La UNEAC cumple 60 años de existencias con tantos desafíos como cuando comenzó su empeño en 1961 porque los retos son la condicionante de esta isla y de todos los interesados en mantener su valía de soberana.
Una de mis primeras tareas como periodista cultural de Juventud Rebelde fue “atender”, desde el punto de vista informativo, a la UNEAC cuando todavía Nicolás Guillén era su presidente y en JR se priorizaban los sucesos de la Unión de escritores y artistas cubanos.
Luego fui a prepararme en el recién creado Instituto Superior de Arte para adquirir herramientas de análisis sobre las obras artísticas y, de regreso a JR, Alejandro Alonso, jefe de la página cultural y eminente crítico, me propuso “atender” la radio y la televisión, lo cual ya incluía valoraciones de las obras que se mostraban en esos medios. Entonces yo era miembro de la UPEC, organización que presidia Ernesto Vera.
Pronto mis comentarios sobre programas de radio y tv levantaron polémicas, pero también propiciaron mi entrada a la Uneac como miembro de la Sección de Crítica e Investigaciones de la Asociación de Cine, Radio y Televisión.
Ha pasado el tiempo, más de 40 años, en los que he asistido a congresos de las organizaciones profesionales a las que pertenezco, he participado en debates, soy testigo privilegiada de las coincidencias de reclamos a favor de un periodismo más cercano a la realidad y unas obras artísticas mejor valoradas y más promovidas según sus categorías estéticas, porque en realidad la UNEAC y la UPEC tienen un objeto social común: la defensa de la cultura nacional en su sentido más amplio, que incluye tanto los aspectos materiales, como los espirituales de la sociedad.
Viví con intensidad la revitalización en los años 80 de la crítica periódica en los medios de prensa y las sacudidas que producían en los ámbitos televisivos el evento Caracol UNEAC, el primero dedicado al análisis de las producciones cinematográficas, de la radio y la televisión. La UNEAC y la UPEC visibilizaban las inquietudes, el deseo de renovación en medio de aquel proceso contra las tendencias negativas del socialismo que antecedió a la perestroika, movimiento que dio al traste con la aparente solidez de la Unión Soviética.
La crisis de los 90 no sólo creó una gran tensión económica en Cuba, que perdió sus fundamentales “socios” en reciprocidad en ese plano, sino que produjo laceraciones en el plano espiritual, retrocesos fruto del desconcierto y contradicciones profundas ante medidas obligadas por las circunstancias que trataron de ser explicadas desde la prensa mientras escritores y artistas las reflejaban con particular crudeza. Pero con igual fuerza se repitieron en los coloquios y eventos, tanto de la UPEC como de la UNEAC, la necesidad de renovar aún en las circunstancias más adversas. Los dos más recientes congresos de las dos organizaciones lo demostraron fehaciente.
He trazado este paralelo para llamar la atención de los nexos tácitos entre la UNEAC y la UPEC desde mi visión, porque considero que en las celebraciones por el 60 aniversario de la Unión de Escritores y Artistas deben figurar la profundidad de alianzas entre ambas organizaciones ante los retos crecidos con la guerra declarada a Cuba desde las plataformas digitales regidas por centros hegemónicos de grandes recursos, escenarios fundamentales no sólo de riposta a ataques, sino de exposición del arte, el periodismo y la cultura cubana.
Han sido pródigas las celebraciones por el 60 aniversario de la UNEAC, mientras la UPEC se enfrasca en poner en circulación un nuevo modelo de prensa publica que satisfaga las necesidades informativas de la población, que requiere de creatividad, talento, audacia, los mismos ingredientes que requiere cualquier obra artística o de pensamiento.
Como parte de las festividades, la UNEAC ha propiciado los Diálogos por los 60 que le han proporcionado una abultada agenda para el renuevo, que requiere una comunicación más efectiva con los creadores y pensadores más jóvenes, una dinámica más efectiva en la participación de todos sus miembros y una colaboración más eficaz con los medios de prensa, además de un intercambio perenne con todos los creadores como actores de todos los cambios a favor del entendimiento.
En la UNEAC ESTÁ LA FUERZA, reza uno de los slogan por el 60 cumpleaños. Y es cierto, se ha demostrado a través del tiempo, pero esa certeza puede duplicarse con la colaboración de la UPEC que en el 2023 celebrará el 60 aniversario del mismo empeño, el de contribuir a la preservación de la isla soberana por muy fuertes que sean las agresiones de quienes pretenden destruirla.