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¿Cómo el cuerpo se revela contra el teléfono móvil?

A pesar de las múltiples ventajas de los teléfonos celulares y las nuevas tecnologías para la vida moderna, estos equipos también han comenzado a afectar la salud humana, especialmente en los niños, adolescentes y jóvenes quienes los utilizan excesivamente y hasta se tornan dependientes de ellos.

Ya se sabe que esas pantallas perjudican el desarrollo intelectual, la motricidad, la afectividad y las habilidades sociales de los menores; además de que interfieren en el sueño, aumentan la obesidad y la miopía, entre otros perjuicios a la salud.

Pero el exceso de horas de consumo de las nuevas tecnologías  daña, asimismo, el sistema ostiomioarticular. “Las posiciones inadecuadas traen consigo el aumento de algunas curvaturas en la columna, ya se han hecho congresos donde se describen patologías derivadas de este consumo excesivo”, comentó a Escambray el doctor Eduardo Rodríguez Mursulí, jefe del servicio de Ortopedia Pediátrica en la provincia de Sancti Spíritus.

Y agregó. “Es difícil; a veces llegan aquí y tienes que decirles, tanto a la madre como al niño: ‘para el teléfono, que estamos en una consulta’, porque es tanta la adicción a las nuevas tecnologías que no prestan atención al examen físico ni a lo que les estás explicando. En los pases de vista (en salas de ingreso) también tenemos que detener el uso de los teléfonos”.

Las afectaciones que estos dispositivos provocan en las áreas del cuerpo —relacionadas con la especialidad de Ortopedia por las posturas inadecuadas y el déficit de ejercicio físico—, incluyen dolores de espalda, crisis de cervical y aumento de la cifosis o curvatura de la columna vertebral, por solo citar algunas.

“De igual modo, estamos viendo patologías por hipotonía (bajo tono o debilidad muscular), niños que ya no juegan, no practican deportes, que son extremadamente pasivos, con una masa muscular que no es la que tenían los muchachos a esa edad hace 20 años, porque en aquel entonces jugaban, saltaban, corrían. Se han perdido los juegos tradicionales. Ahora todo es encerrado en un cuarto con las tecnologías y con eso piensan que les están haciendo bien a los hijos, pero no es así”, reflexionó el especialista.

“Hay que tratar de poner un orden en este consumo excesivo de las tecnologías, limitarlo, afecta el desarrollo psicomotor de los niños. Muchos padres las ven como la única forma de que ellos estén tranquilos; sin embargo, el desarrollo armónico del sistema ostiomioarticular que está inmaduro, en formación, lo deterioran estas posiciones repetitivas, viciosas y mantenidas”, aseguró.

Esa realidad demanda, en no pocos casos, tratamientos fisioterapéuticos para corregir total o parcialmente el daño provocado, sobre todo en los músculos del cuello y occipitales, los huesos de la muñeca y los nervios que transcurren en el túnel del carpo.

“En el tratamiento de estas dolencias en la edad pediátrica la reversibilidad del daño depende del momento en que se diagnostique el padecimiento, de lograr los necesarios cambios posturales en el paciente y, en particular, de cambiar la mentalidad de los padres”, concluyó el galeno.

Tomado del periódico Escambray

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