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Boris Spasski, el décimo campeón mundial

Esta entrevista tuvo un desarrollo nada convencional, pero un tanto “a la fuerza” he querido incluirla, porque reúne el enunciado de la serie y se trata de una de las personalidades más importantes en la historia del ajedrez

Acudí a la Olimpiada de Dubai (Emiratos Árabes Unidos), en 1986. Un día de descanso decidí  salir a recorrer la ciudad y luego de mucho deambular me di cuenta de que llevaba horas andando y de que estaba totalmente perdido. Entonces descubrí un ómnibus de la organización del evento en un parqueo.

Fue como un oasis en el desierto. Me acerque y en el idioma universal de las señas, credencial mediante, me autorizaron a subir. Como si estuviera en La Habana, me ubique cerca de la puerta trasera y no habían transcurrido tres minutos cuando subió un segundo pasajero, que identifiqué de inmediato: Boris Spasski.

Pudo haberse quedado en la parte delantera, pero fue a instalarse justo frente a mí, ya que yo estaba sentado de lado. Me saludó cordialmente e inclinó su rostro hacia mi credencial, para ver el nombre del “Gran Maestro” que le era desconocido. Le ayudé diciéndole mi nombre, mi profesión y mi país.

-¡Cuba!, exclamó. Y empezó a hablarme de sus gratos recuerdos de Cuba, comenzando por la Olimpíada de La Habana, tan vistosa, tan organizada, tan colmada siempre de amantes del ajedrez y visitada por Fidel Castro…

De ahí dio un salto de cuatro años atrás, al primer Capablanca y me habló con admiración de la figura del Che Guevara, siempre presente. Me dijo que eran para él un tesoro sus fotos con el Che. También que era muy buen jugador, como aficionado…

Yo estaba feliz. Tenía como interlocutor nada menos que a Spasski y me decía cosas muy agradables de mi país y de mis héroes… Pero de pronto el primer tablero del equipo francés le dio un vuelco inesperado al encuentro: comenzó a hablar de política, nada favorable a su país de origen, y yo me dije: “Aquí se me fastidió mi entrevista”, porque mi periódico no iba a publicar aquello.

Ni yo tampoco. De hecho, voy a dejar inéditas algunas de sus opiniones, porque quiero que mis lectores mantengan la imagen agradable de Spasski que yo guardo y lo sigan admirando por gran ajedrecista y por la valiente carta que le envió a Bush cundo el arresto de Fischer en Japón.

Che observa a Spasski

Pero lo mejor viene ahora. ¿Cómo nos comunicamos? Pues yo le hablaba en ruso, que estudié hasta cuarto curso en la escuela Julio Antonio Mella, en La Habana, y Spasski me respondía invariablemente en francés, idioma que no conozco, pero que como lengua romance al fin, permite captar algunas ideas. A eso agréguesele una pizca de inglés y otra de español, sí como un tonel de señales, incluyendo algún sonido onomatopéyico.

Muy bien le entendí que le resultó una experiencia inolvidable el haber recorrido parte de Cuba con un grupo de ajedrecistas al finalizar el primer Capablanca, ofreciendo simultáneas entre Las Villas y Oriente, visitando la mismísima Sierra Maestra.

Spasski elogió nuestro equipo olímpico, con Grandes Maestros, y resaltó la figura de Jesús Nogueiras, que había sido candidato a la corona el año anterior. Poco más de media hora duró nuestra curiosa charla, hasta que el chofer subió, puso el ómnibus en marcha y nos llevó al hotel de cada uno. Fue un lujo conocer y “conversar” con el décimo campeón mundial.

Boris Vasilievich Spasski nació el 30 de enero de 1937 en Leningrado (San Petersburgo). Cuando los nazis atacaron Leningrado en 1941 fue evacuado junto con millares de niños y sobre rieles conoció el ajedrez. Luego de cuatro años en un hogar infantil regresó a su ciudad de origen.

No está considerado “niño prodigio”, pero daba simultáneas a los 10 años, la misma edad con la que le ganó un partida a Botvinnik. A los 16 se hizo MI, a los 18 campeón del mundo entre jóvenes y a los 19 Gran Maestro. Para la época son resultados de asombro a temprana edad. En este momento es el más longevo de los campeones mundiales.

Anécdota de Cuba

Spasski compitió dos veces en Cuba. Es fundador del Memorial Capablanca en 1962. Quedó invicto en 21 partidas. (11-10- 0: 16) y compartió el segundo escalón con Polugaevski, a medio punto de Najdorf. En la Olimpiada de 1966 defendió el segundo tablero de los campeones soviéticos aportando 10 unidades y quedó igualmente invicto. ¡36 partidas sin derrota!

Spasski vs Fischer en La Habana 66.

Pero en partidas no oficiales le sucedió algo inesperado. Es su primera estancia quiso conocer el Club Capablanca (Infanta y Humbolt). Le impresionó la cantidad de asistentes que pedían turno para alcanzar a combatir en un tablero. Lo reconocieron de inmediato y lo convidaron a jugar partidas rápidas. Aceptó y empezó a “despalillar” a sus oponentes, hasta que sucedió lo imposible: uno le ganó.

