— Aquí les traigo a un estudiante de periodismo que hará sus prácticas de primer año, dice el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo, asomando su previsora sonrisa a la oficina de Cubaperiodistas.
Y enseguida se aparta para dejar ver a la “ilustre figura” que nos visita. El profe Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí en el 2009, nos sorprende con su mirada inquieta y sus manos recogidas tras la espalda como quien viene con la intención de regañarnos.
Hay en la personalidad de Sexto un místico contraste que va de lo severo a lo vivaz y a veces no se sabe si tiene una vivacidad severa o una severidad vivaz; en cualquier caso, su ética desborda los límites del temperamento y acabará dirigiendo la palabra con un respeto que estremece.
Apenas entra, revoluciona todo y a todos. Nosotros que nos disponíamos a organizar las proyecciones de trabajo, nos encontramos, de pronto, siendo cómplices de la conversación del periodista y escritor a quien las aulas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí también extrañan desde que dejó de impartir a los estudiantes de la Facultad de Comunicación, su curso optativo de aptitudes y actitudes de este oficio al que renuncia llamar profesión.
Su instinto sagaz le permite construir la ocurrencia más inesperada; por eso cuando diga que estará aquí “hasta que nos aguante” no podremos contener la risa y asentir al unísono.
Ahora Sexto tiene un encargo crucial: rescatar la memoria de la prensa cubana desde los tiempos de la Asociación de Reporteros de La Habana, fundada en 1902 y disuelta con el triunfo de la Revolución para dar paso al nacimiento de la UPEC.
Frente a esta redacción donde un cartel anuncia que se publica la prensa de la prensa cubana, hay un cuartico repleto hasta el techo de expedientes de los periodistas de la época. Hay también, además de un polvo indiscreto que tapiza los papeles, libros y fotografías de distintos etapas. Todo eso en las manos de Sexto y bajo su exquisita revisión será la mejor metáfora que describa a la historia haciendo historia.
Aunque Ronquillo le recuerda que puede trabajar aquí, Sexto prefiere hacerlo desde casa porque también necesita revisar sus archivos para esbozar los apuntes pertinentes, esos que luego se diluirán en las líneas de notas o trabajos más extensos en Cubaperiodistas.
Mientras tanto, los documentos viajarán de la Upec al hogar de Sexto y nosotros estaremos deseando que Ronquillo vuelva a aparecer para anunciar que ese “estudiante de práctica” se arrepintió de su decisión y regresó a hacernos compañía.
Imagen de portada: Stephania Núñez García/Cubaperiodistas