Por Junior Hernández Castro
Desde el momento en que vio a los otros caminar hacia el local de ensayos, Denis Rodríguez Zamora maquinó en su mente una audición de la que Elton John seguramente estaría orgulloso. Tras haber sido invitado por el director y tecladista de la banda Histéresis, Jorge Fernández Acosta, y luego de haber seguido casi a hurtadillas a los demás músicos, cruzó la puerta del bar Doble A y caminó hacia las tablas, con todo el desparpajo del mundo, presto a conquistar la plaza de vocalista.
—Ellos empezaron a coger sus posiciones y yo fui y me paré frente al micrófono… Los demás se me quedaron mirando en plan: “¿Y este consorte quién es?”, y yo ya… listo pa echarla, ¿tú me entiendes? —recuerda Denis, y Jorge asiente.
—Ese día empezaron a tocar los muchachos y fue genial, porque había tremenda energía… —corrobora, antes que Denis vuelva a la carga:
—Ese día canté como Dios… ¡Fue terrible eso! Empezamos a tocar covers de otras bandas para probar cómo estaba la química, y a partir de ahí, comenzamos a caminar juntos… Déjame decirte que mi estilo más fuerte era el hard rock, el rock progresivo para mí era totalmente desconocido… Imagínate que casi ni voy a la audición —confiesa sonriente—: Yo no quería ir y mi mamá me decía: “Muchacho, ve, que tú no tienes nada ahora”. Y dos años después aquí estamos, un piquete súper joven, haciendo temas propios, grabando en estudio, y preparando nuestro primer disco con la EGREM.
“¿Qué cómo veo a la banda? Compadre… Yo la veo como la mejor banda de progresivo del país dentro de muy poco tiempo”.
Breve historia de un grupo sin nombre
Tres años antes de la audición en el bar Doble A, cuando Jorge Fernández aún cursaba el tercer año en la Escuela Nacional de Arte (ENA), surgió el proyecto que luego sería Histéresis. El futuro tecladista y director del grupo se involucró en la composición de la banda sonora para un documental sobre la tradición de las fiestas de quince, dirigido por la estudiante de Periodismo, Sumaily Carrandi.
La idea era que cada una de las historias reflejadas en el audiovisual contara con una estética diferente, y Jorge —acompañado por los futuros baterista, bajista y guitarrista de Histéresis, Emmanuel Urquía, Guillermo y Samuel Cano— dio así los primeros pasos hacia la conformación del grupo.
En aquel momento, todos los integrantes del proyecto se habían convertido en seguidores del progresivo, uno de los estilos más virtuosos y complejos del espectro rockero-metalero. A Jorge, los ya “veteranos” en el tema, Emmanuel y Samuel, le habían enseñado las mieles de ese mundo a través de Dream Theater, una banda que ambos escuchaban desde el nivel elemental de la enseñanza artística. Para el tecladista —un apasionado de la música académica— toparse con un género que poco o nada tuviera que envidiarle en técnicas o composición a la música culta, lo hizo adentrarse aún más en el universo progresivo y nutrirse de álbumes conceptuales, sonoridades atrevidas y nombres con significados filosóficos.
—Los que no teníamos nombres éramos nosotros, ja, ja, y los debates en la ENA sobre el tema eran interminables —cuenta el tecladista—. Recuerdo que queríamos presentarle el proyecto a X Alfonso para hacer nuestro primer concierto en Fábrica de Arte, pero andábamos sin nombre todavía. Y resulta que una noche estábamos Guillermo, y yo, cada uno con un celular en la mano, buscando artículos en la Wikipedia, y en eso me dijo: “Coño, mira esto, asere: ¡histéresis electromagnética!” Y de ahí salió el nombre, que viene una de propiedad de la magnetización de los cuerpos: cuando tú le induces a un determinado cuerpo una fuerza electromagnética y después se la retiras, ese cuerpo sigue conservado cierta inducción, a pesar de que no tenga su influencia.
—Aunque para mí también tiene un significado más humano —continúa Denis—. O sea, se trata aplicar esa propiedad física a las personas. La banda toca en determinado lugar y ese efecto que generamos en el público se queda en la mente durante un tiempo —pone su índice en la sien—, hasta un punto que puede llegar a ser irreversible. Ponme, ponme eso en la entrevista, por favor —enfatiza el cantante y le hace un guiño a su compañero.
Puertas que se abrirán…
El 17 de agosto de 2017, Histéresis debutó en vivo en Fábrica de Arte, con el cantante Javier Alfonso como voz principal. La gestión de Jorge había sido efectiva, y X Alfonso mostró tanto entusiasmo por la música de la banda, que les ofreció el local de ensayos del grupo Síntesis.
