La revista la fundó en 1922 el líder estudiantil de derecho Julio Antonio Mella
El 12 de abril de 1952 resurge Alma Máter, órgano de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), tras haber cumplido un destacado papel en la lucha contra la tiranía machadista. Fue el órgano de prensa clandestina de mayor duración durante toda la etapa de la tiranía de Batista, pues, con algunas interrupciones, circuló hasta 1958.
El nombre Alma Máter se deriva de Alma Mater Studiorum y significa madre nutricia de los estudios. Un repaso breve por la historia de la publicación nos acerca a sus tres etapas durante la tormentosa época republicana: la primera de 1922 a 1923, la segunda de 1928 a 1934 y la tercera de 1952 a 1958.
El primer periodo comienza en noviembre de 1922 cuando Julio Antonio Mella saca Alma Máter a la luz , revista considerada hoy la más antigua publicación de la juventud cubana. Precisamente, en su primer editorial Nuestro Credo, escrito por Mella y sin su firma, expresa que la revista surgía como nuevo órgano del estudiantado cubano.
“Laboraremos por la unión de todos los estudiantes cubanos en una Federación que nos haga fuertes y capaces para defender nuestros derechos, para progresar, para aprender cuando jóvenes las conveniencias de la hermandad, de la unión”, así definió Mella a Alma Máter, como el órgano de la naciente Federación Estudiantil Universitaria.
En la portada de Alma Máter, febrero de 1923, aparece el ángel caído Luzbel, musculoso y con el puño en alto, que representa la rebeldía, símbolo favorito de Julio Antonio Mella, el cual se repetiría en otros dos números de la revista. La gráfica siempre fue plato fuerte en las secciones y en tema ideológicos, lo que ha contribuido al valor artístico y documental de esta publicación. Por eso es posible ver en la colección desde los inicios hasta la actualidad, fotos muy valiosas para la historiografía de la prensa. Estudiantes, profesores y hechos informativos de gran importancia fueron fotografiados.
En tanto el uso de viñetas humorísticas identificando las diferentes secciones, muchas realizadas por Julito Díaz, advierten de la prioridad que desde la fundación tuvieron la caricatura y el dibujo con humor para la comunicación con los jóvenes lectores.
Aquella pléyade de jóvenes convirtió a Alma Máter en tribuna de la reforma que zarandeó a la Universidad de La Habana, que entonces era la única casa de altos estudios del país. En los ocho números de la etapa 1922-1923, el joven alumno de Derecho Julio Antonio Mella, con el seudónimo Lord Mac Patlant, publicó encendidos artículos, en tanto los estudiantes de las diferentes facultades disponían de una decena de secciones fijas, en las cuales dieron a conocer preocupaciones, aspiraciones, dificultades e informaciones sobre el acontecer estudiantil, fundamentalmente.
Reaparece Alma Máter en agosto de 1928 con corta circulación. En septiembre de 1929 inició otra breve circulación, que tuvo como jefe de redacción al periodista Mario Kuchilán. Pablo de la Torriente Brau comienza a publicar en la revista en 1930 y denuncia la represión policial contra los estudiantes, el 30 de septiembre del mencionado año, y el asesinato del joven Rafael Trejo. Pablo llama “Hermanos lobos” a la fuerza policial y les recuerda: “Fuimos nosotros, los jóvenes de Cuba, los que salvamos la dignidad de nuestro país, inmóvil todavía ante toda la convulsión del continente”
En otro ejemplar, el eminente periodista convoca a la rebeldía contra el déspota de Machado: “Arriba muchachos con la vergüenza viva y sin miedo, que una herida es un honor y una prisión, un mérito”.
Alma Máter tuvo una frecuencia semanal en 1931 y contó con Juan Marinello entre sus redactores. Tras el derrocamiento de Machado, la revista reaparece en agosto de 1933 hasta mayo de 1934, y el equipo es incrementado con figuras destacadas del movimiento juvenil como Raúl Roa y Enrique de la Osa que fungía como subdirector de la publicación.
Al producirse el golpe de estado de Fulgencio Batista, Alma Máter inicia la etapa comprendida entre 1952 y 1958, con cierta frecuencia y casi siempre de manera clandestina. La situación imperante en la nación bajo la dictadura fue reflejada por casi todos los géneros periodísticos, especialmente con la opinión, la información y el reportaje que, en no pocas oportunidades, estuvieron acompañados por la fotografía, el dibujo y la caricatura.
La censura del régimen no logró silenciar a Alma Máter que cumplió una labor de combate contra el dictador, enarbolando como bandera la consigna “¡Alma Máter otra vez en la calle!”, en cuyas páginas los estudiantes dejaban impreso la actitud de defender la dignidad nacional y la soberanía. Para algunos investigadores, Alma Mater devino en el mayor medio clandestino de la propaganda revolucionaria leído por la juventud de entonces. El pensamiento y la figura de Martí estuvieron presentes en la revista, así como la temática antimperialista.
La imagen de Martí fue ícono predominante en la revista, como también la de Julio Antonio Mella, profundo martiano y fundador del Partido Comunista. En el ejemplar del 20 de agosto de 1958, fue publicada la imagen dibujada de José Antonio Echevarría, otro valeroso líder del estudiantado, a quien los esbirros le arrebataron la vida a un costado de la Universidad.
Mientras que la caricatura utilizada por la revista es considerada esencialmente política, porque responde al pensamiento de los universitarios contra las crueldades del régimen batistiano. Y así se valieron de la comicidad, la sátira y la ironía como arma de burla. En la sección Barricada se denunciaba las agresiones que el régimen llevaba a cabo contra estudiantes y profesores de la Universidad de La Habana, entre quienes se hallaba Juan Marinello.
Los principales hechos históricos acaecidos en la capital fueron fotografiados. En las páginas aparecieron las fotos reveladoras de golpes propinados por la policía batistiana contra los estudiantes, cada vez que bajaban de la escalinata universitaria para realizar pacíficas manifestaciones. Alma Mater como eficaz órgano de prensa evidenció en sus páginas el repudio de los estudiantes y la lucha que derrocaría al tirano.
La publicación normaliza la circulación, libre de censura, a partir de 1959, cuando triunfa la Revolución. Entre enero de 1968 y julio de 1971 fue a la vez órgano de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Unión de Jóvenes Comunistas. Ya en 1978, Alma Máter se convirtió en órgano del Consejo Nacional de la FEU para abarcar el interés y participación del estudiantado universitario de toda la Isla.
En la actualidad, Alma Máter impresa en papel o en formato digital, es editada por la Casa Editora Abril con el fin de llegar al estudiantado de cada provincia cubana. En sus páginas continúan apareciendo las firmas de destacados periodistas, intelectuales y profesores con artículos del avanzado pensamiento ideológico, político y cultural. Asimismo, prioriza los sucesos de la actualidad nacional e internacional y los temas de la preferencia estudiantil como la docencia, el deporte, el arte y la ciencia, e incluye, frecuentemente, el lenguaje periodístico que incita la polémica.
Alma Máter constituye un tesoro testimonial y un referendo para conocer el pensamiento, necesidades, frustraciones, aspiraciones y sueños de la juventud cubana y, en particular, del estudiantado universitario.