“Nos dejó su estilo inconfundible de escribir, con elegancia,
brevedad y veracidad,
cada detalle de lo que pasaba por su mente.
Era un predestinado, pero él no lo sabía”.
Fidel Castro Ruz
Escribir más allá de una costumbre personal, era para Ernesto Che Guevara el espejo donde reflejaba sus ideas. En sus 39 años de vida siempre profesó en él este infinitivo que dejó de utilizar el 7 de octubre de 1967, cuando escribiera en las últimas líneas de su Diario de Campaña en Bolivia la siguiente idea: “La noticia parece diversionista”.
Resultaría casual que las palabras que cierren este apunte se refieran a la posible o no veracidad de una información y es que el Che siempre dio gran importancia a la prensa en la formación de estados de opinión; en este caso, avizoraba sobre el mal empleo de esta por los medios capitalistas, factor que provocó en alguna medida la destrucción de la guerrilla.
El joven Ernesto, capaz de practicar fútbol rugby y correr noventa minutos con un asma que cerraba sus pulmones; el Ministro de Industrias que cambiaba su oficina por manejar un tractor, el guerrillero, el mito, el héroe, el Che, también fue periodista.
Y no se trata de otorgar títulos que no le corresponden para simplemente reconocer todo lo que hizo por la libertad de Cuba y otros pueblos, sino por la verdadera calidad con que escribió artículos, reportajes, comentarios y crónicas.
Quizás su antecedente más directo con esta profesión fue cuando creara en el año 1951 junto a su hermano Roberto y otros amigos la revista deportiva Tackle, tercera publicación especializada en Rugby que se editara en Argentina.
Lo cierto es que dejó su huella en muchos medios de prensa latinoamericanos como lo es la Revista panameña Siete o en México, donde se desempeñó como fotógrafo y reportero de la Agencia Latina de Noticias, logrando dar cobertura a los segundos Juegos Panamericanos, realizados en ese país.
El período posterior a 1959 fue literariamente el más fecundo para el Che Guevara, pues a pesar de sus múltiples responsabilidades siempre encontró el necesario para escribir.
Fue así como en junio de ese mismo año funda junto a Ricardo Massetti la agencia de noticias Prensa Latina para que la verdad de la Revolución trascendiera la Isla y se rompiera el monopolio de información impuesto por los Estados Unidos de América.
Tiempo después, en abril de 1960, inició en Verde Olivo su sección habitual “Consejos al combatiente”, bajo el seudónimo de Francotirador, en la cual trató temas inherentes al proceso de transformación de aquel ejército guerrillero en una fuerza armada regular.
Fueron crónicas en las que desbordó su estilo, con frecuencia aguda, colmada de ironía y provisto de un fino sentido del humor. En los casi veinte artículos hizo énfasis en la necesidad de desarrollar en los militares valores tales como la disciplina, la moral y la solidaridad.
Estudioso y conocedor de la historia de Cuba, recurría dentro de sus textos a nombres y hechos heroicos, tratando de identificar a la revolución triunfante como continuidad de aquel pasado glorioso.
La versatilidad del periodista Ernesto Guevara lo condecora como un maestro en esta rama de las letras. Su vocación, que da sus primeros pasos en la adolescencia y se consolida con el triunfo revolucionario ratifica la calidad de sus escritos.
Su excelencia y estilo nos regalan hoy un manantial inagotable de consultas que fluirá como guía en el periodismo revolucionario del cual somos semilla. Gracias Che por demostrarnos una vez más tu grandeza.
(Tomado del periódico Ahora)