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¿Nuevo modelo comunicacional?

La esperada Ley de la Comunicación Social o del nuevo modelo comunicacional supone no pocos desafíos y análisis para que favorezca realmente a un mejor periodismo nacional.

Hay quien cree que el buen hacer en esta profesión es volver a las páginas rosa del cotilleo internacional, a la crónica roja sobre hechos sangrientos, al sensacionalismo, a estimular el morbo, elementos todos de la apología a la frivolidad, la evaluación superficial de sucesos y acontecimientos, el acoso a la privacidad.

Para algunos la libertad de expresión, la transparencia informativa están relacionadas con la violación de derechos individuales, la desmesura en el tratamiento de temas sensibles explotando los aspectos más sórdidos para confirmar aquel dudoso concepto del magnate Charles Dana que expresaba: noticia es todo aquello que hace exclamar qué asco de vida.

No pocas culpan al rígido concepto periodístico soviético de las estrictas regulaciones de la prensa en Cuba, sin tomar en cuenta que tener de enemigo voluntario a la potencia más poderosa de la Historia ha condicionado muchos modos extremos de reaccionar en el país acosado, agredido, bloqueado, lo cual propició también que toda mirada cuestionadora sobre lo que no funcionara se tomara como un ataque a la Revolución, y no como un alerta a las ineficiencias, muchas veces, con raíz burocrática, lo cual propició la impunidad y crecimiento de una burocracia retardadora de los mejores empeños que se sufre hasta el día de hoy.

Ante tales tendencias y deformaciones se impone un periodismo sanador en el sentido de ocupar los vacíos informativos con profundidad y veracidad, respondiendo a los intereses de los destinatarios sobre las cuestiones que inciden en sus vidas, sobre la necesidad de saber para poder entender y participar con sus discernimientos y acciones en las soluciones de las problemáticas de la sociedad.

Se puede y debe informar de todos los temas de interés, por duros que sean. Si se hace desde la posición de servir, contribuir, aportar argumentos para el entendimiento, se deben expresar las inquietudes populares y señalar con honestidad las normas y regulaciones que, a pesar de las buenas intenciones, no funcionan en sus propósitos. Debe existir el derecho al análisis, los enfoques que asumen los aspectos contradictorios de la sociedad y ofrecen las múltiples aristas de la sociedad, porque con ello se enriquece la capacidad de entendimiento.

La mayor democratización, la mayor posibilidad de participar en la gestión de cambios para el progreso pasa por una prensa responsable, comprometida con los intereses de sus públicos, sin hacer concesiones a la banalidad, ni a los que intentan ocultar sus ineficiencias en no hacer público lo que es evidente.

Para las redes sociales pueden quedar los cotilleos y esas otras fórmulas de esa otra prensa que en nada nos beneficia. En la nuestra y en sus plataformas habituales el periodismo profesional debe distinguirse por servir al bien común, al mejoramiento humano, en una época que mucho necesita de “las verdades verdaderas” y las emociones legitimas, no manipuladas, ni prefabricadas.

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Soledad Cruz Guerra
Periodista, ensayista y escritora cubana. Trabajó en Juventud Rebelde como una de sus más sobresalientes articulistas. Fue la representante Cuba en la UNESCO.

One thought on “¿Nuevo modelo comunicacional?

  1. Me encanta sentir a Soledad como en sus mejores tiempos… pero ¿qué digo? Rectifico ¿Cuándo habrá sido nuestra siempre destacada colega más oportuna y certera que en este tan breve como enjundioso y atinado comentario?

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