Pedro Rodríguez Díaz, quien en aquellos días integraba ese órgano en Sancti Spíritus, evocó años más tarde en entrevista con el propio Escambray el proyecto de esta publicación.
No teníamos, dijo Rodríguez Díaz, una idea exacta de lo que era un periódico, pero empezamos a indagar, a establecer contactos y nos dimos a la tarea de buscar el lugar idóneo para instalarlo.
También periodistas y otros trabajadores fundadores del órgano de prensa han rememorado los inicios de aquella hazaña en la que hubo que conseguir los equipos imprescindibles para echar a andar la imprenta, a la que la dirección del periódico Vanguardia, en Villa Clara, donó una obsoleta, depreciada e incompleta rotativa, para la cual se buscaron piezas por todo el país.
En esos trajines, agregó el dirigente del PCC, se llegó a noviembre de 1977, mes en que se aglutinaron los compañeros del taller y de la redacción; los primeros fueron enviados a La Habana, Santiago de Cuba, Holguín y Villa Clara para entrenarse como linotipistas, cajistas, maquinistas y correctores, y con los segundo se inició un precipitado curso más que todo práctico.
Fue en el Comité Provincial del PCC donde se decidió ponerle el nombre al medio de prensa, después de haberse hecho una encuesta en la población, de la que salieron varias propuestas; al final quedaron tres nombres: Siga la Marcha, El Espirituano y Escambray, siendo este último el que predominó en el seno del órgano del Partido.
Los 63 fundadores de este medio desarrollaron una ardua labor, a tal punto que durante varios años se trabajaba hasta 20 horas diariamente porque así lo exigía la publicación que veía la luz de martes a domingo, con un sistema de impresión directa mediante añejos equipos de impresión.
Luego vendrían otros momentos no menos angustiosos, pero con el deseo de hacer se vencían obstáculos; tal es el caso del Período Especial en que Escambray dejó de ser diario para salir cada 15 días, y cuando la situación lo permitió comenzó a ser semanario hasta los días de hoy.
Ya no aparece en el llamado formato de sábana, con cuatro páginas; sino en el de tabloide con ocho; y poco a poco ha ido creciendo en calidad en sus contenidos y en la impresión; fue después de unos tres lustros de existencia que comenzó a hacerse a través del sistema off set.
A mediados de 1996 se inicia la edición totalmente computadorizada; en 1998 cambió su color verde por el rojo que aún se mantiene; y la incursión en el ciberespacio lo realizó en el último mes de 1999, pero fue el 4 de enero del 2000 cuando se inscribió, oficialmente, el sitio web con la dirección electrónica de www.escambray.cu
Han sido muchas las transformaciones en estos 44 años de vida de Escambray, pero siempre ha mantenido la concepción de Martí de que “la prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo”; bajo esa égida sigue conquistando éxitos entre avatares y nobles propósitos.
(Con información de la ACN)
