El periodista australiano Julian Assange corre un alto riesgo de suicidarse si es extraditado hacia Estados Unidos, según testificó este martes ante el tribunal londinense que procesa el caso, el psiquiatra Michael Kopelman.
“Considero que el riesgo de suicidio será muy alto si la extradición es inminente o ya sucedió”, declaró el profesor emérito en neurosiquiatría del King’s College, en la Universidad de Londres.
El experto, quien declaró de manera presencial en la sede de Old Bailey del Tribunal Central Criminal donde se celebra la segunda parte del juicio de extradición, dijo que el diagnóstico de Assange incluye “depresión clínica recurrente”, la cual ha variado de “moderada a muy severa” en distintos momentos del proceso judicial.
De acuerdo con una nota de AFP, el experto también mencionó la detección de trastornos autistas y psicóticos, a partir de las declaraciones del fundador de WikiLeaks quien manifestó estar escuchando voces que le decían: “Eres polvo, está muerto, venimos a buscarte”.
El representante legal del Gobierno estadounidense, James Lewis, interrogó a Kopelman para comprobar la veracidad de algunas afirmaciones de Assange y sugirió que podrían haber sido inventadas; sin embargo, el psiquiatra defendió las conclusiones médicas planteadas ante la magistrada del distrito, Vanesa Baraitser.
El Departamento de Justicia norteamericano pretende enjuiciar al ciberactivista bajo 17 cargos de espionaje y uno de piratería informática, los cuales representan 175 años de cárcel por la publicación en el portal WikiLeaks de miles de archivos secretos, entre ellos varios que confirman crímenes cometidos por el Ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
Debido a la pandemia de la COVID-19, no fue posible comenzar el proceso de extradición en la fecha prevista, por lo que el juicio comenzó este 7 de septiembre.
Assange, quien se encuentra en Belmarsh, una cárcel de máxima seguridad en Londres, desde su arresto en la embajada de Ecuador en abril de 2019, asiste al juicio en su contra en el interior de un cubículo encristalado al fondo de la sala, custodiado por dos guardias de seguridad y sin tener contacto directo con sus abogados.
El equipo de defensa del periodista dedicará los próximos tres días a presentar evidencias sobre el estado mental y la salud de su cliente.
La ley de extradición del Reino Unido estipula que una persona con problemas mentales no puede ser extraditada a otro país si se cree que la acción sería injusta u opresiva para el detenido.
Imagen destacada: The Times