El periodista y cineasta guatemalteco, Juan Passarelli, quería contarle al mundo quién era Julian Assange. Por eso no dudó en aceptar la invitación para filmar cómo funcionaba el proceso de revelación de los crímenes de la guerra en Irak. Era octubre de 2010 y sus cámaras comenzaban a guardar el trabajo del equipo de WikiLeaks, y las pruebas más dolorosas de un conflicto bélico: torturas y asesinatos deliberados a civiles por parte de los soldados norteamericanos.
Juan Passarelli habla desde Reino Unido, sistema de videoconferencia mediante, con el periodista y articulista de cine, Octavio Fraga. La conversación estrena “Diálogos en reverso”, un nuevo espacio de entrevistas de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) que busca dibujar lo imperceptible en torno a diferentes temas del periodismo y el cine documental.
La primera emisión precisó buscar el reverso de un tema tan controversial como necesario que expone Passarelli en su documental, “La guerra contra el periodismo: el caso de Julian Assange”, periodista australiano a quien no le ha sido concedida la libertad condicional, a pesar de que fue negada su extradición a Estados Unidos.
Pero ese tipo de riesgos, o miedos, no están en los planes de Passarelli, porque está seguro de que el movimiento internacional en favor del activista, “aún más fortalecido que el año pasado”, logrará liberarlo.
Su prioridad fue recordar que la historia de Assange no comenzó en el mes de septiembre cuando se celebró el primer juicio de extradición, sino hace diez años, desde que la Interpol emitió una orden judicial para su arresto. “El mundo de hoy -dice Passarelli- tiene una memoria histórica muy corta, además hay nuevas generaciones que no conocen a Assange y el porqué de su encarcelamiento”.
Octavio Fraga pregunta sobre la apropiación estética que hace Passarelli en su documental, ante lo cual el guatemalteco no titubea en aceptar que es un documentalista con poco sentido de la estética porque se centra más en la historia a narrar y con la cámara en mano su preocupación pasa a ser la de registrar “el mundo real y no un mundo ficticio” lleno de manipulaciones.
El mundo real que capta Passarelli apoya a Assange; no obstante, aún en él no se concerta una campaña dirigida por los políticos y medios de comunicación de cada país que protagonice la exigencia unánime de su libertad.
“La guerra contra el periodismo…” fue estrenado en 2020 y además estuvo nominado en la categoría de mejor película en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona. Sin embargo, Passarelli hizo el documental sin planear su presentación en festivales y concursos, pues -aduce- “cuando uno hace un documental para que gane premios, lo que genera es que el público en general no lo pueda ver hasta que el documental pierda su valor financiero”.
Y ese no era su interés. Por eso, al final, cuando Octavio Fraga le pregunta si podremos verlo en Cuba, su respuesta es tan categórica: “Los derechos de este documental no son míos, son del mundo”.