La revelación hecha por artistas de reparto de Hollywood de que sus cuerpos y rostros han sido escaneados y archivados, y el temor de que puedan ser utilizados en próximas producciones sin su consentimiento, pone el dedo en la llaga de una de las preocupaciones que asaltan con el desarrollo vertiginoso de la inteligencia artificial, sin desconocer las bondades que provee el uso de la tecnología.
Según acaba de divulgar el sitio Russia Today citando a otras fuentes, nadie dijo a estos actores que las copias digitales de sí mismos serían usadas; pero una propuesta de la Alianza de Productores de Cine y Televisión que integran gigantes como Amazon, Apple, Disney, NBCUniversal, Netflix, Paramount, Sony, Warner Bros. y Discovery, entre otros, contemplaría pagarles por permitir el escaneo, de manera que las firmas sean dueñas de las copias y puedan utilizarlas a su antojo, denunció el jefe negociador de uno de los sindicatos de actores y trabajadores del ramo.
La noticia se ha difundido en el marco de una las más prolongadas protestas constatadas en Hollywood y luego de tres largos meses de un paro que empezó por los guionistas pidiendo mejores salarios, y al que se sumaron los actores el mes pasado; ahora, con más el énfasis en el uso de la IA como causa de bajos sueldos y despidos, actuales y potenciales, tal cual ocurre en otros ámbitos de la vida internacional.
Sin embargo, el asunto tiene otras aristas menos tocadas. Entendidos afirman que la llamada inteligencia artificial generativa está diseñada para crear contenido, texto, imágenes y música, y hasta para imitar a artistas o escritores si sus obras están incluidas en un banco de datos.
¿Acaso la «sagacidad» y la rapidez de la IA podrían suplantar el raciocinio y el sentimiento de los humanos en el presumible afán de que su obra transmita un mensaje útil?
Esa reflexión no está, sin embargo, en el entorno de quienes reclaman, y menos de las grandes productoras que padecen pérdidas millonarias, razón por la cual muchos piensan que está próxima otra negociación luego del fracaso de las conversaciones sostenidas en mayo.
En el fondo subyace un problema ético que pudiera estar existiendo ya, aunque para muchos el dilema siga radicando en el interés de los unos de abaratar los costos de producción, y la reticencia de los otros a perder sus empleos.
Una evidencia de los daños que sufre el bolsillo de la gran empresa, lo constituye el hecho de que series y filmes exitosos se encuentren detenidos.
Según la firma FilmLA, los permisos de filmación de largometrajes y proyectos de televisión en Los Ángeles, incluidos los reality shows, descendieron un 64 por ciento el mes pasado en comparación con igual fecha del año anterior, muestra de lo poco que se está haciendo.
Citando a Internet Movie Database, la BBC afirmó que incluso algunos seriales populares con capítulos todavía en producción como Mufasa: The Lion King, Avatar 3 y 4 y Juego de tronos están en suspenso pues, si bien los guiones ya se encontraban listos, faltan toques finales para los cuales son imprescindibles los actores. De manera que muchos cinéfilos y televidentes podrían quedarse más tiempo de la cuenta esperando el próximo capítulo.
Acaso el establecimiento de las normas que ya empiezan a verse en otros campos y en países o bloques de ellos para poner coto —nunca impedir— el uso de la IA, tampoco prevenga totalmente de esos males.
En Estados Unidos, el estado de Nueva York va a la cabeza con la propuesta de dos proyectos de ley que regulen el uso de la IA formulados a la sazón, precisamente, del escándalo hollywoodense.
Los textos tienden a proteger el empleo sin obstaculizar el avance tecnológico, pero no tocan exactamente el asunto de la creación.
«Esta legislación busca proteger a los trabajadores creativos al evitar la suplantación de su trabajo por la inteligencia artificial», anuncia uno de ellos en el encabezado.
Pero aclara luego que «la inversión continua del Estado de Nueva York en este programa de crédito fiscal debe estar vinculada al apoyo de la fuerza laboral dentro de la industria de producción de cine y televisión».
A nivel federal existen otras propuestas que pretenden proteger a los trabajadores ante el impacto de la tecnología aunque no vinculadas directamente al ámbito cinematográfico y televisivo. Y también quedan en el área de salvaguardar el empleo, sin entrar en el análisis cualitativo de lo que se produzca o se decida mediante la IA.
Una reunión entre los estudios de Hollywood y el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos, iniciador de la protesta, parecía inminente, en tanto se afirmaba con alarma que el paro había provocado ya la pérdida de miles de millones de dólares a la industria.
Como siempre, las ganancias… Por ahora, eso parece lo único que importa.