Ser periodista le ha permitido examinar, con ojo de águila, lo que sucede en el día a día de su pueblo, vivir las historias en su propia piel. De ahí que cada palabra que transmite tiene intrínseca la verdad y el compromiso con el que asume su profesión.
La santaclareña se desnuda para contar, al Portal de la Radio Cubana, detalles de su vida y oficio. Su cumpleaños 60 en este 2021 es fecha para reconocer y agradecer su labor al medio radial.
En esta cita Dalia Reyes Perera se convierte en la entrevistada, se aleja del ejercicio periodístico y solo narra. Su voz es la protagonista de la historia.
¿Cuándo fue que comenzó su pasión por el mundo del Periodismo?
Creo que el Periodismo entró en mí desde muy pequeña, el amor a los medios de comunicación surgió en mi hogar, una familia que se involucró siempre en el acontecer de nuestro país y del mundo.
Soy hija de los momentos más luminosos de la Revolución, nací en octubre de 1961, por tanto, viví intensamente desde mi infancia las transformaciones del país y una Revolución nueva, iba con mis padres a actos conmemorativos en mi provincia, algunos inolvidables con la presencia de Fidel, leía poemas y escritos en actividades de mi cuadra de los CDR y de la FMC.
La vocación tengo la certeza de que, sin saberlo, me la inculcaron mis padres. Mi papá (contador) se despertaba a las 5 de la mañana para prepararse para el trabajo y yo, pequeña, escuchaba Radio Reloj y otras emisoras que él sintonizaba al amanecer.
Por las tardes, o de noche, a su regreso, siempre lo recuerdo con un periódico en las manos. Me enseñó el hábito de leer, más bien devorar cualquier texto que caía en mis manos. Con él discutí página a página La Historia me absolverá, lloré en 1967 con sólo seis años cuando Fidel informó al pueblo de la muerte del Che, y con él me involucré en el conocimiento de procesos del mundo como la Guerra de Viet Nam o los movimientos progresistas en Estados Unidos, o la lucha internacional por la libertad de Ángela Davis.
De su madre y su tía, Dalia recuerda esa infancia feliz con recorridos por museos, parques, conciertos, cines, cafeterías. Aunque no pudieron prepararse ni estudiar, como todos los cubanos y cubanas de su generación, “ellas tuvieron una inteligencia natural que les permitió preparar a la familia para la vida”, asegura Dalia.
¿Podría contar alguna anécdota que recuerde con especial cariño de esa etapa?
Me acuerdo que mi tía hizo un viaje conmigo a Encrucijada a conocer a Doña Joaquina, la madre de Abel Santamaría, un encuentro que conservo como una de las experiencias más bellas de mi vida.
También recuerdo así, aún impactada, las visitas de vacaciones a La Habana en la casa de mi otra entrañable familia, mi tía Zoila Perera, mi prima querida Mirta González Perera y Antonio Miguel, su esposo, a quien quise y admiré mucho, ambos directores de Radio y Televisión.
En esas escapadas a la capital cubana con la tía Zoila, Dalia visitaba el Atrezzo Infantil, donde se hacían los títeres y muñecos de la época, lo cual desbordaba su imaginación infantil. Con Mirta y Antonio fue a grabaciones de programa de Radio y Televisión; esto la hizo amar el mundo de los medios cuando aún no sabía qué quería hacer.
¿Estudiar Periodismo fue la primera opción? ¿Cómo comenzó este camino?
En mi primera opción, Periodismo, (en mi familia todavía se ríen porque siendo una niña me preguntaron qué quería ser cuando creciera, y dije que quería ser como Martí, que todo el mundo me conociera). Es que los niños tienen sueños inmensos. En mis otras opciones, pedí Derecho, Filología, Historia del Arte, Historia, es decir mi vocación era meridiana.
Me gradué en 1984, y comencé a laborar en el Noticiero Nacional de Televisión, como toda joven con sueños quise quedarme en La Habana e iniciar allí mi carrera profesional. Me ubicaron en los Servicios Informativos de la Televisión, donde aprendí la magia de la pantalla chica y ya, con los pies sobre la tierra, las encantadoras experiencias de esta profesión.
