El tiempo es un corcel que galopa despiadadamente, sin reservas, sin miedos. Ante él, todo envejece, sólo los recuerdos perduran como flores eternas, que nunca se deshojan. Angola es evocación de muchos, de los que partieron, de los que aún están. Esa tierra africana, con sus colores, ritos, cantos, dolores, muertes y esperanzas entró en la vida de los cubanos de forma impetuosa y para siempre.
Para mí no fue diferente. Siendo apenas una muchacha llegó a mi corazón. Aunque África estuviera lejos, uno respiraba su aire, apreciaba la furia de su selva, el sol caliente que quema la piel; sentía la risa o el llanto de su gente.
No había que estar en medio de la ciudad para escuchar el nombre de Angola.
El primero en cruzar los mares fue mi primo Miguelito. Partió y repetíamos que estaba metido en la selva. Nos parecía que estaba de paseo y casi lo creíamos, si no fuera porque a cada rato alguien rogaba para que nada malo le sucediera.
Cuando Miguelito apareció, lo vimos grande, aunque seguía siendo medio enano. Pero a nuestros ojos, era el héroe de la familia y no queríamos que hablara de muertos ni de heridos, ni de combates; la muchachada quería escuchar los cuentos de la selva africana, de las boas que había encontrado, o los leones de los que tuvo que esconderse. Sabe Dios cuantas pequeñas y grandes mentiras dijo para complacernos. La conversación prudente era con los grandes que abrían los ojos espavoridos cuando escuchaban las anécdotas.
Estaba aún en noveno grado cuando el novio de mi amiga Regla empezó su misión. Desde entonces, en la secundaria en el campo, en la cual estábamos becadas, esperábamos las noticias de Pedrito. Hasta el día en que se apareció y el pasillo central de la escuela se llenó de curiosos que querían ver a al héroe de Angola.
El 3 de noviembre de 1982, José Galá Falcón partió a tierra africana. Iba como francotirador. Tenía 18 años y un montón de sueños que cumplir. En la bodega y en el barrio, la familia hablaba de las cartas que no llegaban, de la fiesta que preparaban para su regreso. Un día llegó la noticia. “José murió”; expresó mi madre”. Y lo dijo también dolida porque lo había visto crecer y mencionó a Angola como si estuviera en la esquina del callejón de la casa, cómo si no hubiera que atravesar mucho mar o mucho cielo para llegar hasta allí.
Así fue entrando esa noble tierra en mi memoria, como casi una leyenda. Con los años, estaría más y más cerca, del corazón, de la geografía y de los sueños entretejidos entre cubanos y angolanos. En Angola aprecié la valentía de los internacionalistas cubanos, el cariño del pueblo angolano hacia los combatientes de nuestra querida Patria; lloré por los niños que quedaron huérfanos por la guerra; compartí la alegría de los pequeños cuando les entregábamos juguetes y, en periódicos ya amarillos por los años, escribí las crónicas de una epopeya que marcó por siempre a los cubanos.
*José Galá Falcón falleció el 2 de febrero de 1983, cuando se dirigía hacia la región de partida, para comenzar una operación a 55 kilómetros al norte de Cubango. Un tanque barreminas accionó una mina, a consecuencia de lo cual murió.
VERDE OLIVO EN MISIÓN INTERNACIONALISTA
Cuando la primera guerra surgió VERDE OLIVO EN COMBATE como boletín que tuvo como iniciadores a Jorge Risquet Valdés, entonces miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, el general Vecino Alegret que era el Jefe de la Dirección Política de la FAR y Carlos Cadelo que, además, gestionó el mimeógrafo, integraron el colectivo de realización los miembros de la Sección Política, conocí que notas y escritos de la guerra dejaron en sus páginas periodistas de los órganos nacionales de prensa de cubanos. El boletín se publicó entre los meses de diciembre de 1975 y marzo de l976.
