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Un mundo muy complicado y peligroso

Los últimos cinco años vividos han complicado sobremanera la situación mundial. Como si fuera poco, llegó la Pandemia en el 2020, acelerando los procesos de deterioro económico, social y político llevando a la insostenibilidad varios de los sistemas de salud en el mundo, tanto a nivel de países, como de grupos de países y a nivel mundial.

No creo que después de la II Guerra Mundial, hayamos vivido una situación tan compleja como la que ahora tenemos dándonos el frente. La Potencia capitalista, que, durante más de 70 años del siglo XX, lideró casi todos los equilibrios y desequilibrios mundiales, hoy no se lidera ni ella misma.

Sin dudas, después de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos, sobre la base del poderío hegemónico conseguido, diseñó un mundo que parecía duraría por siglos. Hoy ese diseño se está desmoronando a una velocidad que nos amenaza a todos.

Con la administración de Donald Trump hicieron crisis todos los principios básicos en que se apoyó el liderazgo norteamericano, tanto interno como externo.

Internamente, la economía norteamericana hace crisis, sin que se avizoren mejorías sustanciales para los próximos años. Esta potencia, económicamente, se diseñó para avanzar sola, valerse de todos los demás e imponer política a nivel mundial, utilizando el mecanismo de la guerra, siempre que le fuese necesario, aunque no siempre conveniente. Para liderar las organizaciones, tanto económicas como políticas, controlar todas las fuentes de materias primas, energéticas, técnicas, monetarias, bancarias, militares, comerciales, de inversión, todas a nivel mundial.

Se trataba de un diseño que dio coherencia mundial al sistema capitalista, pero que, al mismo tiempo, lo fue haciendo más vulnerable, en la misma medida en que sirvió para profundizar las tendencias imperiales al profundizar el poder de la oligarquía financiera, que como diría V.I. Lenin, sus intereses son opuestos a los de toda la sociedad.

Sin embargo, hoy el mundo ha cambiado, pero los Estados Unidos parece pretenden continuar como si nada hubiese ocurrido. Ya Biden, para estrenarse, ha bombardeado a Siria.

Esta administración enfrenta una situación interna como no había tenido ninguna otra junto a un mundo que le está exigiendo cambios y al que miró siempre solo con la intención de la explotación, control absoluto de los recursos, imposiciones de políticas, servirse de todo cuanto estuviese a su alcance, con una diplomacia de puñaladas por la espalda, terrorismo de estado, asesinatos selectivos, invasiones de todo tipo, presiones, sanciones y alianzas controladas.

Ya hoy, nada de eso está al fácil alcance de las manos de Estados Unidos. Teniendo que contar, además, con que existen potencias mundiales, como China, Rusia, India y otras de mediano porte, que van lanzando a Estados Unidos del primer lugar que siempre ocupó, quizás hasta un tercero o cuarto, apareciendo una clara tendencia a la distribución de las áreas de influencia mundiales, sin que haya habido otra guerra.

El mundo va dejando de ser unicentrico para devenir en policentrico. Y los Estados Unidos ya no está en condiciones de controlar esa tendencia, como si tuvo lugar cuando, después de la II Guerra Mundial, aparecieron la URSS, los demás países socialistas y los movimientos de liberación nacional vivieron un auge.

Junto a todo ello, los Estados Unidos como nación, están más divididos que nunca, surgiendo la contradicción entre nación e imperio que ha quebrado de manera profunda a la sociedad estadounidense. De un lado, los que están dispuestos a salvar la nación, aunque desaparezca el imperio; mientras del otro, aquellos, dispuestos a salvar el imperio, aunque se ponga en peligro la nación. Se trata de una profunda división, que tiene incluso su expresión en la composición social de fuerzas dentro de los partidos Demócrata y Republicano.

Con esa división, los Estados Unidos, enfrentan varios retos que amenazan la estabilidad del país. Como son los siguientes:

-Resulta indispensable superar la pandemia del llamado coronavirus. Qué ha resultado el desastre de salud más grande dentro de la sociedad norteamericana.

-Resulta urgente superar la crisis económica, que amenaza como nunca antes, la recuperación económica.

– Hay que mejorar la situación del racismo.

-Hay que arreglar las relaciones con los aliados, que amenaza como nunca antes la capacidad internacional del país.

-Hay que volver a todas aquellas instituciones Internacionales de las que Trump sacó al país: la UNESCO, la Organización Mundial de La Salud, El Acuerdo Climático, la OMC, restaurar las relaciones con la OTAN y volver a ocupar espacio en otras organizaciones económicas internacionales, que Trump abandonó.

-Concluir la salida de Afganistán, que ha sido la guerra más larga librada por Estados Unidos, algo así como su segundo Vietnam.

Todo ese proceso tan necesario tiene lugar en los marcos de una América Latina en que las fuerzas políticas de izquierda vuelven a tomar fuerza y Rusia y China cuestionan el liderazgo económico de Estados Unidos en la región. Y, además, no están resueltos los conflictos con Nicaragua, Cuba, Venezuela, Haití, la paz en Colombia, la lucha contra el narcotráfico, los conflictos migratorios, así como otros temas de seguridad que preocupan al país.

Biden, por su parte, tropieza con varios asuntos que deberá solucionar de inmediato.

-La gran división existente, dentro de la que Trump continúa capitalizando parte de las fuerzas políticas internas.

-Los ataques de Trump, que ya anunció su candidatura para el 2024.

-La extrema derecha vuelve con sus amenazas de atacar al capitolio.

-Neutralizar los ataques del Partido Republicano que pretende recobrar el control del congreso en el 2022. Y buena parte, apoyar a Trump en sus pretensiones electorales hacia el 2024.

Sin dudas, Biden tendrá que desplegar una administración exitosa que le permita superar, al menos, parte de la división existente. Al mismo tiempo, que logre presentar claramente los descalabros sociales de la administración de Trump, sacando al país de la pandemia y de la crisis económica, que son, sin lugar a dudas, los problemas más serios y apremiantes a resolver.

Solo así lograría que Trump no recuperase el control del Congreso en el 2022 y el del gobierno en el 2024, logrando superar, paulatinamente, la popularidad con que aún esta cuenta.

Creo que, en la política norteamericana, cuatro años son suficientes para lograrlo, pero todo depende de cómo le salgan las cosas a Biden.

Particularmente, en el caso de las relaciones con Cuba se están moviendo suficientes fuerzas como para que, si Biden se propone mejorar las cosas, siguiendo su promesa de campaña, podría lograrlo; incluso, tal vez, con menos obstáculos que los que tuvo que enfrentar Obama.

Sin embargo, no debemos olvidar que si las cosas no le salen como Biden espera, Cuba podría siempre ser entregada como moneda de cambio. No sería la primera vez que ocurre.

One thought on “Un mundo muy complicado y peligroso

  1. Gracias Maestro Esteban. Con su comentario bien fundamentado entiendo mucho mejor la sitruación de USA. Compleja por demás.

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