Estoy en un verdadero aprieto: no me van los adioses, sino las bienvenidas. Y si se trata de una de una periodista, es decir de una persona que asumió la profesión más solitaria del mundo, la profesión más difícil del mundo, la profesión más hermosa del mundo, ya son palabras mayores.
A Lourdes María, esta dama nacida unos meses después de aquel enero que estremeció la nación; esta muchacha que tuvo la dicha de ver la luz Cuba adentro, allí donde está la raíz y la sal de la Libertad, al decir del Maestro; esta radialista que cumplió con el encargo inexcusable de hacer la novela de la cotidianidad, esta colega que un día y casi por tres lustros ha estado al frente de los periodistas santiagueros, y ya se sabe que eso es enhebrar caracteres y circunstancias, tenacidades y angustias, letra y fulgor, semana por semana y mes tras mes.
A la Palau Vázquez, a quien he visto poner hombro y voz por los demás; a quien he visto desfacer entuertos y he visto humanísima, llorar ante la pérdida de seres queridos, y retarse y seguir; a quien he visto solidaria en estos tiempos procelosos de fenómenos meteorológicos y pandemias, atenta en estos años de procesos políticos y económicos, apoyando siempre iniciativas profesionales, culturales y sociales de diversa índole.
A ella, a quien he visto coordinar, dialogar, aconsejar, estimular, escuchar a los colegas que van sumando sus primeros pasos, a aquellos que han permanecido fieles durante años, a los que ―jubilados ya―, siguen acompañándonos con su huella y su ejemplo.
Sépase que no hablo de perfección, hablo de entrega.
A Lourdes, que ha desempeñado responsabilidades en la Federación de Mujeres Cubanas y la Radio, que ostenta el honroso encargo de Diputada a la Asamblea Nacional, que de manera natural es capaz de rebautizar a cada uno de nosotros, con su chispa y su ingenio; a la madre de Olguita, a la abuela de Brixia.
A Lourdes María Palau Vázquez, nuestra presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba en Santiago de Cuba, en esta tierra mil veces heroica, vaya primero una advertencia: quédate cerca, que aún hay mucho por hacer. Y vaya, por supuesto, nuestro aplauso, nuestro reconocimiento, nuestro abrazo.
Muchísimas gracias. Muchísimas felicidades.
(Asamblea 11. Congreso UPEC, Santiago de Cuba / Teatro Heredia, 10 de enero 2023)
Gracias Lula por tu entrega incondicional, por todo lo que diste y darás.
Gracias también a Cedeño por saberte dibujar con letras y hacernos saltar las lágrimas.
Me vas hacer falta hermana para seguir orientandome con tu experiencia en cada proceso. Te extrañaré como compañera de habitación y de asientos y en las conversaciones de todo tema cuando nos encontramos
Como dice Cedeño” quédate cerca” aún tienes mucho que enseñar