La gente no suele morir de forma inmediata. La muerte es, en realidad, el proceso de apagarse poco a poco. Dejas de respirar y tus órganos van dejando de funcionar. Tu cerebro ya no responde. La muerte cerebral es permanente pero, durante un tiempo, tu corazón aún puede seguir latiendo por sí solo.
Desde la toma de posesión de Elon Musk, el estado de Twitter parece una especie de muerte cerebral: los procesos que lo mantienen activo siguen latiendo de alguna manera, pero Twitter nunca volverá a ser como antes de Musk.
El pasado lunes 12 de diciembre, Twitter disolvió su Consejo de Confianza y Seguridad, un gran grupo de defensores de los derechos civiles, investigadores universitarios y expertos que habían asesorado a la compañía desde 2016. Mientras tanto, Musk ha dado la bienvenida de nuevo a algunos prominentes extremistas que habían sido prohibidos, como Patrick Casey, nacionalista blanco. Según los datos recogidos por el investigador Travis Brown, otros nombres restituidos incluyen a Meninist, una cuenta de “derechos de los hombres” con más de un millón de seguidores; Peter McCullough, el cardiólogo que ganó una audiencia por defender tratamientos desacreditados contra la COVID-19 y argumentar contra de las vacunas; y Tim Gionet, un personaje mediático de extrema derecha que retransmitió su participación en el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio de EE UU.
El entusiasmo de Musk por eliminar puestos de trabajo, reducir costes y desmantelar la infraestructura de seguridad de Twitter ha provocado que los anunciantes se marchen en masa. Se informa que en un momento dado la compañía perdió 50 de sus 100 principales anunciantes, y no ha alcanzado el 80% de las expectativas de ingresos publicitarios semanales en EE UU. El comportamiento de Musk plantea preguntas difíciles para las marcas restantes. Además, la empresa ha dejado de cumplir su política acerca de la desinformación sobre la COVID-19.
A medida que las personas partidarias de la visión de Musk vuelven a publicar en Twitter, a otros les resulta más difícil justificar su presencia ahí, anunciando pausas en su actividad o su migración a otro lugar. Según una estimación, puede que Twitter haya perdido un millón de usuarios solo unos días después de que Musk asumiera el control. Otros renuncian a tuitear, aunque aún no han eliminado sus cuentas. Algunos son muy conocidos: Elton John abandonó Twitter el 9 de diciembre, citando cambios en la política sobre la desinformación.
MIT Technology Review realizó un análisis en Hoaxy, herramienta creada por la Universidad de Indiana (EE UU), para mostrar cómo se propaga la información en Twitter al observar tanto la frecuencia de palabras clave como las interacciones entre cuentas individuales. Los resultados sugieren cual es el nuevo papel de Musk en esta red social: ser una especie de monitor escolar para la extrema derecha.
La herramienta traza las interacciones visualmente, mostrando las conexiones entre algunas cuentas personales en relación con una palabra clave o hashtag específico e indicando si esa cuenta es la que amplifica el término de búsqueda a otras o si es mencionada por las cuentas que lo difunden. Las cuentas con mayor participación en las conversaciones aparecen como “nodos”.
Musk fue ha sido un nodo clave para la actividad del insulto groomer (hemos analizado tanto Groomer como OK groomer) desde el viernes 9 de diciembre hasta la tarde del domingo 11 de diciembre, cuando llevamos a cabo el análisis. Y realizamos una segunda consulta el miércoles 14 de diciembre, que mostró resultados similares. El propio Musk no ha tuiteado esa palabra que, según un informe de GLAAD y Media Matters, ha aumentado drásticamente en frecuencia y alcance bajo su dirección. En cambio, Musk ha sido mencionado en repetidas conversaciones por otros usuarios que lo utilizaban.
