El 13 de junio de 1852 apareció por primera vez en la historia de Cuba un periódico clandestino, La voz del Pueblo Cubano, del que solo tres ejemplares vieron la luz editorial.
Fue editado por el joven de 23 años de edad Eduardo Facciolo y Alba, apresado por las autoridades coloniales en la imprenta donde editaba el cuarto número.
En el primer ejemplar consignó: “Este periódico tiene como objeto representar la opinión libre y franca de los criollos cubanos; propagar el noble sentimiento de la libertad de que debe estar poseído todo pueblo culto”.
Facciolo fue ejecutado en garrote y fue así como se convirtió en el primer mártir de la prensa cubana. Había nacido en Regla, La Habana, el 7 de febrero de 1829, hijo de un español y una criolla. Los primeros estudios los hizo en un colegio de Regla y aprendió el oficio de cajista, poco después sería distinguido como tipógrafo.
Ya en 1844 comenzó a trabajar en la imprenta del diario El Faro Industrial de La Habana, donde llegó a ocupar el cargo de regente.
