Aquel 5 de junio de 1955 el periodista y entonces dirigente ortodoxo Juan Manuel Márquez fue salvajemente golpeado por una pandilla policial del régimen de Batista. Como consecuencia de las lesiones, fue ingresado en la Clínica Santa Emilia. Y Fidel Castro, desde las páginas del periódico La Calle, denunció: “Me duele en la propia carne los golpes que le dieron a Juan Manuel Márquez, porque como dijo Martí: en la mejilla de todo hombre honrado se ha de sentir la bofetada que recibe cualquier mejilla de hombre”.
En la tarde, Fidel lo visita en la clínica y pide a los presentes, médico, enfermero y amigos, que lo dejen a solas conversar con el paciente. E 12 de junio, al crearse la “Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio”, Juan Manuel Márquez figura entre los principales organizadores.
Había nacido en Santa Fe, al oeste de La Habana, el 3 de julio de 1915. Sus pares contribuyeron a la formación patriótica. Al trasladarse con la familia para Marianao, matriculó en la Academia Agramonte. Continúo estudios en el Instituto de La Habana, en tanto se le despertaba la vocación por el periodismo.
Desde la adolescencia, era reconocido en Marianao por su pensamiento patriótico y revolucionario. A los 16 años de edad se incorporó al movimiento que combatía la tiranía machadista, por lo cual su hogar fue allanado por fuerzas represivas y, junto con el padre, lo llevaron a la cárcel, por primera vez. Al crearse en 1931 en el citado municipio el Sector Radical Estudiantil, organización antimachadista, Juan Manuel fue uno de sus miembros más destacados. Fundó y dirigió el periódico Radical, con circulación efímera al ser ocupado por la policía. El 8 de abril de 1932 es detenido y enviado al mal llamado Presidio Modelo.
Tras la caída de Machado y con 18 años de edad, asumió la secretaría general del Sector Estudiantil y creó el periódico Catapulta, donde resaltó: “No abandonaremos nuestra pluma mientras no obtengamos la realización del programa revolucionario que nos impusimos al principio de la lucha, a no ser que la esterilidad de la misma nos demuestre la necesidad de medios de acción más radicales”. Había convertido la pluma en poderosa arma de su pensamiento y en las páginas del semanario El Sol, bajo título Banderas a media asta, resaltó que Cuba había dejado de ser colonia española para convertirse en factoría del imperialismo yanqui.
También Ingresó en la Hermandad de los Jóvenes Cubanos, desde donde continúo encabezando los movimientos sociales. El 13 de marzo de 1936 lo arrestan y sentenciado a ocho años de reclusión lo enviaron, por segunda vez, al presidio de Isla Pinos (Hoy, Isla de la Juventud). En virtud de una amnistía, salió del Presidio Modelo a finales de 1937. Años más tarde, elegido en su municipio concejal por el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), declaró: “Al Consistorio llevaré y defenderé los puntos que han constituido desde hace más de diez años las inquietudes de la Revolución Cubana”. Pero, al percatarse que el presidente Grau San Martín, no cumplía con las promesas hechas al pueblo, Juan Manuel Márquez renunció a seguir militando en las filas del Partido Auténtico e hizo públicas las causas de su abandono.
Tras el golpe militar dado por Fulgencio Batista, el 5 de abril de 1953, el joven revolucionario apoyó los planes de un movimiento que pretendía atacar la fortaleza militar Campamento de Columbia, enclavada en Marianao. Juan Manuel situó a 250 combatientes en distintos lugares de ese municipio, a la espera de la orden de entrar en la acción. Pero, los planes fracasaron y, no obstante, él prosiguió con la idea de derrotar la dictadura militar, así lo sentenció en una declaración pública, el 12 de junio de 1953.
A partir del asalto al cuartel Moncada, 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba liderado por Fidel, y a pesar de que Juan Manuel no estuvo entre los asaltantes, fue más feroz la persecución contra él. su casa fue allanada muchas veces, sin que esto lo limitara declarar que “la revolución era ya la única alternativa para conquistar la libertad”.
El 15 de mayo de 1956, después de casi dos años de cárcel, la presión popular logró la excarcelación de Fidel Castro y el resto de los moncadistas. En México, Juan Manuel, nombrado por Fidel segundo jefe del proyecto revolucionario, participó en la búsqueda de lugares para el alojamiento y entrenamiento de los futuros expedicionarios. Entre los días 21 y 23 de julio de 1956 por causa de una delación, la policía federal mexicana realiza un operativo para detener a Fidel Castro. Los agentes policiales allanan casi todas las casas que guardaban armas. Solo Juan Manuel Márquez, Raúl Castro y Héctor Almada lograron escapar de la redada. Los planes para la expedición se aceleraron, y los revolucionarios siguieron enfrentando serios obstáculos antes de que el yate Granma pudiera zarpar de Tuxpan, por lo que Juan Manuel exclamó: “¡Qué difícil se hace para nosotros ir a morir por Cuba!”
El 2 de diciembre de 1956, el Granma toca suelo cubano. Los 82 expedicionarios, exhaustos por la larga travesía y el mal tiempo, tuvieron ante sí las dificultades del desembarco en una zona de pantanos y manglares. Resultó muy difícil la marcha para llegar a la tierra firme. Al hacerse el recuento del personal, faltaron Juan Manuel Márquez y otros siete revolucionarios. Ellos se reunieron con el resto de la expedición dos días después. En la marcha hacia la Sierra Maestra, el grupo donde iba Juan Manuel fue sorprendido por soldados de la dictadura. El joven disparó todas las balas para cubrir la retirada de sus compañeros. Y, continuó deambulando por desconocidos parajes con hambre y sed. Perseguido por tropas del régimen batistiano, Juan Manuel Márquez fue detectado y asesinado el 15 de diciembre de 1956.
En el aniversario 40 del desembarco del Granma, Fidel, recordando al segundo mando de la expedición, expresó: “Juan Manuel Márquez era un muchacho muy bueno, era del partido Ortodoxo, de las figuras jóvenes, un orador brillante, y como cuando nosotros salimos de las prisiones teníamos la idea de ampliar el movimiento con nuevas figuras, reunimos a los que habíamos estado en el 26 de julio con algunas otras organizaciones —así algunos compañeros se unieron en ese equipo—, y para nosotros era muy importante contar con una figura joven, del prestigio de Juan Manuel. Entonces, hablamos con él, lo captamos, y lo ganamos, pero de una manera decidida. […]”.
(Imagen de Portada: Obra de Isis de Lázaro).