Mientras en otro local se contaban los votos y él aún no sabía que sus colegas lo iban a elegir como nuevo presidente provincial de la UPEC en Ciego de Ávila, el reportero Pastor Batista Valdés comentó en el debate de la Asamblea XI Congreso una idea que, al cabo, puede parecer el punto de partida de su asunción del cargo: “Tenemos problemas de funcionamiento interno y apatía para las actividades. Porque los problemas fundamentales se resuelven en la delegación de base”.
Pastor afirmó que la Casa de la Prensa es un ente dormido que necesita “un poquito” de apoyo para despertar. Sus palabras se articularon con el contrapunteo, interesante y respetuoso, que abrió la reunión de los periodistas avileños.
Primero, el fotorreportero Osvaldo Gutiérrez Gómez señaló las fallas de comunicación, al interior de la organización, que merman la participación en eventos y concursos y ponen en jaque “la enorme tarea de revivir la Casa de la Prensa” -con la insoslayable ayuda de las autoridades de la provincia-; después, el director del periódico Invasor, Roberto Carlos Delgado, puso énfasis en que el trabajo de la UPEC nace y fluye desde la base durante todo el año, y en que las acciones de superación tienen que ser interés, primero, del medio en cuestión.
“Hay que funcionar desde allí y no culpar a otros. Nosotros somos responsables de los problemas que tiene el periodismo avileño”, dijo Roberto Carlos, quien considera que, al margen de la ayuda que pudiera significar, por ejemplo, la creación en la provincia de un observatorio de medios, lo esencial para el gremio es que todos se centren en la superación y en hacer un mejor periodismo.
Atento, como siempre, a la deriva del diálogo, Ricardo Ronquillo Bello, presidente nacional de la UPEC, señaló que la primera responsabilidad que compartimos los miembros de la organización es repensar cómo debe ser esta, a inicios del siglo XXI.
Como aporte a esa respuesta, que lleva mucho de toque personal en delegaciones y medios, Ronquillo afirmaba que lo primero es que la UPEC se empeñe en levantar un nuevo modelo de prensa pública para el socialismo cuando han cambiado las reglas de la comunicación y los enemigos de Cuba le (nos) han plantado enfrente un ecosistema de medios contrarrevolucionarios para disputarnos nuestras audiencias, romper el consenso interno y fracturar nuestra unidad. ¡Casi nada!
El presidente nacional les recordaba a los periodistas cubanos, desde Ciego de Ávila, que la tarea es transformar, modernizar y cambiar el sistema de prensa para que se parezca más a los intereses de la gente, en lo cual -acotó- el periódico Invasor es un sólido referente.
Ese sendero ya fue descrito magistralmente por el ¿desaparecido? colega y presidente nacional de la UPEC Antonio Moltó, quien definió en una sentencia de manual que la UPEC estaba para decir que sí, dar luz, reconocer… y señalar a los apáticos. Un abanico de verbos, el suyo, que puede erigirse en Ciego de Ávila o en Cuba entera, para bien o para mal, en espejo de unos u otros.
En la asamblea se puso el énfasis en la unidad del gremio que, a todas luces, requiere la provincia. Bolivia Tamara Cruz, integrante del Comité Central y de su Departamento Ideológico, señaló que ese principio es básico para los procesos de comunicación. Además, llamó a los afiliados avileños a ser abanderados del optimismo y a asumir que el cansancio no es una opción para los periodistas revolucionarios.
Atentamente escuchada, como cada vez que habla, Katia Siberia hizo una intensa defensa de la responsabilidad del periodista -el verdadero, como bien dijo, debe sufrir hasta la pérdida de una coma- y expuso el muy candente asunto de la exclusión “externa” de prensa local en coberturas de primer nivel que, a la postre, pueden dejar como resultante la ausencia de enfoques, estilos, valores… que su Invasor -por ejemplo- añadiría al abanico de la comunicación. Al final, dijo Katia, su periódico quedó fuera, en enero, de una de estas coberturas bajo el argumento, ¡en el siglo XXI!, de ser… un medio local.
Ciego de Ávila vivió el dilema de que no todo su talento estará representado en la sesión final del XI Congreso, en la capital, y ante ese dilema, que provocó más de una intervención, prevaleció la idea de encarar el futuro con más conciencia colectiva. “Debemos vernos como una unión de medios, de colaboración múltiple”, dijo el periodista Yaimer Mujica, de Radio Chambas, quien reconoció, con los pies en un municipio, el valor de la gente de medios comunitarios.
Ante la preocupación de una colega jubilada de que la prensa avileña aún debe respuestas a problemas de la ciudadanía, Ricardo Ronquillo recordó que una de las fortalezas de la Ley de Comunicación Social que se discute en condición de proyecto es la ubicación de la prensa entre los mecanismos de rendición de cuenta a la población, o sea, como herramienta de control social y popular. El poder de ese instrumento implica más responsabilidad en la discusión, en las delegaciones de base de la UPEC, de la política editorial de los medios.
Casi al cierre de la asamblea, la UPEC avileña rindió, de cara a su hermosa familia, un hondo homenaje a la memoria del periodista Rigoberto Triana, una de las muy sensibles bajas que la COVID-19 dejó en el gremio. Con la misma pasión con que critica las deficiencias, Katia Siberia escribió una crónica para ese ser noble que “murió como un periodista”: preguntando por medallas de otros y partidas ajenas.
Los reconocimientos de la jornada incluyeron múltiples premios cosechados por periodistas de la provincia en el pasado reciente y que el confinamiento les había impedido recoger. De igual modo, la UPEC nacional y las autoridades del Partido y del Gobierno del territorio reconocieron a Enrique Dámaso Rodríguez, quien asumió temporalmente la presidencia de la organización ante una situación imprevista y emprendió la tarea con más decisión que apoyos.
Presente en toda la reunión, el gobernador de la provincia, Tomás Alexis Martín Venegas, se confesó orgulloso de los periodistas avileños, a quienes calificó como “guardianes en tiempos difíciles” y prometió mayor respaldo material.
Por otro lado, Nexys Véliz Naranjo, integrante del Buró Provincial del Partido, transmitió a los presentes la idea del primer secretario en el territorio de que esa organización política y la prensa son parte de la “familia Revolución” y de que, por eso, el compromiso es mutuo.
“Todos tenemos -afirmó Nexys- una misión, una tarea, y el aporte de cada uno de ustedes cuenta”.
Foto de portada: Pastor Batista, nuevo presidente de la UPEC en Ciego de Ávila. Foto: Michel Guerra Martín.
Me conforta leer los criterios de inconformidad con su prensa que tienen los colegas avileños, siendo ellos representantes de uno de los territorios más premiados en certámenes del gremio en los últimos años. Pienso que dieron un grito ya escuchado otras veces y que parecía estar sin lugar: exclusión de eventos nacionales por ser considerados medios locales. Aquí, otra vez, evidenciaron lo mucho que tiene por delante nuestra UPEC y los cambios que se retrasan demasiado en los conceptos. Felicidades, pues a pesar de insatisfacciones y lagunas, a juzgar por el reporte, protagonizaron una brlllante mirada a su trayectoria y eligieron a una dirección provincial que estoy seguro ve las cosas de un modo revolucionario para estos tiempos.