Se trataba de Rolando Vidal, conocido como Chopa. Luego de felicitarlo, el Dios caído le solicitó la revancha, pero el aficionado objetó una excusa y se marchó. Cuentan que Spasski iba casi cada noche del Habana Libre hasta el Club para tomar revancha, pero Chopa se escondía bien, porque quería, como lo logró, su score favorable sobre Spasski de por vida.

 Su anécdota preferida

En cierta ocasión le preguntaron cuál era su anécdota preferida y contó que en la Olimpiada de Varna 1962 estaba cerca de la partida de Miguel Najdorf y se percató de que le quedaban 10 jugadas para hacerlas en apenas un minuto, cuando mientras movía una pieza, una muchacha muy bonita, fotógrafa, le pidió que sonriera para tomarle una foto. Najdorf giró el rostro hacia ella, sonriendo, y aún le alcanzó el tiempo para ganar la partida.

Cuando se coronó campeón mundial

Spasski-Fischer en 1992

Fue el retador de Tigran Petrosian en abril-mayo de 1966 y cayó luego de las 24 partidas reglamentarias 12 ½ por 11 ½. Entonces el campeón esperaba tres años en el trono por un retador y en 1969 Petrosian tenía ante sí nuevamente el rostro de Spasski.

La partida 23 del segundo match comenzó el 16 de junio de 1969. Petrosian selló en posición perdida. Estaba obligado a ganar tanto esa como la última para poder igual el match, que perdía 10 a 12…

Al día siguiente, temprano en la mañana, suena el teléfono en la habitación de Petrosian. Era Spasski, quien le dijo; –Amigo Tigran, te llamo para felicitarte en tu cumpleaños 40. Quiero ser el primero…

Petrosian le respondió: –Gracias. Ahora iba a llamarte para anunciarte que me rendía en la partida sellada, y luego llamar a O’Kelly (el árbitro).

Spasski le interrumpe: –No, como regalo de cumpleaños te propongo tablas.

Y Petrosian le respondió: –Gracias. Entonces yo soy el primero en felicitarte como campeón mundial de ajedrez.

Cima de la fama

En tanto que campeón, le tocó el honor de ser el primer tablero de la URSS en el match contra el equipo Resto del Mundo, disputado en Belgrado en 1970 y que fue el primero en ser llamado Macht del Sigo, antes que se le diera el mismo nombre al duelo Fischer-Spasski de 1972. Empató a uno y medio con Larsen.

Defensa Siciliana… contra la lluvia.

Pero paradójicamente alcanzó la cima de la fama, más allá del ajedrez, cuando fue derrotado por Robert Fischer en Reykjavik, Islandia. Así y todo, Boris Spasski es uno de los más grandes ajedrecistas. Se asegura que posee un estilo universal. Otros prefieren llamarle ecléctico, capaz de ganarle a Tal en el campo de las combinaciones y a Petrosian empleando la profilaxis.

Spasski recibió los dos primeros Oscar del ajedrez (1968 y 1969). Periodista graduado, ha sido actor y también bromista, pues gustaba de hacer imitaciones de colegas.

Del campeón durante su reinado

Blancas: Boris Spasski – Negras: Dragoljub Ciric

Ámsterdam, 1970

1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cf3 Cf6 4.g3 Ae7 5.Ag2 0–0 6.0–0 c6 7.b3 Cbd7 8.Ab2 b6 9.Cbd2 Ab7 10.Tc1 Tc8 11.e3 c5 12.De2 Tc7 13.cxd5 Axd5 14.e4 Ab7 15.e5 Cd5 16.Cc4 Da8 17.Cd6 Axd6 18.exd6 Tc6 19.dxc5 bxc5 20.Cg5 Txd6 21.Tfd1 Ta6 22.De4 f5 23.Dc4 De8 24.Te1 Txa2 25.Txe6 Da8 26.Axd5 Axd5 27.Dh4 h6 28.Dxh6 Cf6 29.Txf6 1–0

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Jesús G. Bayolo
Es periodista e historiador del ajedrez, toda una autoridad del tema en Cuba.

3 thoughts on “Boris Spasski, el décimo campeón mundial

  1. Hola. Soy Sergio Negri de Argentina editor de un blog sobre ajedrez, cultura e historia. Nos gustó mucho la nota sobre Spaski la que hemos compartido con nuestros lectores (en https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2021/01/27/boris-spaski-el-decimo-campeon-mundial/). La hemos identificado gracias a Antonio Gude quien colabora regularmente con sus trabajos en nuestro sitio. Mucho nos gustaría también contar con los suyos para próximas entregas y, desde luego, le ofrecemos nuestro material de producción propia para que pueda difundirlo entre los aficionados cubanos. Un saludo muy cordial

  2. Yo tengo un bonito recuerdo de Spasski. Fui testigo de una anecdota suya durante el transcurso de una partida. Linares, 1981 si mal no recuerdo. En un lance del juego se percató de la presencia de una bella dama que casualmente estaba sentada junto a mi como espectadora. En mitad de la partida Boris bajó hasta el público para conocer a la dama en cuestión y le invitó a cenar. La dama se excusó con el pretexto de que estaba casada, a lo que Spassky respondió: “no soy celoso”.

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