“En Cuba fueron aplicadas 36 medidas de carácter laboral, salarial y de seguridad social: crecen el trabajo a distancia y el teletrabajo; se reubicaron trabajadores en otros puestos y se ampliaron las garantías salariales a los que se encuentran en sus casas al cuidado de hijos menores, de adultos mayores y a aquellos en condiciones de fragilidad de salud o que no fue posible reubicar; se exoneró del pago de impuestos a más de 240 mil obreros del sector no estatal; se mantuvo el pago de las pensiones, y los trabajadores sociales prestan atención especial a las familias que lo requieren”.
Las palabras anteriores fueron pronunciadas por el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz Canel Bermúdez, y el panorama descrito fue el vivido en la Isla cuando la pandemia de la COVID-19 inició su propagación.
Durante su intervención en la Cumbre Mundial Virtual de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), acontecida hoy, el mandatario dijo que en Cuba nadie quedó desamparado y que en estos momentos existen condiciones para iniciar los procesos de recuperación y el camino hacia la nueva normalidad, “sobre la base de la más amplia participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones”.
Por otra parte, se refirió a las consecuencias del recrudecimiento de la política de bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos, dirigida a estrangular el comercio, el acceso a los combustibles y a las divisas internacionales.
Una política que no solo se ha mantenido durante esta etapa de amenaza epidemiológica, sino que ha ido ascendiendo en su acoso criminal a todo el pueblo.
Paralelamente, Díaz Canel aseguró que son innegables los devastadores efectos económicos que tendrá la enfermedad a nivel global, sumados a las duras reglas impuestas por el mercado; un contexto que se complejiza-como explicó el gobernante-por los años de capitalismo y política neoliberal.
Según los expertos-precisó-ya se han perdido 305 millones de empleos y 1 600 millones de trabajadores ven amenazados sus medios de subsistencia.
“El momento es dramáticamente serio y exige acciones coordinadas. Ni Gobiernos, ni trabajadores podemos cruzarnos de brazos. Y el colosal empeño al que debemos consagrarnos impone hallar soluciones que coloquen los derechos de los trabajadores como interés superior”, añadió.
Frente a la situación actual, el presidente cubano expresó que la OIT, con una amplia obra en favor de la justicia social, promoción del empleo digno y la protección de los trabajadores, puede “contribuir a ayudar al mundo del trabajo para dejar atrás la crisis causada por la COVID-19”.
Finalmente, Díaz Canel reiteró la voluntad de la nación caribeña de continuar fortaleciendo el multilateralismo, la solidaridad y la cooperación internacional, con el compromiso de continuar garantizando la protección de los derechos de los trabajadores.