Hay lugares que tienen un misticismo indefinible, un sentido legendario que llega a ser sobrecogedor. Lugares a los que a veces se llega por azar y en sus paredes se siente, el paso de los años, de tantas historias. Radio Habana Cuba (RHC) es una de esas locaciones: encierra en si misma un aura cosmopolita y a la vez muy cubana. Sus cabinas guardan el recuerdo de los versos recitados por Roque Dalton, de las crónicas que en ellas narró Alejo Carpentier, los años en los que Eusebio Leal contaba cómo era andar La Habana.
Al visitante lo recibe una imagen de Martí, una lienzografía de aquella pintura de ojos grandes y líneas delgadas que Guayasamín le dedicó al apóstol. Pero Martí no está solo, lo acompañan a lo largo de un extenso pasillo las figuras de otros que, como él, dejaron su marca en la memoria de los hombres. Algunos provienen de insospechados confines del mundo, maestros que conjugaron en diferentes lenguas el sentido de la libertad. En una fecha tan significativa como este 24 de febrero la emisora cumple 60 años de haber sido inaugurada como medio experimental de onda corta.
Muchos le han consagrado su vida y afirman que, como el agua del tinajón, una vez que se prueba es imposible de abandonar. Entre ellos está Pedro Martínez Pírez, que hace más de cuatro décadas recorre sus pasillos y dice que con toda seguridad lo seguirá haciendo hasta el último día de su existencia. Con sus ojos azules y su inamovible bolchevique color crema cuenta los eventos que enmarcaron la fundación. “La idea de la creación de Radio Habana Cuba surge en la Sierra Maestra. Fidel pensaba que cuando triunfara la Revolución había que hacer una gran Radio Rebelde para llevar la verdad de Cuba al mundo.”
El surgimiento de la emisora se enmarca en 1961 durante una época convulsa. “Estábamos en medio de una situación muy compleja en materia informativa para el país. Había triunfado la Revolución en el 59 e inmediatamente Fidel impulsa lo que se conoce como la Operación Verdad, de la que la emisora formó parte”, relata Pedro Manuel Otero, subdirector de Idiomas y las Redacciones Digitales, uno de sus más antiguos trabajadores. Otero relata también cómo ese 15 de abril, durante el sepelio a las víctimas de los bombardeos de los aeropuertos de La Habana, Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños, el Comandante hace alusión a la recién nacida radio capitalina.
Martínez Pirez narra con añoranza los días en los que por la onda corta se transmitieron los partes de la contienda de Playa Girón, las muchas entrevistas que magistralmente realizó a mandatarios como Maurice Bishop durante la invasión a Granada, los pasos de las grandes personalidades de la historia y la cultura que desfilaron por los estudios de grabación.
Cubano es un sentimiento
Las transmisiones se iniciaron en idioma español y posteriormente se fueron incorporando el inglés, francés, portugués, árabe, esperanto, creole, quechua y guaraní. Estos dos últimos dialectos actualmente no tienen espacios al aire. La incorporación de tantas lenguas fue posible gracias a la heterogeneidad de nacionalidades de las personas que integran el colectivo. Algunas de ellas llegaron a Cuba como consecuencia de las complejas situaciones políticas y sociales que sufrían sus países de origen. Tal fue el caso de los chilenos que se refugiaron en la Isla durante la dictadura de Pinochet. Pero otros llegaron atraídos por los grandes cambios que estaban ocurriendo en Cuba, con la ilusión de formar parte de ellos.
Abdulraqib Ahmed Kassem llegó a Cuba siendo prácticamente un niño. Venía desde la distante tierra de Yemen acogido al plan de escuelas de la Isla de la Juventud. Aprendió español, lengua que le apasionó al punto de licenciarse en Literatura Hispana, vínculo que lo impulsó a perseguir el camino del periodismo.
Realizó sus prácticas laborales en Radio Habana Cuba, en un departamento en el que había palestinos, yemenitas, saharauis y otros representantes del mundo del islam, quienes convivían en perfecta armonía. Posteriormente, vivió un par de años en la provincia de Camagüey con su nueva familia, pero no pudo resistir el llamado de esa radio que traía al Caribe un pedazo del Medio Oriente y desde entonces ya han pasado 20 años.
Abdul colma de música tradicional y banderas multicolores un departamento que tuvo grandes momentos de esplendor. Actualmente es él quien lo saca adelante. Se levanta a las cinco de la mañana para actualizar la página en árabe, y se enorgullece porque es la única de su tipo en América Latina. “Trabajamos no por ganar dinero, sino ser un apoyo más para la Revolución Cubana,” dice con un acento casi imperceptible. Para él es sumamente importante llevar noticias de Cuba al otro extremo del mundo, porque sabe que lo están escuchando en Asia, el Magreb y otras partes de África, donde hay algunos que, como él, estudiaron aquí y quieren estar al tanto de Cuba, su segunda patria.
