En lo que parece ser ya una saga mediática, WhatsApp continúa acaparando titulares desde que hace poco la red social de mensajería instantánea anunciara nuevos términos y condiciones de privacidad a sus usuarios, que incluyen compartir información de sus servidores con Facebook.
WhatsApp impuso como plazo para la aceptación de sus normas el pasado 8 de febrero, dejando entender que no aceptarlas significaría la suspensión de su servicio. Ante la avalancha de usuarios que, en cifra de tiempo récord, migró de la aplicación hacia otras como Telegram o Signal, la red social postergó hasta el 15 de mayo el cambio y anunció que revisa las condiciones.
En WhatsApp los datos de ubicación y el contenido de los mensajes de los chats se encuentran encriptados de punta a punta. “No podemos ver sus mensajes privados ni escuchar sus llamadas, tampoco lo puede hacer Facebook”, aseguraba una publicación de la compañía semanas atrás.
De blindajes y competidores
Zak Doffman, especialista en seguridad cibernética, aclaró este domingo en un artículo para la revista Forbes una manera de prevenir hackeos de las cuentas de la aplicación, a través de un cambio sencillo en los ajustes de WhatsApp.
Doffman enfatizó en que la mayoría de las personas que usan la red social no han efectuado el cambio, lo que compromete sus perfiles. Asimismo, recordó que el número de teléfono de los usuarios sirve de identificador en la aplicación, pero que la compañía solo chequea que la aplicación está instalada en un celular durante la primera instalación.
WhatsApp – señaló el especialista – envía un código SMS de 6 dígitos al número de teléfono indicado, así que los hackers pueden introducir este número y robarle la cuenta si logran conseguir el código a través de mecanismos de ingeniería social.
En este caso, para prevenir el robo de cuentas, la red social posibilita habilitar un sistema de “doble blindaje” en el que se establece también un código PIN – a modo de segunda contraseña- de seis dígitos dentro de la propia aplicación.
Doffman resalta que cualquiera puede ser estafado si alguno de sus contactos es hackeado, por lo que insta a los usuarios de WhatsApp a que introduzcan su código PIN para reforzar la protección de sus cuentas.
Sin embargo, a pesar de esta protección extra y raíz de su nueva política de privacidad, WhatsApp sigue haciendo “agua de usuarios”. Pavel Durov, cofundador de Telegram, dijo que tras el anuncio de WhatsApp su aplicación alcanzó 500 millones de usuarios, 25 millones ellos en solo 72 horas.
“Las personas ya no quieren cambiar su privacidad por servicios gratuitos”, ha referido Durov sin mencionar de manera directa a su rival, que asegura tener alrededor de 2 000 millones de usuarios, siendo la India, con 400 millones, el país en el que más presente está.
En esta cruzada mediática por la permanencia de la gente en las redes, más de un titular informativo viene favoreciendo a Telegram en las últimas semanas, y destacando funciones y posibilidades como su tipo de cifrado -que desgrana los datos en servidores de varios países-, sus notas de video, sus stickers animados, sus grupos multitudinarios – de hasta 200 000 participantes- y la posibilidad de crear canales.
Hay quienes han dado a WhatsApp por sentado y se han mudado de forma definitiva; hay quienes se mantienen activos en más de una red de mensajería instantánea a la espera de cómo evolucionan sus prestaciones y políticas de privacidad. Por lo pronto, no estar no parece una alternativa para la mayoría de los usuarios, en un mundo cada vez más hiperconectado y signado por las tecnologías.
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Con información de RT en Español y El Mundo