COVID-19

La erradicación del coronavirus no será barata (+ vídeo)

Los avances registrados en el terreno de la investigación científica vinculados a la COVID-19, se han desencadenado a gran velocidad desde que el virus comenzó a expandirse por el mundo. Aproximadamente 200 candidatos vacunales están ya en desarrollo, y varios tratamientos consiguen salvar vidas.

Pero estos enormes saltos (dados en poco tiempo) no deberían llevarnos a una falsa sensación de seguridad, publica The Guardian, bajo el título “Olvida cualquier falsa sensación de seguridad: todavía estamos al comienzo de la pandemia global”.

Aunque los cierres nacionales han salvado muchas vidas —explica el autor del texto, Jeremy Farrar, director de Wellcome Trust, una organización benéfica de investigación biomédica con sede en Londres, Reino Unido—, el virus no ha desaparecido.

Comenta Farrar que, el camino para eliminar la COVID-19 está plagado de incógnitas. Por ejemplo, aun no se sabe “cómo evolucionará el virus, cómo se genera la inmunidad o cuánto tiempo dura”. Tampoco existe una vacuna preventiva, ni tratamientos que ayuden a evitar la hospitalización, o que eviten que los síntomas de la enfermedad empeoren.

Para ahondar en el análisis, el autor compacta datos demostrativos del por qué no es momento de confiarse; entre ellos, que “a nivel mundial, la pandemia se está acelerando y extendiendo a nuevas zonas de los EE.UU., América Central y del Sur, el sur de Asia y África”. Por otra parte, “más de 10 millones de casos y 500.000 muertes, ambos indudablemente subestimados, son hitos sombríos muy alejados de cualquier peaje final”.

Además, refiere el riesgo de rebotes y nuevas oleadas que corren todavía las naciones que han logrado reducir los casos de coronavirus. Y países como, “los Estados Unidos siguen siendo testigos de un aumento diario de las infecciones.

“La situación en el Reino Unido y los EE.UU., dos países que han sufrido un gran número de casos durante la pandemia, se balancea sobre un filo de cuchillo”.

Amenaza una segunda ola de COVID-19 en el invierno, que cae como espada de Damocles sobre toda Europa, “y en el Reino Unido en particular”, es enfocada por el autor como un indicador para que los gobiernos se tomen el tiempo de “dar un paso atrás y aprender de las experiencias de los últimos seis meses para evitar nuevas crisis”.

Precisa, asimismo, que necesario disponer de “un sistema robusto de pruebas, rastreo y aislamiento en las comunidades, escuelas, hospitales y centros de atención será vital para mantener este virus bajo control”.

Agrega que “los datos sobre la propagación del virus deben ser compartidos rápidamente con las autoridades de salud pública pertinentes y comunicados a las autoridades locales”.

La recopilación de datos no es suficiente, alerta. “Estos datos deben utilizarse para dar una respuesta rápida y planificada de antemano. Y esta respuesta debe ser confiable, dirigida por profesionales locales y dirigida a grupos y puntos de acceso específicos para prevenir la transmisión futura”.

Sin embargo —afirma Jeremy Farrar—, estas no son soluciones a largo plazo. “Asegurar vacunas y tratamientos efectivos contra la COVID-19 y fortalecer la salud pública son las únicas formas de poner fin a esta pandemia.

“Hasta que todos los países estén protegidos, todos estaremos en riesgo. Necesitaremos miles de millones de dosis de vacunas y tratamientos. Nada a esta escala se ha intentado antes, y la actual capacidad de fabricación y distribución no es ni de lejos suficiente para lograr tal hazaña”.

Resolvió Farrar que la erradicación del coronavirus no será barata. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los socios del Acelerador ACT, una colaboración mundial para compartir los costes y riesgos del desarrollo de vacunas y candidatos a tratamiento, han fijado ahora el coste total de este esfuerzo en 31.300 millones de dólares”.

Hasta la fecha —previno— se han recaudado 3.400 millones de dólares. “Esto es una fracción en comparación con los actuales costes humanos y económicos del coronavirus. Según el Fondo Monetario Internacional, la pandemia podría costar a la economía mundial unos 12.000 millones de dólares”.

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Flor de Paz
Periodista y Editora.

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