La historia de Roberto Bastidas, ecuatoriano de nacimiento, pero cubano de corazón, es parecida. Llegó a Cuba muy joven, atraído por las ideas de Fidel y de Martí. Entre sus principales motivaciones también estuvo el de continuar el legado de su tío, el periodista Carlos Bastidas, quien entrevistó a Fidel en la Sierra Maestra durante la gesta revolucionaria, y luego, al llegar a La Habana fue asesinado por un sicario de la tiranía batistiana.
Desde pequeño escuchó las historias de lucha del pueblo cubano. Leyó las palabras del Che y siempre se sintió parte de esta tierra. Extraña a veces la comida de su natal Esmeralda, pero se siente muy feliz de formar parte del colectivo de la emisora, donde es Jefe de Idiomas. “Radio Habana Cuba es mi hogar, yo le doy el 200 por ciento de mí… Cuando llegué aquí me gustó que podía decir la verdad sobre lo que estaba pasando en América Latina”, dice con convicción serena.
Bastidas, como todos le llaman, tuvo la oportunidad de vivir en los Estados Unidos. Estudió en Nashville, Tennessee y se graduó como ingeniero, pero el periodismo lo traía en los genes. Aquí completó su formación y se siente agradecido con todos aquellos que le enseñaron el camino a transitar.
Pero Roberto y Abdul no son los únicos. Ed Newman es norteamericano, nacido y criado en Kansas, aunque por su porte y la cadencia de voz, recuerda más a un caballero inglés. Coqueteó en sus años mozos con la isla, pues fue parte de las primeras cuatro caravanas de Pastores por la Paz que pisaron este suelo, acompañando al célebre Lucius Walker, y colaboró también con la Brigada Venceremos allá por la década de los ´70.
Tuvo una epifanía cuando fue entrevistado por su labor humanitaria en la misma radio en la que hoy trabaja y decidió quedarse en ella. En Radio Habana Cuba encontró también otro amor, su esposa, quien allí laboraba, y decidieron formar una familia más allá del colectivo que tanto aprecia. “Estaba haciendo en los Estados Unidos un trabajo de solidaridad con Cuba, de allá para acá, ahora lo hago de aquí para allá. Pienso que desde la radio puedo contar la verdad de Cuba al mundo. Es muy importante tener ese vínculo en inglés, en árabe, en francés, en portugués, como un puente de la amistad y de la verdad.” Parte de ese puente de amor está representado en su hija cubano-americana de 22 años, que trae música a su vida.
Aunque los tres provienen de culturas e idiosincrasias diferentes, comparten mucho en común: su pasión por la radio, el pensamiento de izquierda y lo más importante, su amor a Cuba. Llevan casi toda su vida en la estación, lugar que les ha brindado refugio y los ha ayudado a redefinirse como cubanos.
Familia es un idioma universal
Las transmisiones de RHC ocurren en horarios específicos. Inglés transmite durante una hora, mientras que la programación de los otros idiomas dura 30 minutos. El resto del tiempo se emite el contenido en español, todo por la misma frecuencia. Para Tania Hernández, su directora, ha sido un reto comandar las particularidades de cada uno de los departamentos, que no solo traducen las noticias, sino que crean contenidos que se ajustan al público que los escucha.
Tania trabajaba en el área de francés. Hace pocos años está a cargo de todo, pero hace más de 30 que labora en Radio Habana Cuba. Ese medio fue su primera experiencia laboral y lo sigue disfrutando como el primer día.
“En muchos momentos hacíamos encuentros culinarios en los que cada departamento aportaba un plato típico de la región o del país y participaban todos los trabajadores. Siempre ha sido muy divertido trabajar en los departamentos de idiomas. La gente aquí tiene mucho sentido de partencia; es un colectivo muy fiel. Llegan a RHC para quedarse, por suerte. Incluso jóvenes que se han enamorado de la emisora y están echando su suerte con nosotros”.
La nostalgia de tiempos mejores es común para los que allí trabajan, sentimiento que se acrecienta en estos tiempos de pandemia, cuando el teletrabajo es la orden del día y no pueden encontrarse en los pasillos donde han crecido como profesionales.
En estos 60 años muchas cosas han cambiado. Ya no se graba con cintas, llegó la era de la informatización y la emisora se ha convertido en un multimedio con significativa presencia en las redes sociales.
Algunos se han ido, otros están. Se extrañan las voces de figuras emblemáticas. Pero lo que no ha cambiado es la perseverancia del colectivo, evidencia de que Radio Habana Cuba más que un medio de comunicación; es, sobre todo, la unión de personas de diferentes orígenes que le han dedicado su vida a ese proyecto, como suele hacerse con la edificación de una familia.
Radio Habana Cuba, una emisora digna de seguir existiendo, Felicidades!!!, son momentos de levantar en alto el nombre y la dignidad de Cuba, en momentos donde cierta oposicion agresiva y extremista se ha atrevido a querer proponer cambiar el nombre de lo que considetamos simbolos de hechos trascendentales como la Plaza de la Revolucion o teatro Karl Marx, sirvan estos años continuar levantando.una voz por Cuba y la Revolucion Patria o Muerte Venceremos….
Radio Habana Cuba es y siempre será la voz de la revolución, un medio fundado por periodistas revolucionarios, Una Voz de Amistad que recorre el Mundo.