A veces, estos usuarios buscan la atención y la amplificación del propietario de Twitter e identifican a los destinatarios del insulto como posibles objetivos de acoso. En otras ocasiones, se etiqueta a Musk en las conversaciones en las que se utiliza este insulto para atacar a quienes no están de acuerdo con él. Incluido Jack Dorsey, cofundador y antiguo CEO de la empresa , quien tuiteó a Musk la semana pasada para cuestionar su afirmación de que la empresa “se había negado a tomar medidas contra la explotación infantil durante años”. Musk interactúa regularmente con un grupo selecto de usuarios poderosos y fans, incluidas las cuentas de memes conservadores y personalidades de extrema derecha, como Ian Miles Cheong y Andy Ngo.
Cada vez más, Musk no solo permite estas conversaciones, sino que participa en ellas. “Mis pronombres son Prosecute/Fauci”], tuiteó el fin de semana pasado. [Perseguir a Anthony Fauci, en referencia al asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos, quien ja jugado un destacado papel durante la pandemia de COVID-19. Cuando el astronauta Scott Kelly le suplicó públicamente que no se “burlara ni promoviera el odio hacia los miembros ya marginados y en riesgo de violencia de la comunidad #LGBTQ +”, Musk respondió: “Imponer sus pronombres a otros cuando no los preguntaron y condenar al ostracismo a quienes no lo hacen, no es bueno ni amable con nadie”.
A principios de ese fin de semana, Musk participó en una campaña de desprestigio con acusaciones infundadas de pedofilia contra Yoel Roth, exjefe de Confianza y Seguridad de Twitter. Musk, quien se había defendido de una demanda por difamación por llamar “chico pedófilo” a un espeleólogo británico que participó en la operación de rescate de un equipo de fútbol juvenil tailandés, no fue tan lejos como para acusar a Roth de ser pedófilo. Más bien, comentó las respuestas de un presentador de podcast, quien etiquetó a Musk en una conversación con tuits antiguos de Roth. Según CNN, Roth se vio obligado a abandonar su casa y esconderse tras recibir numerosas amenazas de muerte. (Roth no respondió a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico).
Musk toma decisiones sobre la marcha, a veces a través de encuestas de Twitter poco científicas y fáciles de manipular.
Mientras tanto, este enfoque de Musk que fomenta las narrativas estadounidenses de extrema derecha sobre la libertad de expresión ignora el papel de Twitter en todo el mundo. Thenmozhi Soundararajan, director ejecutivo de Equality Lab, organización de derechos civiles de la población dalit (los conocidos como intocables en India), resaltó en una videoconferencia con periodistas que la toma de control de Twitter por parte de Musk es “apocalíptica”. Soundararajan formó parte del Consejo de Confianza y Seguridad de Twitter, y trabajó para abordar el uso de la plataforma como herramienta para incitar a la violencia contra grupos marginados en este país asiático.
“Tenemos una empresa estadounidense que opera en un mercado genocida”, señaló Soundararajan, explicando que todo el personal de Twitter con el que había trabajado su organización ha sido despedido.
El Twitter de Elon Musk es importante, pero está dañado. No existe una plataforma alternativa para las personas que, durante años, han utilizado Twitter para buscar ayuda, ganar visibilidad y crear redes de apoyo. Sin embargo, al mismo tiempo, Musk se ha posicionado como antagonista de algunas de estas comunidades.
Muchos usuarios (los que no están ideológicamente de acuerdo con Musk) han visto cómo los órganos vitales de Twitter se apagaban lentamente y se preguntaban cómo responder. ¿Quedarse y luchar por su vida con la esperanza de que sobrevivan quienes estaban allí antes de la compra de Musk ? ¿O es hora de irse?
Katherine Cross, alumna de doctorado de la Universidad de Washington (EE UU), estudia el acoso online y afirma que es probable que Twitter nunca se recupere. Además, asegura que es hora de pensar en la plataforma como un sitio que atiende a una “comunidad de nicho” de personas afines a Musk.
“No podemos obligar a Twitter a hacer nada. Tiene que haber una reinvención de su lugar en el ecosistema de internet“, concluye Cross.
(Tomado de Technology review)