Por un periodismo escudado en la ética, y que ayude a interpretar la diversidad de la sociedad cubana actual desde las historias humanas, abogaron los colegas participantes en el panel “Periodismo y jóvenes en Cuba”, desarrollado este 8 de marzo a través del sistema de videoconferencias de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), como parte de las actividades de la Jornada por el Día de la Prensa Cubana.
Al inicio de la cita virtual, organizada por el Club Juvenil de la Upec, Yuniel Labacena – presidente del grupo en la capital- dio pie al debate con las siguientes interrogantes: ¿Qué significa ser periodista en la Cuba de hoy?¿Qué le inquieta a los jóvenes periodistas?¿Para las nuevas generaciones de profesionales qué sería la construcción de un nuevo modelo de prensa público para nuestro socialismo?
De acuerdo con Ayose Naranjo, subdirector del matancero periódico Girón, el hecho de que el actual contexto infocomunicacional esté marcado por la sobresaturación de información implica para los profesionales de las instituciones mediáticas el deber de apropiarse de la investigación como un elemento que forme parte de las esencias de toda práctica periodística.
Naranjo consideró, además, que la construcción de los productos comunicativos debe transcender las cinco preguntas básicas enseñadas en la Academia e incorporar el cómo.
“Hay que poner al personaje en escena. Con pluralidad de voces es que lograremos retratar la Cuba actual. No tengo fe en el periodismo que no logre apelar a lo emocional y narrar una buena historia. No tengo fe en el periodismo que no tenga intención de tomar elementos del cine, la poesía y la literatura. No tengo fe en el periodismo que no se conciba como otra forma de hacer arte”, subrayó.
Fátima Rivera, periodista de Tele Pinar, destacó que en el actual contexto de la convergencia digital los contenidos y sus productores están expuestos de manera permanente a la crítica, al enjuiciamiento y a la tergiversación de cada palabra.
“Por ello, ante la expectativa de nuestros contenidos, se imponen trabajos sagaces y concretos. Se imponen también las emociones. El periodismo está en la vida de la gente, en la manera en que encuentras hechos y testimonios. Cuando aposté por esta carrera quise ser portavoz de aquellas personas que tienen algo que contar. Estamos ante un escenario mediático que pone énfasis en el interés público, y en ese sentido es imprescindible la organización de la fuerza profesional y de las maneras en que concebimos nuestros modos de hacer”.
Rivera consideró que ser periodista en la contemporaneidad implica un comportamiento ético y humano que confronte la realidad en que se desarrolla.
Dayamis Sotolongo, reportera del periódico Escambray, de Sancti Spíritus, señaló que cuando se estudia la carrera se tiene una visión un poco idílica de la profesión, que luego la realidad desacraliza, y que comienza a allanarse durante la realización de las prácticas laborales en los medios.
La espirituana expuso que en el contexto comunicacional en el que nos encontramos, la inmediatez continúa siendo un desafío en el ecosistema de medios públicos cubanos. Asimismo, recalcó que el ADN de la prensa cubana no deben faltar las historias de vida: “Ni las hechas por los jóvenes, ni las hechas por tantos veteranos que también sustentan la labor de nuestras instituciones mediáticas.
“Defiendo el periodismo narrativo. Las personas necesitan conocer las interioridades del ser humano. El periodismo está hecho de circunstancias, y uno tiene que tratar de dibujar la realidad con todos sus claroscuros; con todo el contexto que nos acompaña y que vive nuestra sociedad, de la que también somos parte”.
La santiaguera Beatriz Vaillant, corresponsal de la Agencia Cubana de Noticias en ese territorio, dijo que si algo ha propiciado la cobertura de la pandemia de la COVID-19 ha sido las narraciones en tercera persona.
“Esto se vincula a la vocación de servicio de la profesión y hace a las personas sentirse reflejadas en las agendas de los medios. A ello va a tributar el olfato con el que el periodista, joven o no, identifique de dónde puede salir la historia que genere, sobre todo, interés público”.
De inquietudes, y de un nuevo modelo de prensa en el horizonte
Fátima Rivera es del criterio de que a la prensa le toca fomentar el debate en torno a los procesos implicados en las transformaciones en curso en la Isla, y que constituyen una de las prioridades de trabajo aprobadas en el último cónclave de la Upec, en julio de 2018.
Por su parte, a Ayose Naranjo le inquieta que ante el escenario mediático vigente, altamente sensible y confrontacional, existen ocasiones en que en el gremio prevalece más el activismo que el ejercicio periodístico: “Al calor de un suceso determinado, y en circunstancias en que más se precisa de reporteo, falta poner a hablar a los protagonistas. Nuestro papel, más que nunca, está en interpretar y ofrecer distintos puntos de vista”.
Asimismo, Naranjo apuntó que le preocupa que la tergiversación de la cotidianidad cubana en algunos de los medios privados derive en la disminución del ejercicio de la crítica en los medios públicos, “por aquello de no criticar para no dañar”, en momentos en que esta es muy necesaria.
Mientras, Dayamis Sotolongo dijo que aunque se ha avanzado en el imperativo de conectar las agendas pública y mediática, todavía resta mucho por andar en ese sentido.
“Me preocupa no realizar contenidos que conecten con los jóvenes. Me preocupa cómo hacer que nos lean, vean y escuchen; y que el apelativo de “oficial” los haga alejarse de nuestras plataformas, incluso cuando hay intentos muy válidos para enamorarlos. Pero nos falta un trecho para convencer, para que las personas vean en el periodismo cubano lo que les duele y lo que padecen cada día”.
Beatriz Vaillant consideró que la capacitación y superación en los medios de prensa es todavía una asignatura pendiente. Igualmente, que la edad o el tiempo en un medio de comunicación se considere como un ente profesional legitimador: “Para hacer ese tipo de periodismo al que estamos abocados todos hay que regresar de manera constante a la Academia, y gestionar los conocimientos que surgen acerca de las nuevas prácticas comunicativas”.
Respecto al papel de los jóvenes periodistas en la construcción de un nuevo modelo de prensa para el socialismo cubano, algunos apuntes de los panelistas:
Dayamis Sotolongo: “Nos toca dinamizar los medios. Ese modelo de prensa debe estar regido por una autorregulación responsable, donde no exista censura y nosotros seamos capaces de regular los contenidos que vamos a ofrecer. Debe primar una construcción editorial donde se sopesen todos los temas a corto, mediano y a largo plazo. Y, por supuesto, tiene que tener una construcción participativa, donde las agendas estén conectadas”.
Ayose Naranjo: “Tiene que girar sobre el periodismo interpretativo, creo que esa es la gran deuda que tenemos con las audiencias actuales. Debemos especializarnos y publicar contenidos cada vez más completos. Si antes se debatía acerca del daño que hacían los vacíos informativos a la credibilidad de nuestros medios, hoy son inadmisibles ante el aumento de la democratización de las tecnologías de la información y la comunicación en el país”.
Beatriz Vaillant: “Debe imbricar profesiones que tributan a la concepción social del periodismo. Hay que concebir a nuestras organizaciones mediáticas como multimedios, y generar contenidos para todas las plataformas. Debe posibilitar, también, mayores niveles de participación ciudadana”.
Fátima Rivera: “A partir de los recursos que tenemos, hay que construir un diálogo conjunto. Debemos pensar los contenidos en dependencia de las características de las plataformas a los que los estamos encaminando. El éxito del modelo está en ese diálogo abierto y participativo, esencial para construir una verdad que necesita de todos y que fue un principio inspirador del último Congreso”.