Cuba demostró fortalezas ante el desastre provocado por la explosión en el hotel Saratoga, afirmó este viernes 13 de mayo el doctor Jorge González, experto forense con vasta experiencia en tales coyunturas.
Asistí a los acontecimientos del Saratoga como un cubano más, impactado por las primeras noticias, manifestó en exclusiva a Prensa Latina en el Palacio de Convenciones, en la jornada previa a la quinta sesión extraordinaria de la actual legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Pero a distancia pude comprobar el trabajo abnegado y consagrado tanto en la escena de la explosión como en la atención a los lesionados, aseveró.
Popi, como muchos le llaman, se restablece de una enfermedad y hoy es director general de docencia del Ministerio de Salud Pública. En su país y en otras latitudes es bien conocido por su papel de conductor del equipo que buscó y encontró en Bolivia los restos de los integrantes de la guerrilla del comandante Ernesto Che Guevara.
Hemos participado en otros hechos catastróficos, pero no recuerdo nada parecido como una explosión en un centro laboral, en este caso una instalación hotelera, en el que de manera accidental perdieron la vida o se lesionaron más de un centenar de personas.
Lo más difícil -afirmó- fue el rescate de las víctimas, tanto sobrevivientes como fallecidos. En mi opinión uno de los grupos más organizados es el Cuerpo de Bomberos, muy profesional, que dirigen ingenieros y personal con escuelas.
Un detalle: hasta la forma de estacionar los carros bombas forma parte de un sistema. Lo mismo creo -añadió- de la preparación de los rescatistas.
Subrayó que la adversidad del Saratoga evidenció una vez más la preparación de Cuba para una contingencia; «la organización, preparación, eficiencia de nuestros rescatistas, bomberos, Cruz Roja, la criminalística, medicina legal y el Sistema Integrado de Urgencias Médicas».
En su opinión, la intervención de primera mano del pueblo. «Es inevitable que ocurra porque puede salvar vidas y en Cuba aunque tú establezcas un orden, siempre va a participar la gente, expresión de la solidaridad en la que, aun sin preparación, arriesgan la vida».
Refirió que luego de conseguido el control en el sitio hubo acciones inmediatas en el actuar de todas las fuerzas concernidas y hace un reconocimiento a la información a la ciudadanía.
Fue detallada sistemática, con opiniones de expertos, dirigentes, la población, y los periodistas indagando e informando sobre diversas aristas como la marcha de la operación de rescate, la situación de las viviendas e inmuebles adyacentes, la suerte de sus ocupantes y de la atención a los lesionados en los centros hospitalarios.
También reconoció la rapidez en la identificación de quienes perdieron la vida. Al respecto recuerda que antes de la Revolución la medicina legal aquí era empírica.
«En la década del 70 del siglo pasado comienza en Cuba la formación de los especialistas forenses y hemos logrado obtener una formación en todo el país con una buena escuela y toda una tradición que también depende del desarrollo del Derecho, la criminalística, de los órganos de investigación».
Explicó sobre la cultura alcanzada en materia de enfrentamiento a desastres y la preparación desde las escuelas de Medicina. He sido tribunal de tesis y siempre hay preguntas relacionadas con los preparativos para tales circunstancias y módulos dentro de la especialización forense, incluida una maestría en la materia.
El doctor en Ciencias Forenses encomió además al personal en el plano antropológico, el sistema de identificación y de hematología, de estudio del ADN, la genética médica, la preparación para el empleo de la alta tecnología existente y las instalaciones disponibles.
Mi entrevistado tiene más de 45 años de experiencia y considera que en Cuba ocurren pocos eventos de desastres. Los más frecuentes, apunta, están relacionados con accidentes de transporte, tanto aéreo como terrestre.
Pero también hay eventos de trascendencia política e histórica, como la Operación Tributo, por la cual Cuba repatrió los cuerpos de más de dos mil combatientes internacionalistas y colaboradores desde diversos países: Angola, Etiopía, Yemen, Argelia, Congo y Mozambique, que condujo a la exhumación e identificación forense.
Así ocurrió también con los compañeros de la guerrilla del Che Guevara en Bolivia, cuya búsqueda y retorno a la patria involucró a diversas instituciones y expertos en la isla caribeña, que rinde culto a sus mártires y hoy guarda luto por sus muertos en la tragedia del hotel Saratoga.
(Tomado de Prensa Latina)