“Los músicos, como parte de este pueblo, sentimos especial orgullo por el excelente sistema de salud existente en la Isla gracias al interés de la Revolución, a su programa por proteger la vida humana, expuesto antes del triunfo del Ejército Rebelde en el año 1959, en el histórico alegato del eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en La Historia me Absolverá, durante el juicio a los asaltantes al Cuartel Moncada. Gracias a ese proyecto, se han formado miles de médicos, enfermeras, científicos y otros trabajadores que salvaguardan la sanidad nacional y a la vez tienden su mano solidaria a casi 60 países de todas las latitudes”, dijo el reconocido y octogenario músico Pablo Águila Peñalver, director de la prestigiosa Orquesta de Pancho El Bravo, Patrimonio Musical de Cuba.
El distinguido violinista y vocalista graduado de nivel medio superior de Música en la especialidad de violín en la escuela Ignacio Cervantes enfatizó que “los músicos cubanos siempre estaremos junto a nuestro pueblo, en sus adversidades y sus éxitos. Por eso no es casual que durante estos meses de duro enfrentamiento a la Covid-19, mientras buena parte de nuestros compatriotas se han mantenido recluidos en sus hogares para evitar la propagación de la terrible pandemia que azota al mundo, numerosos grupos, solistas y orquestas de todo el país hayan contribuido al disfrute colectivo a través de la composición de obras que se ha trasmitido por las redes sociales, la televisión y la radio nacionales”.
La agrupación, fundada por el maestro Alberto Cruz (Pancho El Bravo), tuvo su debut el 21 de noviembre de 1959 en el Cabaret Tropicana, y alcanzó tres Discos de Oro, respectivamente obtenidos en los años 1959, 1990 y 1992. Muchos adultos, que ya lo eran durante los años en que sonaban los éxitos de esta charanga, aún recuerdan algunos de sus más sonados éxitos, entre ellos Bótate Na’ Ma’ y Tira Tira Callejero.
Antes de asumir la dirección de la Orquesta de Pancho El Bravo, Pablo se desempeñó en otras conocidas agrupaciones, entre ellas las charangas Ensoñación, Riviera, Pedrito Calvo, Siglo XX —donde trabajó durante más de 30 años—; mientras que los principales escenarios para la música popular bailable, y en importantes cabaret capitalinos, como Tropicana y los de los hoteles Capri, Riviera y Nacional, lo acogieron junto con algunas de las bandas donde se desempeñó.
El también timbalero y diestro ejecutor del guayo, las claves y otros instrumentos musicales, enfatizó que en estos momentos se encuentra recluido en su hogar “pues aunque no padezco de enfermedades significativas, por mi edad, la Covid-19 me declaró como de alto riesgo. Pero no he estado cruzado de brazos, en tanto me protejo, ensayo todos los días, y también he terminado algunos arreglos en los que venía trabajando para cuando todo esto pase reiniciar, con más fuerza, nuestra labor y seguir deleitando a nuestros bailadores en los espacios donde habitualmente actuamos”.
Pocos meses antes de morir, en diciembre del año 2009, Alberto Cruz (Pancho El Bravo) le expresó a este redactor: “Mi mayor anhelo no es vivir mejor, sino poder ver reanimada a mi orquesta, como en sus mejores años, para eso está en manos de Pablo Águila, un buen músico con mucho conocimiento y experiencia en la dirección orquestal. Hace poco los escuché por vez primera y puedo asegurar —agregó— que tienen la misma sonoridad de aquella charanga-charanga que fundé hace 50 años (…) Pablo ha logrado revivir el estilo de nuestra agrupación, y así devolver a la cultura cubana el legado que dejamos en la música popular”.
Junto a las más célebres agrupaciones de la década de los años 60 del pasado siglo —orquestas Aragón, Enrique Jorrín, Melodías del 40, Sublime, Maravillas de Florida, Original de Manzanillo y Pacho Alonso, y los conjuntos Rumbavana y Chapottín, entre muchos otros— entre los bailadores del Caribe y de otras latitudes se hizo imprescindible un nombre: Pancho el Bravo.
“No ha sido fácil cumplir el anhelo de Pancho el Bravo, pero creo que ya la orquesta se está haciendo sentir entre el público, sobre todo de la capital. Hemos revivido algunos números que hicieron época en los años 60 y también hemos incluido otros que atraigan el interés de los bailadores”, dijo el también autor de piezas conocidas como La zanahoria, Sedúceme, Barratín, Sinda Gisela y Muchachón muchachón, entre otras.
Pancho el Bravo quien enfatizó: “Aquí estoy, feliz de vivir en mi Patria, orgulloso de esta gran Revolución con la cual también nació mi orquesta”, llevó el estilo de su música a Europa, África y las Américas, y compartió escenarios internacionales con figuras como Oscar de León, Willy Rosario, Jerry Rivera… y otros muchos. Además acompañó a reconocidos vocalistas coterráneos, entre ellos Lino Borges, Fernando Álvarez, Elena Burke, Pedrito Calvo, Omara Portuondo, María Antonieta, Mundito González…
Este músico internacional fue bautizado por un locutor de los años 50 —antes de fundarse esta orquesta— con el mote de Pancho el Bravo, en alusión al vigor con que ejecutaba sus instrumentos musicales. Flautista, compositor musical y autor de la letra de reconocidos éxitos de la música popular cubana, nació el 7 de agosto de 1928 en Pinar del Río en el seno de una familia humilde que posteriormente se trasladó a vivir en La Habana. Pablo ha enaltecido su legado a la música popular bailable.