En este minuto se podría recordar a Wilcox —basta mencionar ese apellido como sinónimo de laboriosidad— como si marchara con un abultado dossier bajo el brazo con todos los papeles del nacimiento, reencarnación y desarrollo de la televisión camagüeyana. Sin embargo, su mente era mucho más abarcadora cuando se apelaba al detalle.
¿Saben? Nunca su rostro era reflejo de mal humor. Siempre una sonrisa entre sus honorables arrugas refería algún contratiempo, que se convertía en reto solucionable.
Con Michel Rómulo Wilcox Portell era posible conocer el quehacer del Canal 11, cuya señal salió al aire en marzo de 1959 desde el centro de la ciudad de Camagüey, apenas unas semanas después del triunfo de la Revolución.
Muy joven comenzó a trabajar en la compleja tarea de revelado de las películas para los noticieros de la primera planta televisora fuera de la capital del país, y puntualizaba el esfuerzo del colectivo para transmitir diariamente dos horas al mediodía y hasta siete horas a partir de las cinco de la tarde.
Con orgullo refería, una y otra vez, los hechos trascendentales en esa etapa de transformaciones populares, que no podían esquivar los entonces propietarios del Canal 11, como las declaraciones del Comandante en Jefe Fidel Castro sobre la Reforma Agraria y también el Comandante Camilo Cienfuegos, tras desarticular el complot contrarrevolucionario de Huber Matos, junto al empleo del control remoto de Telemundo, para la transmisión de otros acontecimientos históricos.
En más de una ocasión se refirió a la calidad de los programas, que alcanzaron una gran aceptación entre la población camagüeyana, a pesar de las pocas disponibilidades de televisores en la provincia grande, que incluía a Ciego de Ávila. El Canal 11 cesó en sus transmisiones un par de años después (septiembre de 1961) y el equipamiento enrumbó al canal Tele Rebelde, en Santiago de Cuba.
Más fortalecido en su formación profesional durante los años en la ciudad del oriente cubano, Wilcox participa en la reencarnación de las transmisiones televisivas en la provincia, a través de Televisión Camagüey, el 24 de junio de 1984. Fundamentalmente, realizó funciones como director de programas hasta una edad sobrepasada para el retiro. Fue testigo del desarrollo tecnológico de uno de los cinco primeros telecentros territoriales creados por la Revolución, desde aquellos grandes casetes UMATIC, los MINIDIVID y ahora las TARJETAS DIGITALES.
Sus hijos Yamila y Johan siguieron sus pasos en la primera sede de la calle Goyo Benítez y en la actual, aledaña a la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte.
Como miembro de la Unión de Periodistas de Cuba recibió varios reconocimientos a su labor, entre ellos la Medalla 50 Aniversario de la UPEC.
La expresión “viejuco” en el título corresponde a una particular manera de saludarnos, afectuosamente, entre venturas y contratiempos junto al colectivo de TV Camagüey, desde los complejos años noventa. Era un compañero muy laborioso y dedicado a su labor. Es un gran pesar.
En la foto, Wilcox al centro con camisa amarilla, junto a otros fundadores de Televisión Camagüey
Buen hombre lo conocí siendo muy niña pero mi abuelo me hacía muchos cuentos muy divertidos de el