Tiene Vuelve a mirar muchas aristas sobre las cuales reflexionar, pero una de las más potentes, son los obstáculos que ponen los prejuicios a la voluntad de cambio, evidentes y bien reflejados dramatúrgicamente en la narrativa de la jinetera.
La actual producción televisiva, bajo la dirección general de Ernesto Fiallo, muestra las habilidades de partir de un tema “novelero” como la historia de los amores pasados de dos adultos mayores para “encajar” varias subtramas sobre realidades que vale la pena llamar la atención.
Ese es un mérito de los guionistas Amílcar Salatti y Joel Infante, quienes ya han demostrado, en realizaciones anteriores, la capacidad de usar los recursos tradicionales de la telenovela para visibilizar asuntos y problemas de la vida cotidiana a partir de personajes bien estructurados y conflictos sostenidos en la credibilidad representativa en una obra de ficción.
El drama de la prostituta empeñada en dejar atrás su pasado, debatiéndose entre la persecución del proxeneta que quiere mantenerla anclada en su pantano y los ilustres moralistas que le niegan la oportunidad de redimirse, es el más significativo, y confirma aquella idea martiana de que “los malos” avanzan cuando los buenos retroceden o son indiferentes.
Yuny Bolaños, —conocida por su labor en el humorístico A otro con ese cuento, y los policíacos Tras la huella y UNO, por solo citar algunos de los espacios televisivos en los que ha participado—-, tiene en la prostituta Yoandra un personaje lleno de matices, contradicciones, de contrastes entre la fiereza del maltratado y la ternura de los afectos, que la actriz está logrando transmitir con la intensidad dramática que requieren, marcando con efectividad las transiciones de un estado anímico a otro.
Con la negativa de la familia del novio universitario de Yoandra a la relación de la pareja, los guionistas ponen de manifiesto la fuerza de los prejuicios aun en personas ilustradas; así como, la crueldad que pueden ejercer las llamadas personas de bien para defender sus zonas de confort ante las diferencias económicas y sociales, y cómo se tambalea el humanismo a la hora de ser inclusivo, respetar y dar oportunidad al que está en desventaja.
Hay otras llamadas de atención en Vuelve a Mirar sobre los efectos nefastos de las intolerancias, el no considerar los derechos de los más frágiles, la relación con los hijos, y todo ello transmitido desde los presupuestos de la representación dramática con aciertos y desaciertos, desde mi punto de vista, en el ritmo entre paisajes, canciones y escenas, pero con eficacia comunicacional, sólidamente apoyada por un elenco notable de actores consagrados y otros que despuntan por su buen hacer.
A seguir mirando, entonces, para conocer los desenlaces.
Imagen de portada: Yuny Bolaños tiene en la prostituta Yoandra un personaje lleno de matices