Desde hace poco menos de tres décadas, el quinto mes del calendario gregoriano y la ciudad cubana de Holguín se dan la mano en las Romerías de Mayo: un macro evento denominado también Festival Mundial de Juventudes Artísticas que, además de asentarse en la cultura holguinera — y cubana —, ha creado un gentilicio entre sus participantes y entusiastas, los “romeros”.
Ante la pandemia que vive el mundo, los organizadores del evento de la Asociación Hermanos Saiz (AHS), articularon alianzas y buscaron todos los subterfugios posibles para la realización de su edición de 2020, que transcurrió de manera exclusiva (desde la fecha fundacional) por las redes sociales y por los medios de prensa tradicionales.
“A pesar de las complejidades de la situación epidemiológica, no se podía apagar un evento tan grande, que nació en 1994, en pleno Período Especial. Así surgió la idea de hacerlo de manera virtual. Realizamos una convocatoria pública y nos llegaron materiales por correo electrónico, WhatsApp, Facebook y Telegram, con los que mantuvimos una programación en el entorno digital, y también en la radio y la televisión”, dijo Yasel Toledo Garnache, periodista y vicepresidente de la AHS.
Asimismo señaló como importante para la materialización de esta cita, recién concluida, el trabajo conjunto entre asociados, Maestros de Juventudes y Miembros de Honor de la AHS; organismos como el Instituto Cubano de Radio y Televisión e instituciones como el Ministerio de Cultura, la Unión de Periodistas de Cuba, la Unión de Informáticos de Cuba y las casas de altos estudios del país.
“Tuvimos conciertos, lecturas, exposiciones virtuales y un debate profundo sobre temas esenciales de la realidad cubana. Entre los foro-debates diarios —en el sitio web de la AHS—, la presentación de ponencias —en un grupo de WhatsApp—, sobresalió más el Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra, columna vertebral del Festival. Esos intercambios se socializaron luego a través de trabajos periodísticos en nuestra web”.
Mediante esta rutina, Yanetsy León González, periodista del rotativo camagüeyano Adelante, dio a conocer en el Memoria Nuestra su ponencia que revisita situaciones culturales, a partir de trabajos que ha publicado en el periódico, y que señalan peligros cuando se desatienden desde lo institucional prácticas, portadores y tradiciones populares.
Igualmente, la también vicepresidenta de la filial agramontina de la AHS, se enfrentó al desafío de reportar para la páginas culturales de Adelante esta edición atípica de la cita.
“Mi condición de ponente en el Memoria Nuestra me hizo participar del intercambio más constante y profundo. No podía aspirar a estar en todo, tuve que concentrarme en lo que presencié y en identificar las fuentes que me permitirían contrastar la información. Aproveché como periodista ese privilegio de contar y me alegra mucho que mi periódico estuviera dispuesto a publicarlo.
“Cada cual trasmitió el Romerías como lo vivió. Eso hizo posible un Festival construido desde la pluralidad de los afectos, las añoranzas y las utopías. A mí me encantó tanto que si el año próximo se hace en Holguín, no podrá dejar de estar en el ecosistema digital, porque de lo contrario lastimarán el Romerías que ayudamos a nacer y que nos salvó en contingencia sanitaria”.
Liset Prego Díaz informó a diario lo acontecido en esta edición para el periódico holguinero ¡Ahora!, una cobertura que para la periodista se movió entre la inmediatez y la atemporalidad, cuando algunos trabajos iban a la historia y las esencias del Festival. Los medios de prensa y las redes sociales se convirtieron en surtidores de nostalgias, mientras la añoranza por el evento presencial surgía en instantáneas y materiales audiovisuales.
La joven hizo entrevistas online y por teléfono, y utilizó fuentes pasivas digitalizadas como la prensa escrita. Pero sobre todo, subrayó que este constituyó un ejercicio informativo de construcción colectiva, porque fueron los romeros de todas partes los que garantizaron que sus experiencias y recuerdos se convirtieran en contenidos periodísticos.
“Hay muchos códigos establecidos en Holguín que son eminentemente romeros: el hacha, la cruz, la oda a la alegría. Recontextualizados, son hoy epíteto de la provincia; no vivirlo el evento en vivo fue una fuerte evidencia de lo que nos ha quitado el coronavirus, pero nos mostró otro camino para coincidir”.
Esta versión digital — acentuó Yasel Toledo Garnache — al igual que las anteriores, significó un reto organizativo, junto al cumplimiento de la programación y lograr ser lo más inclusivos posibles.
“Tal vez fue esta la ocasión en que más artistas participaron, muchos sumados desde sus perfiles personales en las redes sociales. Las Romerías son también un sentimiento, una voluntad, una rebeldía de jamás dejarse vencer por las dificultades. Simboliza los sueños y el atrevimiento inteligente de los jóvenes creadores cubanos y de la AHS. Muchas de las iniciativas implementadas en esta edición se deben mantener siempre”.