Palabras de presentación del libro
Fue en los primeros meses de 2018 cuando comencé a hacer estas entrevistas. El propósito inicial fue la realización de 20 audiovisuales televisivos que “atraparan” en pocos minutos las esencias de la vida de igual cantidad de colegas que ostentan el Premio Nacional José Martí por la Obra de la Vida, sobre los cuales poco conoce el público general, a diferencia de lo que ocurre con protagonistas de otros ámbitos de la actividad humana como la cultura y el deporte.
Este proyecto, impulsado por Rosa Miriam Elizalde, se hizo realidad unos meses antes del X Congreso de la Upec, cuando fueron publicados en la televisión nacional y en las redes sociales las dos decenas de materiales realizados por la cineasta Daniela Muñoz Barroso. Pero aquel no fue más que un punto de partida. Un año después, Roberto Chile asumió la ejecución de otros ocho.
Para llevar la mayoría de estos diálogos a una versión escrita no bastaba, sin embargo, con lo recogido en las filmaciones. Así que más tarde —o a veces con poco tiempo de diferencia entre las grabaciones de los audiovisuales y la redacción de los textos— acudí a la mayoría de los entrevistados, los atormenté con recurrentes llamadas telefónicas y nuevas visitas a sus casas, con mensajes que inquirían en detalles de sus vidas.
De esa manera, el propósito de conformar este libro se independizó del proyecto de los audiovisuales y por eso algunas de las entrevistas que ahora aparecen en el volumen fueron hechas solo para la versión escrita. Tal empeño, que ya estaba a medio camino, se hizo más firme con el impacto de la Covid 19 en el país y las limitaciones que impuso en términos de contactos sociales.
La cifra de 29 entrevistas comprende, por tanto, el resultado de diálogos e indagaciones realizadas en diferentes contextos, y a través de medios como el correo electrónico y el whatsapp. A la vez, el libro no compendia todas las entrevistas concluidas o formuladas, debido a los límites en número de páginas que impone el sistema editorial, de acuerdo con el soporte para el que fue concebido el libro.
En este ejercicio de entrevistar y entrevistar a una buena parte de los miembros de este grupo de profesionales de la prensa, fui hallando disímiles puntos de contacto en sus historias de vida, recurrencias a personajes del periodismo nacional de distintas épocas, convergencias en sus prácticas y en tiempos y espacios. Dicho en clave informática, el libro transparenta toda una malla de hipervínculos.
Este tejido, con más de 300 páginas, apunta a que Anatomías del periodismo cubano sea un recuento —otro— de la historia de la profesión en el país, narrado desde el origen, las motivaciones y circunstancias que han marcado la existencia de cada uno de los entrevistados.
Sin soslayar los contextos, no he pretendido condicionar estilos, modos o ideales en el ejercicio del periodismo en el país a los acontecimientos sociales que han caracterizado una u otra época. La huella del entorno en la actividad humana es indiscutible, pero preferí indagar más en los cómos, porqués y génesis individuales de esta pasión que llaman periodismo, en la que de una u otra manera todos desembocamos. Tal es el fundamento del título.
Mi propósito fue siempre, escuchar sin interrumpir, uno de los disfrutes que aprecio en la entrevista como género periodístico y como medio para aproximarme al universo inconmensurable de la mente humana.
Desde esa mirada, tal puede ser el aporte que hacen los entrevistados a la historia del periodismo cubano, pues sus confesiones revelan pormenores y convergencias muchas veces imposibles de advertir cuando los hitos de sus vidas aparecen publicados en medios y momentos diferentes.
Anatomías del periodismo ha sido entonces un andar profundo por la savia de estos 29 colegas (lo cual ya es un desafío), por los fundamentos que la Unión de Periodistas de Cuba ha considerado a la hora de distinguir a profesionales de larga data en el oficio —y a algunos de menos edad, pero que también lo han merecido—, y la oportunidad de conocerlos personalmente. Aunque solo fuera por esto último, les doy las gracias.
Dedico especialmente este libro a quienes aparecen en Anatomías del periodismo cubano y hoy no pueden estar en esta sala: Hugo Rius Blein, Elio Menéndez García, Rolando Pérez Betancourt, Marta Rojas Rodríguez, Isabel Moya Richard y Francisco Pascacio Blanco (Blanquito).
Los entrevistados, y el gremio, merecen esa obra homenaje, y su autora el aplauso agradecido.