Se cumplieron 15 años… Por estos días, entre el 1 y el 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata, Argentina, sesionó la IV Cumbre de las Américas organizada por la OEA. En oposición, los movimientos sociales latinoamericanos convocaron a la III Cumbre de los Pueblos.
Mar del Plata parecía una ciudad sitiada, el mar y el cielo estaban cubiertos de arsenal bélico. George W. Bush estaba allí con la intención de hacer cumplir su tarea de la XXVº Asamblea General de la OEA celebrada esa semana en La Florida para imponer el ALCA y los TLCs. Sin embargo, las cosas no le salieron bien. Nestor Kirchner, ya Presidente de Argentina; Hugo Chávez ya Presidente de Venezuela, hicieron saber que Latinoamérica ya era otra. El ALCA no triunfó. Y en la otra parte de la ciudad, junto al monumento de Alfonsina Storni, en las calles, los pueblos de todas partes del continente vinieron a pelear las nuevas batallas.
Aquel día amaneció con lluvia fina y fría. Era viernes 4 de noviembre. Estaba prevista la marcha que daría el cierre a la Cumbre de los pueblos, la noche antes Fidel había llamado al sitio donde se alojaba la delegación cubana y había dado la orden de que sucediera lo que sucediera, los cubanos saldrían a la marcha. Así fue. Fueron los primeros en llegar, la lluvia era tan pertinaz que tuve miedo de que nadie asistiera, pero empezó a sumarse la gente y la lluvia seguía, el encuentro final iba a ser en el estadio de Mar del Plata. Chávez estaría.
Parada junto a la cámara de reportera, el miedo no se iba, recuerdo al conductor argentino y sus palabras: “no tengas miedo, la gente da la banca”.Así fue, recuerdo la mujer con el bebé en el coche, tapado para protegerlo de la lluvia, ahí.
Cerca de las 10.30 de la mañana la marcha entró al estadio. Unas 40.000 personas unidas bajo la consigna de “repudio al ALCA, al imperialismo, a Bush y a su presencia en la Argentina”. Estaban las madres de la Plaza de Mayo, Maradona, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, estaba Silvio Rodríguez, Evo Morales. Al llegar, Chávez se sentó junto a Diego Maradona en las plateas del estadio, antes de hablar a todos. El cielo seguía gris, la mañana fea. Hubo cantos, discursos, danza, como son los encuentros entre los pueblos latinoamericanos.
Y llegó el turno de Chávez. Y pidió hacer a todos lo que decía Blanca Chancoso, la líder indígena ecuatoriana: soplar tres veces al cielo para que saliera el sol. Y así fue. ¡SALIÓ EL SOL! Chávez contó que poco antes de entrar en el estadio, había hablado con Fidel, que seguía la marcha por TELESUR y enviaba un saludo a todos. Y también narró que se despidió de él con una frase habitual: “Hasta la Victoria Siempre. Patria o Muerte, Venceremos”, y “Fidel, con voz emocionada, como un trueno que cruzó el Caribe, el Orinoco, el Amazonas, el río de La Plata y llegó hasta aquí, dijo: `Chávez, viva el Che'”.
El líder bolivariano confirmó la sentencia final: “Aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA”… “ALCA, ALCA, al carajo”… y el estadio entero entonó la consigna.
Ese día, Chávez anunció que a los pueblos americanos les toca “ser los parteros del nuevo tiempo, de la nueva historia, de la nueva integración, del ALBA”; construir una nueva alianza de pueblos, la Alternativa Bolivariana para las Américas.
Ese día, Fidel en todas las palabras entonadas, Chávez, con la magia leal de su carácter, Blanca Chancoso, con la sabiduría de los pueblos ancestrales que hizo salir el sol, ese día, Latinoamérica parió el ALBA.