Un grupo de 63 miembros de la Cámara de Representantes y del Senado de Australia han firmado una carta para apoyar a Julian Assange en la demanda de que no sea extraditado a Estados Unidos, donde sería condenado hasta a 175 años de prisión.
El documento afirma que el Gobierno estadounidense «debe terminar» el proceso de enjuiciamiento y encarcelamiento de los ciudadanos australianos.
La misiva se dio a conocer por The Guardian en un momento en que una delegación australiana, integrada por representantes de diferentes partidos políticos, está planeando viajar a Washington la próxima semana para abogar por los intereses del fundador de WikiLeaks, mientras Assange sigue retenido, en mal estado físico y sicológico, en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, al sudeste de Londres .
Los firmantes apoyan el viaje de la delegación y denunciaron que el caso de Assange se ha prolongado «por más de una década», y considera «un error» que la persecución del periodista australiano continúe y se le niegue su libertad, teniendo «en consideración la duración y las circunstancias de la detención que ya ha sufrido».
«No sirve a ningún propósito, es injusto, y decimos claramente —como los amigos siempre deben ser honestos con los amigos— que la prolongada persecución del señor Assange desgasta la base sustancial de la consideración y el respeto que los australianos tienen por el sistema judicial de Estados Unidos», indica la carta.
Los legisladores australianos advirtieron «que no quede duda, de que, si Julian Assange es trasladado del Reino Unido a EE.UU., en Australia habrá una protesta aguda y sostenida».
El próximo viaje de los políticos australianos a Washington tiene como objetivo buscar el cese de la persecución judicial contra Assange. Los diputados tienen previsto reunirse con miembros de la Cámara de Representantes y del Senado, el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia para abogar contra la extradición del activista a Estados Unidos.
En junio de 2022, el Reino Unido aprobó la extradición de Assange a EE.UU., donde lo acusan de publicar cientos de miles de páginas de documentos militares secretos y de cables diplomáticos confidenciales que dieron a conocer al mundo los horrores cometidos por el Pentágono contra ciudadanos de Irak y Afganistán al socaire de la denominada guerra estadounidense contra el terrorismo, y otras ilegalidades como el espionaje electrónico contra otros gobiernos.
La Justicia de EE.UU. presentó un total de 18 cargos contra Assange, bajo la Ley de Espionaje.
Ahora, la denuncia de los legisladores de Australia, patria de Julian Assange, se une a los pronunciamientos en igual sentido formulados por dignatarios como Andrés Manuel López Obrador, de México, y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva. También el Papa Francisco recibió en junio a la abogada y esposa de Assange, Stella Assange, durante un encuentro del que no hubo trascendidos.
Numerosas voces en el mundo han alertado que seguir castigando a Assange constituiría una violación al derecho del periodismo a informar, y pondría en cuestionamiento la cacareada libertad de prensa que, supuestamente, defiende la Casa Blanca.
Hace dos meses, la presidenta federal de MEAA Media, Karen Percy, escribió al primer ministro australiano Anthony Albanese y a la ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong, instándolos a presionar a Estados Unidos para que retire los cargos de espionaje contra Assange.
La decisión del Gobierno del Reino Unido de confirmar la solicitud del Departamento de Justicia de Estados Unidos de extraditar al editor australiano Julian Assange, pone en peligro a los periodistas de todo el mundo, afirmó el sindicato de periodistas de Australia.
La Media Entertainment & Arts Alliance pidió al Gobierno australiano que tome medidas urgentes para presionar a los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido para que retiren todos los cargos contra Assange y le permitan estar con su esposa e hijos.
Con información de Telesur y www.meaa.org