—Pero de ahí explotamos como Kafunga —cuenta Jorge entre risas—, porque los vecinos de la zona estaban acostumbrados a la música de Síntesis, que es un poco más calmadita que la de nosotros. Entonces al final, “nos hicieron la cama” y tuvimos que buscar otras cosas por ahí.
Por fortuna para los miembros de Histéresis, haberse graduado de una escuela de música les abrió las puertas para una audición en 2019 con la Empresa Nacional de Música Popular y el posterior reconocimiento como banda profesional. Las presentaciones en vivo sucedieron con mayor regularidad y los dirigidos por Jorge compartieron escenario con bandas emergentes Luces Verdes y otras consagradas como Anima Mundi, esta última, reconocida por la crítica y el público como una de las más importantes del rock cubano y un ícono del progresivo hecho en el país.
Más tarde, la salida de Javier y la entrada de Denis, marcaron una nueva etapa que Jorge reconoce como un punto de inflexión en la sonoridad del grupo, además del paso definitivo hacia la grabación de su primer álbum de estudio.
—Denis traía una cosa fresca: su propio estilo musical, su propia manera de ver el rock. De esa fusión de visiones nacieron temas como “Nota Informativa” y “Manchas en el Sol”, que dieron pie a que recurriéramos a la Asociación Hermanos Saíz y optáramos por la beca El Reino de Este Mundo, para conseguir financiamiento. Así lo hicimos y resultó: nos otorgaron el presupuesto y comenzamos a grabar los temas en PM Records. Creo que poder terminar su primer disco es el sueño de toda banda que empieza.
Nota informativa: Lo que está por venir
El álbum de Histéresis rondará los 45 o 50 minutos, y, según comenta Denis, los ocho temas que lo componen, le dan un toque variado dentro de los estándares del estilo.
—Para ser un grupo de progresivo y tratarse de su primer álbum, tendrá muchos matices. Creo que se trata de una banda que ha sabido ser exacta en determinados géneros más allá del principal, y a su vez, combinarlos sin dejar de ser Histéresis.
—El sueño de nosotros es hacer nuestro disco conceptual con una historia bien dinámica, y que cada una de las canciones tengan interrelación, con desarrollos-motivos y “toda esa locura” —complementa Jorge antes de recalcar que eso viene, pero hay que ir paso a paso.
Como antesala del disco, Histéresis lanzará próximamente dos materiales audiovisuales de los sencillos “Nota informativa” y “Sin miedo”, además de un proyecto aún en ciernes que harán público cuando llegue el momento.
—Esperamos tener el álbum listo para inicios del próximo año, porque no conviene tampoco hacer un lanzamiento discográfico en medio de la pandemia —explica Jorge y Denis asiente con la cabeza.
Sobre el futuro de Histéresis, ambos músicos se sienten optimistas: una de sus ambiciones es consolidarse dentro de los espacios internacionales y poder vivir de la música. “Lo que todas las bandas sueñan”, dice Jorge, y agrega rápidamente:
—Como anhelo personal deseo que nuestra música también tenga la misma repercusión en Cuba. Hay muchas bandas cubanas que se concentran en mercados internacionales y han tenido éxito. Yo, además, quiero llegar a ese público cubano amante del rock. Muchas generaciones de bandas nuevas lo están haciendo, y también están demostrándole a los frikis cubanos, como se les dice, que el rock no es solo pincho y calavera. Creo que están surgiendo cada vez más bandas que cubren con sus propuestas los diferentes espacios y variantes del rock, y eso es algo muy positivo.
“Quizás es osado hacer una afirmación como esta, pero yo creo que Histéresis tiene el potencial para llegar a otro tipo de público que no necesariamente tiene que ser el seguidor asiduo del género, ni el rockero clásico que normalmente se identifica a con este tipo de música. Lo importante de las nuevas bandas no es competir entre ellas, sino en su conjunto formar parte de otras alternativas para el público. Queremos dar opciones desde nuestra propia identidad y las influencias de la música cubana, una posibilidad que no les puede dar ni Pink Floyd, ni Avenged Sevenfold, porque no son bandas de aquí: es la posibilidad de que el público se pueda sentir identificado. Y en el caso de los escenarios internacionales, no nos van a consumir por ser Dream Theater 2.0; nos van a consumir porque Histéresis, desde su estilo, les tiene que dar algo a ese público que no les dé nadie más”.
—Yo creo que Histéresis va a darle mucho de que hablar a la gente— asegura Denis—. Va a ser una banda exitosa en escenarios internacionales, y en lo que respecta al género progresivo, vamos a posicionarnos entre los primeros. Ese es el objetivo.
—¿Y no les preocupa ser de los géneros minoritarios del rock en Cuba? —pregunto sin dilación.
—No, no, y te voy a explicar por qué —se apresura a responder Denis—: Cuando la música se hace de corazón, no hay miedo que valga.
Tomado de Cubadebate/ Foto de portada: Jorge López.