Tuve la posibilidad de cubrir actos y encuentros de primer nivel, con Fidel muy de cerquita, también Congresos, sesiones de la Asamblea Nacional, y atendí por entonces las Fuerzas Armadas Revolucionarias, algo que hice apasionadamente. Ello me dio el orgullo que asumo con modestia, de estar cerca del General de Ejército Raúl Castro, ver su personalidad cubanísima y sensible cuando dialogaba con la prensa de sus sueños y sus ideas más lindas de constructor de un país nuevo. Así recorrí el país dando cobertura a maniobras trascendentes y fui designada a reportar durante casi un año , la salida de las tropas cubanas de la República Popular de Angola. Sin dudas, allí en tierras africanas me hice, creo, mejor periodista, mejor persona y más cubana.
En el año 1993 me enamoré y mi vida dio un giro de 180 grados, fui a vivir a Santa Cruz del Sur, Camagüey y allí empecé a laborar en Radio Santa Cruz, tres años hermosos en la profesión, porque me acerqué a un pueblo humilde de gente sencilla, personas muy trabajadoras, pescadores en su mayoría, con los cuales aprendí de la inmensidad de corazón de los cubanos.
Allí aprendí a amar la radio, su encanto, hice de todo, hasta conducir programas, hacer reportajes especiales, programas infantiles. Hice guiones, todo lo que quise hacer, nada me detuvo. Allí comencé a ganar algunos premios en el medio, y tuve el premio mayor que fue recibir el cariño de los santacruceños, además de comenzar a reportar para Radio Cadena Agramonte.
¿En qué momento decide regresar a su tierra natal, Santa Clara?
En 1997 luego de tres años en Camagüey, me divorcié y regresé. Allí empecé a trabajar en el Grupo de Comunicación para la Cultura, en aquel momento llamado Palma, hoy Guamo, y por supuesto, me vinculé a la Radio y la Televisión del territorio, con el abordaje de temas culturales de la provincia. A los pocos meses me llamaron para asumir el cargo de Subdirectora Provincial Informativa de la Radio y acepté, no porque me guste dirigir, solo me daba la posibilidad de estar más vinculada a los medios.
En la CMHW, la Reina Radial del Centro, como la han bautizado los oyentes, empecé a trabajar no solo en el cargo administrativo, hice labores de reportera y documentalista, algo que me fascina, al igual que dirigir programas informativos.
A los siete años dejé de ser subdirectora y seguí como periodista y directora de programas hasta hoy.
La CMHW ha sido su casa por muchos años…
La CMHW me ha dado la oportunidad de estar cerca de mi pueblo, de estar en coberturas de primer nivel, como visitas de Fidel a nuestra provincia, la llegada a Santa Clara de los restos de los compañeros de la Guerrilla del Che, la visita del Comandante Hugo Chávez a la Plaza del Che, estar en las Tribunas abiertas, sumarme con toda mi alma a la lucha por el regreso del niño Elián y el regreso de los cinco héroes (Hice por años un programa sobre el tema que se llamaba Un gesto de paz en la brisa), hasta el día de su retorno a la Patria.
También he estado en los momentos más duros del territorio como el paso de huracanes Michelle e Irma por solo mencionar dos de los que dejaron huellas más fatídicas y los cuales no olvido, por ejemplo, al montarme en un helicóptero y ver con mis ojos la destrucción de los puentes de la cayería norte villaclareña.
Lo que más ha disfrutado hacer…
Disfruto igual hacer un trabajo histórico, cultural, de ciencia, o abordar temas políticos, de Salud o Educación, o hacer historias de vida, algo que disfruto mucho. También abordo los temas económicos, imprescindibles para este país pero como los respeto tanto, siempre le he dejado el abordaje profundo de esa temática a colegas más especializados.
Si tuviera que mencionar referentes en el ejercicio periodístico, ¿quiénes serían?
José Martí, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, John Reed. Tuve paradigmas en mi carrera como José Antonio de la Osa, Miriam Rodríguez, Irene Trelles, Elio Constantín, y talentos de la televisión que tanto me enseñaron recién graduada como Robertico López, Julio Madrazo, Danilo Sirio, Marcos Aguilera, Roberto Ferguson, Irma Cáceres, Dimas, o compartir allí con paradigmas como Manolo Ortega y Antonio Pera, entre tantos otros.
Dalia habla y escribe desde el corazón, agradece a quienes en el camino le tendieron la mano, reconoce a los profesionales de los que aprendió sobre el ejercicio del periodismo en Cuba.
A ella, sin embargo, le agradezco su sinceridad. Hay mucha bondad y modestia en cada palabra dicha, en cada idea expresada. Aún tiene mucho por contarnos. En la siguiente entrega de esta entrevista conversamos sobre su pasión por el magisterio, la radio y su acercamiento a temas sociales de gran impacto en la sociedad cubana.
(Tomado de radiocubana.cu)