(Palabras de Roberto Chile al recibir el Premio Nacional de Periodismo José Martí)
Quiero decir unas palabras que había escrito cuando alguien me dijo que debía decir unas palabras pero no lo tenía en mi mente. Recibo también este premio que es de mi esposa, mi madre, mi hermano, mis hijos, toda mi familia, con humildad y gratitud.
La vanidad no halla rincón en las almas buenas, la gratitud es la más noble de las virtudes, amor con amor se paga, y esta distinción que hoy me otorga la Upec es por encima de todo un gesto de amor.
El premio trae alegría pero no descanso, aunque me fallen los brazos, las piernas, el camino se empina, se agriete, mientras vibre mi corazón y no se apague esta mirada, seguiré dando lo mejor de mí por mi Patria y por mi pueblo.
Doy las gracias a Fidel, a su compañera Dalia, a sus hijos, sus escoltas, a sus colaboradores más cercanos, a mi equipo de trabajo, Salvador, Matos, Diago y muchos otros; a Chomy, a Pedro Álvarez Tabío, a Frank Fernández y a muchos otros artistas, a mis compañeros del Consejo de Estado, de la prensa y de la Patria, en fin, a todos los que han estado junto a Fidel y nuestro pueblo en todos estos años de Revolución.
Por favor, no dejemos que ninguna dificultad en la vida nos amilane y nos detenga y sigamos todos unidos luchando por este pueblo y por este país hasta la victoria siempre. ¡Viva Fidel!