Abril sus flores abría,
manto azul, corona verde […]
cuando desde el alto Norte
flota de piratas viene
“Abril sus flores abría”, Nicolás Guillén
La palabra pirata procede del latín pirāta, y este delgriego πειρατης, que a su vez viene del verbo πειραω, que significa “buscar fortuna mediante aventuras”, “arriesgar”, “ir a la ventura”. Según elDiccionario de la Real Academia Española (Drae) es “persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar”, “persona cruel y despiadada”.
Su origen es tan antiguo como la navegación y el comercio marítimo. Desde tiempos remotos, salteadores fenicios, griegos, romanos, vikingos, chinos y malayos asolaron los mares del mundo. Cuando los reyes de las principales potencias europeas lo legalizaron, pasó a llamarse corso y quienes lo practicaban poseían una patente e, incluso, algunos muy famosos por sus “hazañas” —como sir Francis Drake—, llegaron a poseer títulos nobiliarios. Los términos filibustero (del francés flibustier) y bucanero (del francés boucanier) se asocian con la práctica de la piratería en el mar Caribe.
En las guerras de independencia de las Trece Colonias inglesas y de Hispanoamérica —también durante la Guerra de los Diez Años— apareció un corso de nuevo tipo, a favor de las luchas libertarias de los pueblos americanos.
En la actualidad, el corso y la piratería no han desaparecido. Desde mediados del siglo xx ha aparecido una nueva forma y hoy se define como pirata aéreo la “persona que, bajo amenazas, obliga a la tripulación de un avión a modificar su rumbo”; se habla de radio y televisión piratas para aludir a la que desde un Estado viola la frontera de otro o a la “emisora de radiodifusión que funciona sin licencia legal”.
Mucho ha sufrido el pueblo cubano a costa de las agresiones de piratas contemporáneos que, por vía aérea o marítima, atacaban nuestras poblaciones y objetivos económicos. La invasión mercenaria por Playa Girón y Playa Larga fue un ejemplo palpable de piratería.