El otorgamiento en la sede de la UPEC de la Distinción Félix Elmusa al reconocido periodista y traductor vietnamita Vu Van An fue reforzado por la segunda presentación mundial -tras la de Hanoi- de su Diccionario Vietnamita-español, primero de su tipo que se edita y del que juntos, desde una y otra orilla, los hijos de Ho Chi Minh y los de José Martí forjamos una amistad que en lengua de estos hermanos se traduciría: Tình bạn.
El presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo Bello, puso la Distinción, máxima que otorga el gremio reporteril cubano, en manos de Vu Trung My, quien no solo es un orgulloso hijo de Vu Van An -este no hizo el viaje, dada su avanzada edad-, sino además director general adjunto del Departamento de Américas, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam y, sobre todo, otro hermano de Cuba, como aprendió de su padre.
Dedicada a premiar las ejecutorias relevantes al servicio del periodismo cubano, la Félix Elmusa reconoce también, y este es el caso -como recoge la resolución leída por Juan Carlos Ramírez, organizador de la UPEC nacional-, a “colegas de otras naciones que contribuyan al conocimiento e interpretación de la vida en la sociedad cubana, de sus esfuerzos y realizaciones en los más diversos campos, de nuestro enfrentamiento a las difíciles condiciones contemporáneas para salvaguardar la independencia y la Revolución”.
Vu Van An estuvo entre los 23 vietnamitas que en 1961 abrieron en La Habana la senda de cuadros de esa nación para estudiar el idioma español a raíz de una propuesta del líder cubano, Fidel Castro, en aras de usar nuestras propias lenguas -y no una tercera, como el inglés- para dialogar como hermanos. En adelante, este amigo se convirtió, en 1966, en el primer jefe de la corresponsalía de la agencia vietnamita VNA en La Habana, cargo que mantuvo hasta 1973.
En 1974, fue el primer jefe de la redacción en español del Departamento de Noticias para el Exterior de VNA y más tarde jefe adjunto del Departamento de Noticias Internacionales. Entre 1992 y 1996 estuvo de vuelta en La Habana como jefe del Buró de AVN en Cuba, donde entabló entrañables lazos de trabajo con la agencia Prensa Latina.
El destacado periodista participó en la traducción de libros esenciales como La contraofensiva estratégica y La victoria estratégica -ambos de Fidel Castro- y El juicio del Moncada, de la colega cubana Marta Rojas. Además, intervino en la compilación del título Fidel Castro en Vietnam: Recuerdos inolvidables, publicado a raíz de los 60 años de relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
Todo ello explica mejor las palabras de su hijo, Vu Trung My, al recibir en su nombre la Distinción Félix Elmusa y asistir a la presentación del diccionario: “Estoy sumamente emocionado de ver la imagen de mi padre y encontrarme con viejos amigos, hermanos, cubanos que siempre nos acompañan. Tenemos un agradecimiento infinito a la Revolución Cubana y al Comandante en Jefe Fidel Castro, que formaron en 1961 al primer grupo de 23 estudiantes vietnamitas, entre quienes estaba mi padre”.
En su opinión, este esfuerzo ayudará a expandir el español en Vietnam para fortalecer los lazos con los países latinoamericanos, en general, y las especiales relaciones con Cuba, en particular. “Conocer el idioma y comunicar con este bello pueblo: Cuba”, afirmó antes de cerrar su discurso con una frase de Fidel capaz de emocionar incluso las pálidas hojas de un diccionario: “Por Vietnam, los cubanos estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre”.
A la velada en la sede central de la UPEC asistió una nutrida delegación oficial vietnamita, encabezada por Vu Trong Lam, subeditor en jefe de la revista Comunista, con rango de viceministro. También se encontraba Nguyen Thi Thanh Tam, primera secretaria de la embajada de Vietnam en Cuba.
Por la parte cubana participaron Ángel Arzuaga, vicejefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista; Bolivia Tamara Cruz, funcionaria de su Departamento Ideológico; y Jorge Legañoa, vicepresidente de la UPEC.
Autor de un material audiovisual que acercó a los presentes al ambiente familiar del homenajeado en su hogar vietnamita, el corresponsal de Prensa Latina en aquella nación, Alberto Salazar, intervino para comentar cómo él y su esposa fueron acogidos allí como verdaderos hermanos y llegaron a sentir, a la hora de la partida, que dejaban a seres queridos.
También el periodista cubano Walfredo Angulo, corresponsal de Prensa Latina en toda Indochina, en 1983, resaltó la solidaridad y respaldo al gremio de Vu Van Au y de todo su pueblo, sobre lo cual relató hermosas anécdotas.
El Diccionario vietnamita-español, presentado en la sede nacional de la UPEC, fue preparado por la Editorial de la Universidad Nacional de Hanoi, en conjunto con el Departamento de publicación, impresión y distribución del Ministerio de Información y Comunicación de Vietnam. Con 2397 páginas, dispone de más de 40 000 entradas y ya es considerado un hito en su campo, dados su amplio contenido y la dedicación de trabajo de su autor, quien en muchos años no ha dejado de actualizarlo y enriquecerlo.
Además de colocar nuevos pilares a la comunicación de la hermandad bilateral, esta obra ha tenido otras expresiones, muy concretas, de solidaridad.
Tras el severo incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, Vu Van An donó a Cuba -a partir de las regalías por la publicación de la obra en su país y canalizado a través del Club de Exestudiantes Vietnamitas en Cuba- el equivalente a 4000 euros para ayudar a restañar daños en ese enclave. No hay manera de dudar de que tình bạn (amistad) sea la entrada más consultada de su diccionario.
Foto de portada: Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la UPEC, puso la Distinción Félix Elmusa, la máxima que otorga el gremio reporteril cubano, en manos de Vu Trung My, hijo de Vu Van An. Foto: Enrique Milanés.