El periodista José Francisco Reinoso Zayas es el más destacado cancerbero cubano de fútbol de todas las épocas. Su actividad en las lides del músculo no impidió que estudiara periodismo en la Universidad de La Habana, y en Juventud Rebelde vivió la fase dedicada a las prácticas del programa docente. Me consta que estaba entre los más esforzados de aquellos jóvenes, varios de ellos atletas, que aspiraban ofrecer algún día, desde los diversos medios, informaciones, reportajes, crónicas, artículos y entrevistas que enlazaran testimonios, reflexiones, secretos…
Luego de las clases matutinas en las aulas, el adiestramiento o la competencia, el duchazo y, vencedor del cansancio, el guardameta iba por la noche hacia esa experiencia indispensable de la enseñanza: la universidad de la vida complementa lo académico de cualquier carrera. Al avanzar en dicho proceso, se le incluyó cubrir actividades. Por su bregar en lides nacionales e internacionales, se veía obligado a dejar de asistir a algunas clases. Al retornar, duplicaba los esfuerzos para empatarse con lo programado en la alta casa de estudios y en JR. Jamás falló.
Nació en Encrucijada, Villa Clara, bien lejos de una cuna dorada, mas con el oro de un hogar digno. No olvida como en su niñez observaba las clases de educación física o la lucha entres dos conjuntos en el área dispuesta para estos fines en una escuela privada de su localidad, imposible en su colegio público, o cuando jugaba al fútbol con cocos en lugar de balones.
La luz plena, con el triunfo verde olivo. Becado en la capital, como participante en los Primeros Juegos Escolares Nacionales, aún se emociona cuando recuerda el discurso inaugural de Fidel en el Consejo Voluntario Deportivo Eduardo Saborit, instalación devuelta al pueblo: había sido el Cinódromo donde se efectuaba esa juerga de apostadores de las carreras de perros.
Después de su brillante labor en las categorías escolar y juvenil, integró la selección grande del país. En su magnífica tarea entre los palos, sin negar las dotes naturales, pesaba el gran esmero durante el entrenamiento y una existencia sana, lejos de excesos. Algunos de sus logros en el reino de los goles: plata en los Panamericanos de San Juan 1979 y bronce en Cali 1971; oro en los Centrocaribes de Panamá 1970, Santo Domingo 1974 y Medellín 1978; olímpico en Montreal 1976 y Moscú 1980; en la capital de la URSS, el equipo llegó a cuartos de final.
En 1974, fue uno de los diez atletas cubanos más destacados. Por su brillo en la hexagonal de Honduras, noviembre de 1981, con vista al Mundial de España, junto a sus compañeros Ramón Núñez y Lázaro Amado Povea, resultó escogido para el todos estrellas. En los Centroamericanos y del Caribe de Medellín y en la fiesta continental de Cali, abanderado de su patria en la clausura. Lanzó la primera bola en la apertura de la Serie Especial de los 10 Millones en Villa Clara. Entre sus condecoraciones resalta la Orden al Mérito Deportivo.
Más allá de los galardones, como ser humano es mejor aún. Aunque quisieron contratarlo para que actuara en el equipo nacional de otra nación, siempre dijo no. Esa fidelidad vale más que todas las medallas de ese ámbito. Posee otra fortaleza: es hombre de opinión propia. Defiende sus criterios cueste lo que cueste. Y le ha costado. La inmensa mayoría de las veces ha tenido la razón. Si en alguna ocasión se equivocó en la forma o en otra le faltó el dominio pleno del problema, nunca ha partido de pasos oportunistas ni de cualquier otra maldad.
Reinoso ocupó varios años el cargo de comisionado nacional del balompié, y batalló por levantarlo, misión muy difícil. No alcanzó todo lo que quería. Es el primero en opinar que está insatisfecho por lo realizado. Antes, ya retirado del deporte activo, trabajó en el diario de la juventud cubana y, con posterioridad, en Prensa Latina. Llegó a ser en una etapa digno presidente del Círculo de Periodistas Deportivos de la Unión de Periodistas de Cuba. Valora mucho los premios conquistados en el Concurso José González Barros. Actualmente jubilado, continúa colaborando con la citada agencia, y forma parte del sector deportivo de la Unión de Historiadores de Cuba y acaba de escribir un libro sobre la historia del fútbol en nuestro país.
¿Porqué lo retiraron, tan prematuramentedel deporte activo, siendo el mejor portero de todos los tiempos, tronchándole así, sus sueños como deportista de una forma tan traumática. Esto debe haberlo afectado toda su vida.