LA UPEC POR DENTRO

En breve, videoconferencia “Batistato, Dictadura y Censura” desde la UPEC

Hoy, a partir de las 10:00 am, se inicia la videoconferencia “Batistato, Dictadura y Censura”. Desde la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) conversamos con periodistas que ejercieron la profesión durante la dictadura de Fulgencia Batista. Estamos transmitiendo a través de Jitsi Meet y con transmisión directa por Youtube.

Síganos aquí:

Intervienen:

Marta Rojas
Eduardo Yasells
Héctor Terry
Angel Sánchez Contreras
Orlando Guevara Núñez
Pablo Soroa
Antoni Marrero
Juan Emilio Batista Cruz
Luis Manuel Quesada Kindelán
Andrés García Suárez
Ofelia Robaina

Conmemoramos el Aniversario 67 del Asalto a los Cuarteles “Moncada”, de Santiago de Cuba, y “Carlos Manuel de Céspedes”, de Bayamo.

 

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

One thought on “En breve, videoconferencia “Batistato, Dictadura y Censura” desde la UPEC

  1. Intervención del periodista santiaguero Orlando Guevara Núñez, que por motivos técnicos no pudo hacerse en el evento de hoy, encuentro virtual “Batistato, dictadura y censura”.
    Por indicación de la presidenta de la UPEC provincial, Lourdes Palau, se envía a Cubaperiodistas.

    En primer lugar, mi agradecimiento por esta invitación a un evento que rememora momentos narrados por protagonistas, espectadores y estudiosos sobre el tema de la censura de prensa que hizo sistemática el batistato en Cuba.
    Me referiré a uno de los momentos más representativo de esa nefasta política. Se trata de los hechos del 26 de Julio de 1953.
    En esa ocasión, la censura de prensa en Cuba se convirtió, en realidad, en una censura de la verdad. En la propia Santiago de Cuba, la población no encontró en la prensa una información veraz sobre lo sucedido ese día.
    La única versión publicada, fue la de la tiranía batistiana. Explicaciones tergiversadas, plagadas de mentiras, de calumnias contra los asaltantes. Y se trató de ocultar la realidad de los asesinatos contra los asaltantes. Más que información, lo que primó fue la desinformación. ¿Qué pasó? era la interrogante de la población. Pero la esencia del tema era ocultada y falseada.
    La publicación de fotos sobre el escenario de los hechos fue de inmediato prohibida. Los propios periódicos expresaron su pesar ante tal censura. Y solo pudieron mostrarse las gráficas manipuladas por el gobierno, tomando como fuente al ejército.
    Los periódicos Oriente, Diario de Cuba y Prensa Universal, en Santiago de Cuba, fueron testigos de esa mutilación.
    La dictadura ejerció esa censura por métodos diversos. Uno, porque muchos e importantes medios estaban en manos de magnates del gobierno, incluyendo al propio dictador, al tiempo que Batista destinaba casi medio millón de pesos cada mes en subvencionar a la mayoría de los periódicos, lo que le garantizaba docilidad y obediencia.
    Otro método de censura fue imponerla a través de decretos y nombrando censores para cada medio censurado. Y un proceder más burdo; el asalto, la represión contra los medios y periodistas, además de destruir los talleres de impresión, como sucedió en Santiago de Cuba con la imprenta del Partido Socialista Popular. La Emisora CMKC, en más de una ocasión fue asaltada, maltratados sus trabajadores y clausurada.
    La población conoció la verdad no a través de la prensa, sino por lo que vio y vivió. Cierto es que, no pudiendo ocultar tan evidente verdad, algunos diarios santiagueros calificaron a los asaltantes como”ejército revolucionario que intentó tomar la fortaleza”. Pero no podían aún decir la verdad y evadir las mentiras de la tiranía.
    Es una realidad, sin embargo, que aún sin conocer en profundidad los hechos, la población de Santiago de Cuba se solidarizó con los asaltantes y salvó la vida de muchos de ellos.
    En esos días, uno tras otro, se publicaban partes sobre falsos combates en los cuales “caían en combate” los asaltantes, que habían sido asesinados luego de brutales torturas. Incluso llegó a publicarse la mentira sobre la muerte de Fidel, para justificar, cuando cayera preso, la orden terminante de asesinarlo.
    El entonces joven estudiante Frank País, fue de los primeros en buscar por sí mismo la verdad. Y al descubrirla escribió una demoledora denuncia titulada ¡ASESINATO! , por la cual permaneció varios días preso en el mismo mes de agosto.
    Nadie podía imaginar que algún tiempo después ese joven se convertiría en el máximo jefe clandestino nacional del movimiento revolucionario que adoptó el nombre de aquella valerosa acción, y que el 30 de noviembre de 1956, en Santiago de Cuba, comandó la primera acción armada de la juventud cubana después del asalto moncadista.
    A través del juicio a los asaltantes fue que poco a poco la verdad comenzó a abrirse paso, aunque en ese escenario también la censura desempeñó su papel de intentar silenciar el carácter revolucionario de la acción. Y muy pocos santiagueros tuvieron acceso a las sesiones judiciales.
    Como estrategia propagandística, la dictadura comenzó pronto a propagar la idea de la paz y la concordia nacional, a la cual se sumaron algunas organizaciones sociales. Paz, desde luego, que preservara el orden opresor existente. Sin embargo, el 26 de Julio de 1953 había nacido el inicio de la última etapa de lucha del pueblo cubano por su verdadera libertad e independencia.
    En aquella situación se crearon las condiciones para el surgimiento de la prensa clandestina que dijo la verdad al pueblo, explicó las razones de la Revolución, desenmascaró a la tiranía y convocó al pueblo al combate burlando la censura de prensa y la represión gubernamental.
    Muchos hombres y mujeres protagonistas de esa proeza, merecen ser recordados hoy. Todos pueden simbolizarse en cuatro nombres que aglutinados por Frank País, llegaron a ser responsables de propaganda del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la entonces provincia de Oriente.
    Por orden cronológico: Gloria Cuadras de la Cruz, quien mantuvo un combativo programa-Cuba Libre- en la emisora CMKC, que también fue clausurado; Enzo Infante Uribazo (Bruno) quien desempeñó luego otras importantes responsabilidades en la propaganda clandestina; José Nivaldo Causse Pérez (Guillermo), quien pasó más tarde al Segundo Frente Oriental Frank País y fue el primer director del periódico Sierra Maestra tras el triunfo revolucionario. Y Miguel Deulofeu Ramos (Leopoldo) quien asumió esa responsabilidad posterior a la Huelga de Abril de 1958, hasta la victoria rebelde de enero de 1959.
    Puede afirmarse que en realidad, la libertad de prensa durante la tiranía batistiana fue la libertad de ocultar la verdad, de decirla a medias y manipularla. La libertad de mentir. Y esa fue la libertad que destruyó la Revolución al convertir a los medios de comunicación en genuinos voceros del pueblo.
    Son hoy los medios de comunicación cubanos, un firme baluarte frente a las campañas imperiales contra nuestra Revolución. Siempre con la verdad, siempre al servicio del pueblo, siempre con apego a la ética, a la profesionalidad, y en manos de profesionales que se esfuerzan para hacerlos cada día mejores, y más efectivos defensores de las ideas socialistas, internacionalistas y antiimperialista. Una fortaleza inclaudicable en los combates presentes y los que están por venir.

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