Más de 100 periodistas han sido objeto de ataques de la policía o de manifestantes desde el inicio de las protestas en Estados Unidos, como resultado de un clima de desconfianza en los medios alimentado por el presidente Donald Trump.
Según el sitio Press Freedom Tracker, más de 140 periodistas han sido atacados físicamente en una semana durante las protestas tras la muerte de George Floyd, la gran mayoría por parte de la policía. Esto es más que el total registrado en 2018 y 2019, según la base de datos del mismo sitio.
Al menos 33 de ellos fueron arrestados, como Gustavo Martínez Contreras, reportero del diario local de Nueva Jersey The Asbury Park Press, o Bridget Bennett, fotógrafa independiente de AFP en Las Vegas, liberada pero convocada a la corte a fines de julio.
Se debe “dejar de atacar deliberadamente a periodistas en el terreno”, instaron 28 asociaciones profesionales en una carta abierta dirigida a la policía.
Balas de goma, gases lacrimógenos, porras y escudos han sido utilizados “para atacar a (miembros de) la prensa como nunca antes en la historia de este país”, denuncian esas organizaciones.
En varias ciudades o estados, legisladores locales han tomado posición en contra de estos abusos. Para muchos, estos ataques repetidos son el resultado de un clima alimentado por el presidente estadounidense, quien acusa a la prensa diariamente de mentir y de manipular las informaciones para perjudicarlo.
Tom Jones, del Observatorio de Medios Poynter, reveló que durante años “advertimos que las palabras de Trump iban a ir más allá de la retórica y conducirían a la violencia”. A pesar de las circunstancias, “la policía está allí para proteger a los periodistas”, al igual que a los manifestantes pacíficos, “no para atacarlos”, observó Tom Jones.
Las palizas propinadas por oficiales de policía a varios periodistas australianos el lunes durante la evacuación apresurada del entorno de la Casa Blanca antes de que Donald Trump saliera de ella han sido un ejemplo claro de lo que está sucediendo, señalaron numerosos observadores.
“Afortunadamente no hemos resultado heridos, pero psicológicamente no es fácil”, dijo Dan Lampariello, reportero de WBFF-TV, una estación local de Fox.
En muchos casos, los periodistas que resultaron detenidos se identificaron oralmente como tales. Pero “a veces la policía no escucha, no le importa o incluso no le cree al periodista, porque cualquiera con una cámara puede decir ‘Soy de la prensa’ para aprovechar la situación”, analiza Patricia Newberry, quien también ejerce la docencia en la Universidad de Miami en Ohio.
También se conoció que resultó herida la periodista de la agencia Sputnik, Nicole Roussell, quien denunció que fue atacada con balas de goma mientras cubría las manifestaciones frente a la Casa Blanca. Fue pisoteada también. “Antes de que fuera baleada, dije verbalmente en varias ocasiones que yo era de la prensa. Además llevaba mi insignia de periodista colgada en el cuello”, subrayó, lo que fue denunciado por su agencia.
Liset García 3-6-20