VERDE OLIVO EN MISIÓN INTERNACIONALISTA fue el primer órgano de prensa cubano surgido en una Misión Internacionalista de prensa acreditado en la UPEP, su presidencia autorizó también crear la primera delegación en condiciones de una paz relativa. (En periódicos de este órgano de prensa están las constantes agresiones, las FAPLA siempre respondieron a las solicitudes de la dirección angoleña y los colabores civil, con el fusil al alcance de las manos, no interrumpieron sus labores junto a trabajadores y trabajadoras en sus puestos de de trabajo, cercanos a las trincheras.
Este órgano de prensa cada 6 meses, aproximadamente, creció la tirada y tamaño, realizó sus tiradas en la Imprenta Nacional de Angola, tenía una salida semanal, en ocasiones tiró dos números en algunas semanas con el extraordinario apoyo de trabajadores de la Imprenta Nacional Angoleña.
No faltó en las páginas del periódico comentarios históricos de la Historia de Angola, África, el Apartheid, noticias de la Reconstrucción Nacional, la colaboración civil y militar. Verde Olivo en Misión Internacionalista fue el puente informativo entre la prensa nacional de Cuba, precisamente, para publicar íntegramente los discursos del invicto Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, editoriales de Granma, y otras noticias desde Cuba que nos llevó a la ampliación del periódico. ¿Por qué? Verde Olivo en misión internacionalista fue el puente entre las informaciones de la prensa cubana y por esta vía enviamos trabajos periodísticos.
Nuestro órgano de prensa junto al corresponsal de la fílmica compartíamos esos momentos difíciles por carreteras, puentes para cubrir solo diré una de ellas: La Masacre de Cassinga, que contó con un puente aéreo para salvar vidas desde la zona de los campamentos de refugiados namibios, puente aéreo desde un lugar que no contaba con aeropuerto. Junto a nuestros corresponsales la presencia del corresponsal de Prensa Latina. Gracias a eso el mundo conoció con inmediatez y veracidad la magnitud de esa agresión.
¿Fue esta la única proeza de los médicos cubanos?
Nuestro grupo, inicialmente, lo integraron 4 compañeros de las FAR: Othoniel Gonzáles-Quevedo, Víctor Vázquez, Jorge Oliver, le siguieron los reservistas Leovigildo González, Carlos Castro, Juan Carlos Santos, Luis Sánchez Cordero.
La dirección angoleña y cubana comparte la idea de crear un programa radial en idioma español, como otros dedicados a las diferentes lenguas, dialectos de la Radio Nacional de Angola. El compañero Risquet nos encarga esta tarea y el reducido colectivo asume el compromiso. Emma Santana, trabajadora de la embajada, fue la voz femenina, Julio Batista, un incansable trabajador, realizó la voz masculina, redactores, además de los compañeros del periódico, Ana Cecilia García, María Julia Guerra, relevos de los dos primero grupos, meses después, con la salida de compañeros que cumplieron su misión, dejé en la redacción al tercero y cuarto relevo, lo presidió Mario Rivas, Alexis Cánova, Luis Sánchez. Conocí, que años después, estables en el colectivo estaban Freyda García, Cesar Arredondo, Rosalía Arnaez, Hilda Prieto, Elsa Blaquier. Fueron grupos que compartieron ideas, labores agregadas en su contenido de trabajo. Me parece que estos apuntes no pueden faltar cuando se hable de la Operación Carlota.
Doy fe de este escrito, aún no he fallecido. Fui fundador y director del Periódico Verde Olivo en Misión Internacionalista y del programa radial en idioma español durante tres años hasta que se decidió mi regreso a Cuba con felicitaciones, además de publicar en el libro Angola Desafíos todo lo dicho en este testimonio, el libro tuvo prologo de Rodolfo Puentes Ferro y como siempre la mirada del compañero Jorge Risquet Valdés.
Jorge Luis Rojo Mora periodista jubilado pero no retirado
Rojo, felicitaciones para usted y todos los colegas que escribieron sobre la hermosa historia de los internacionalistas cubanos, esas historia nos toca contarlas, para que queden en la memoria de las nuevas generaciones. Saludos.