Era una santiaguera muy poco común. Silenciosa, casi tímida, la humildad como presentación y dispuesta para lo que hiciera falta. Adela Moro falleció hace un par de días y parece increíble que hoy no esté. Hasta casi el último momento estuvimos haciendo planes para mejorar las redes sociales de la revista Zunzún. He conocido pocas personas tan generosas como Adela, sin un ápice de ego excesivo, aunque llevaba casi 35 años de trabajo en la Editorial Abril.
Era una mujer que conocía al detalle el trabajo periodístico con los niños. Quizás porque estudió Sociología y desde muy pronto, después de graduada, se incorporó al departamento de Pioneros de la Unión de Jóvenes Comunistas. Ya en la Editorial Abril, fue ascendiendo callada, trabajadora, siempre disciplinada en el Departamento de Análisis, hasta llegar a la dirección de Zunzún. Adela lideró la revista por 15 años y fue muy celosa del legado de los fundadores, sin dejar de modernizarse con el uso de los nuevos recursos que ofrece el periodismo hipermedia. Junto a Diana Lio y Lys Alfonso Bergantiño concebimos hace unos meses el primer podcast infantil exclusivo de una revista en Cuba (Zunzuncito Podcast) y ella lo apoyó con todas sus fuerzas. La Editorial Abril y el periodismo gráfico cubano pierden en poco tiempo dos de sus columnas y aunque los que quedamos seguimos construyendo, estas pérdidas son muy sensibles para una institución como la nuestra.
La Casa Editora Abril tiene una tradición poderosa de liderazgo femenino que, hasta donde conozco, comenzó con Caridad Diego y Paquita Armas, continuó con Niurka Duménigo, Diana Lio, Lucía Sanz, pasando por Marietta Manso, Tamara Roselló y Mayra García, y hoy asumen mujeres como Iramis Alonso, Liset Franco y Annie Castillo por solo mencionar a las que han llegado a altos cargos de dirección.
Adela fue una de esas líderesas que engarzó las generaciones anteriores con las posteriores, casi sin imponer, de forma orgánica, solo con el ejemplo y la virtud. Cuento una anécdota para que se calibre mejor su calidad humana: En la reunión en la que el funcionario de turno vino a informar que me habían liberado como director de Somos Jóvenes, Adela, para sorpresa mía, se volvió una fiera y reclamó que era una injusticia y que deberían haber tenido en cuenta no solo el error cometido, sino el trabajo realizado y los resultados obtenidos hasta el momento. Esperaba esa reacción de mis mentores y así fue. Pero que la siempre disciplinada Adelita tuviera esa posición — que pudo haberle costado mucho sin ganar nada — selló mi lealtad para con un ser humano ejemplo de consagración como jefa, militante y trabajadora. Estoy orgulloso de haberla conocido, de bregar a su lado el tiempo suficiente como para admirarla con todo mi corazón. Adiós Capitana*, te seremos fieles.
*La Capitana Adela es un personaje de Zunzún.
Conocí a Adela como vecina y siempre vi en ella la persona más sencilla del mundo, amorosa con su familia en especial con su hija, madre y esposo, lamentamos de corazón su partida repentina, porque siempre demostró esa familiaridad del santiaguero de cuna. Que en paz descanse y compartimos el dolor de sus familiares y amigos.