácil de contrastar. “Usualmente los cónyuges cumplen misión juntos, pero en este caso específico Maura no ha podido viajar a La Paz por problemas de salud. Esto es una vulgar fabricación. Una declaración irresponsable de las autoridades actuantes”, confirma el funcionario, con quien hablo en medio de las enormes tensiones de estos días, con el añadido del acoso a la Brigada Médica cubana en Bolivia.
“Di que eso eso es leyenda urbana, puro lirismo”, me dice por teléfono Maura, a quien puedo llamar por su nombre de pila y sé que padece de tensión arterial. Fueron sus médicos quienes le recomendaron no viajar a La Paz.
Pruebe lo contrario, señora Ministra.
Mentira II
Una Ministra que aún no había entrado a su oficina, ni disponía de fuentes oficiales, utilizó información no contrastada que circula en redes y se apropió de los principales mensajes de la campaña contra la cooperación médica cubana Cuba. Lizárraga se transmutó en Mauricio Claver-Carone, responsable de América Latina y el Caribe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Sus palabras fueron las que él, aburridoramente, dice y hace repetir en los Bolsonaros y bolsonaritos (bolsonaritas) de este mundo.
“Dentro de los médicos que entran de Cuba, algunos son médicos, pero la mayoría son agentes de inteligencia, que entran a las comunidades para ideologizar a las personas, a darles líneas, el famoso lavado de cerebro, se tiene datos de que mucha gente de las que ingresan con estos médicos, no sólo lo hacen para prepararlos, si no para hacer este lavado de cerebros (sic)”, dijo la Ministra, muñeco del ventrílocuo Carone.
En Bolivia prestan servicios más de 700 profesionales de la salud, de los cuales 405 son médicos de 32 especialidades como Medicina General Integral, Pediatría, Medicina Interna, Ginecología y Obstetricia, Anestesiología y Reanimación, Oftalmología, Cirugía General, Ortopedia y Traumatología, Medicina Intensiva y Emergencia, Neonatología y otras especialidades, asegura el Ministerio de Salud Pública de Cuba.
El resto son licenciados en tecnología de la salud -imagenología y endoscopia, electromedicina, laboratoristas clínicos, rehabilitadores y otros especialistas, al igual que personal encargado de logística como chóferes, auxiliares de limpieza y cocina, estadísticos y personal administrativo. Son graduados en universidades y politécnicos, tienen sus títulos. Muchos han ofrecido sus servicios en otros países y su trabajo ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud. ¿Dónde están las pruebas de que sean agentes de inteligencia o cualquier otra cosa?
Pruebe que Mauricio Claver Carone no le habla al oído, señora Ministra.
Mentira número III
“Identificamos a la Embajada de Cuba llamando a la confrontación (sic)”, dice la Ministra.
Presente una prueba, señora Ministra. Una sola.