Solo el 5 por ciento de la población española —2,3 millones de personas, frente a 47.100.396 habitantes —, tiene anticuerpos contra el nuevo coronavirus, indicó el Estudio Nacional Epidemiológico de la infección por SARS-CoV2 (ENE-COVID) en el país ibérico, informó lavanguardia.com.
La investigación, diseñada por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), con la colaboración de las comunidades autónomas, cuenta con la participaron 36.000 hogares de toda España y de unas 60.000 personas.
El muestreo realizado en el también llamado estudio de seroprevalencia ha proporcionado una representación a nivel provincial, autonómico y nacional. “Por provincia, este varía entre 900 personas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y 6.000 en Madrid, lo que permite estimar la seroprevalencia de COVID-19 con suficiente precisión en todas ellas”.
Dicho porcentaje nacional se diferencia de los territoriales. Por ejemplo, “en la zona centro, con Madrid y las dos castillas, la prevalencia alcanza casi al 15 por ciento y en Barcelona cerca de un 8 por ciento”.
A partir de los primeros datos, ya se sabe que no hay diferencias entre hombres y mujeres y que los menores son los que menos han estado en contacto con el coronavirus: entre el 1 y el 3 por ciento entre los que tienen menos de 10 años.
Marina Pollán, directora de la investigación, y del Centro Nacional de Epidemiología, explicó que “el 26 por ciento de las personas infectadas son asintomáticas”. Añadió asimismo que fue constatada una prevalencia del 8 por ciento entre quienes presentaron de 3 a 5 síntomas, como fiebre, dolor de cabeza, problemas respiratorios. “Si presentaban más de 5 síntomas, la prevalencia de infección fue del 14 por ciento. Entre las personas que habían señalado pérdida del olfato, el 43 por ciento estaba infectado”.
El reporte destaca que el objetivo del estudio es “estimar el porcentaje de la población española que ha desarrollado anticuerpos frente al nuevo coronavirus SARSCoV-2”. También, “evaluar de forma dinámica la evolución de la epidemia”. De manera que los participantes recibirán varias visitas de los investigadores “para determinar si desarrollan anticuerpos a lo largo 8 semanas”.
Haber centrado la investigación en hogares “permite el estudio de todas las personas que conviven en un mismo domicilio”. Esto facilita la representatividad de la muestra y hace posible “diferenciar entre las nuevas infecciones que se producen por trasmisión comunitaria y las que se puedan estar produciendo dentro de los hogares”.
La participación en el ENE-COVID implica lo siguiente: responder a un breve cuestionario y someterse a pruebas serológicas que determinan si hay presencia de anticuerpos frente al virus. “Se hace un test rápido de determinación de anticuerpos en sangre por inmunocromatografía para proporcionra datos sobre la posible infección en la persona estudiada.
“La sensibilidad de esta prueba, que sólo requiere de un pinchazo en el dedo, se estima que es superior al 80 por ciento, pero esta información relativa a su precisión diagnóstica se ha obtenido en grupos muy concretos de pacientes y se desconoce si puede extrapolarse al conjunto de la población”.
Por ello, “se consideró muy recomendable obtener una muestra de suero en todos los pacientes que den su consentimiento, indicó Pollán. “Gracias a estas dos pruebas, que combinan diferentes niveles de precisión, se obtiene un estimado poblacional de la presencia de anticuerpos del virus”.
Agrega la nota que, junto a estos dos estudios serológicos, los participantes en la pesquisa responden diferentes preguntas sobre síntomas y posibles fuentes de infección, mediante un cuestionario epidemiológico que se recoge a través de una aplicación web para facilitar el trabajo.
Los primeros resultados de este trabajo científico también fueron presentados por los ministros Salvador Illa, de Sanidad, y Pedro Duque, de Ciencia, junto a la directora del ISCIII, Raquel Yotti. (Tomada de Cuba en Resumen. Foto: La Vanguardia).