Ricardo Ronquillo, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), envió su agradecimiento a todos los medios y periodistas del país por la labor que están desempeñando en estos momentos de crisis, y dijo sentirse orgulloso de este trabajo.
En entrevista exclusiva con la ACN Ronquillo dijo que toda su confianza en nuestros medios está basada en que los periodistas cubanos tienen resortes éticos y deontológicos, que forman parte de los principios de la prensa revolucionaria: no somos amarillistas, ni violamos la privacidad de los involucrados, y esto le da una ventaja ética al periodismo cubano.
Estamos cumpliendo nuestra función social, sin crear alarma, pero informando por todos los medios posibles: están haciéndose nuevas revistas, noticieros especiales, trabajos en los centros de investigación y en cada momento se está brindando información oportuna para ayudar a elevar la percepción del riesgo, comentó a la ACN.
Refiriéndose a estas nuevas maneras de comunicar analizó que las conferencias de prensa no eran comunes en Cuba, pero se ha probado su efectividad por estos días y también se ha demostrado que había una necesidad de una mejor comunicación entre los voceros de las instituciones y la prensa para un mejor trabajo colectivo, lo que ya se está concretando.
Los medios, al publicar información veraz, se han vuelto más creíbles, de manera que la gente los consulta más, y aunque hay informaciones falsas que pretenden desinformar, las personas están aprendiendo a discernir, por lo que consultan más los medios oficiales, por ejemplo: Cubadebate ha reportado millones de vistas en su plataforma, una cantidad record de visitas.
Asegura el presidente de la UPEC que esto no es todo mérito de los medios, pues las instituciones están haciendo bien su trabajo, lo que denota que se trabaja mejor en consecuencia con la nueva política de comunicación.
Y es que en momentos como este, los medios públicos cubanos pasan a formar parte del sistema de la Defensa Civil y trabajan en consecuencia, y el país cuenta con la experiencia en el enfrentamiento a situaciones excepcionales, desastres y pandemias, fortaleza que hasta la OMS reconoce, ya que el nuestro es un sistema entrenado que sabe cómo alertar, dictar medidas y prevenir.
A su entender esto se debe a que en Cuba existe un sistema de medios públicos con alta sensibilidad y responsabilidad social, y ese es justo el papel de la prensa: ser una conexión entre las personas y las instituciones públicas y ahora esa relación resulta excepcional, se ha demostrado con la pandemia.
Los medios en este momento están enfrascados en dos tareas: el enfrentamiento al COVID-19 y la lucha contra las campañas de manipulación y tergiversación de los Estados Unidos y en medio de todo eso hemos demostrado que somos capaces de dar información confiable ya que nuestros profesionales son responsables y comprometidos, agrega.
Aunque se ha tratado de desacreditar a Cuba, han perdido credibilidad quienes así actúan, pues la información oficial ha sido precisa y directa y esto se debe a que los dirigentes están aterrizados, escuchando al pueblo, con preocupación social, y respondiendo a peticiones y reclamos populares, lo que ha hecho que el enemigo se encuentre en total desventaja, y algunos han tenido que cambiar su lenguaje y su discurso.
Ronquillo se refirió también a que, aunque el papel de la UPEC en el enfrentamiento a la nueva pandemia pasa por mantener a las personas informadas, también debe proteger a los periodistas y personas que trabajan con la organización, por lo que hay menos personas trabajando en la organización y para ella, al menos de manera física, aunque se ha pedido que en estos tiempos se organice la creatividad y la capacidad innovadora para enfrentar la epidemia.
Como se hace necesario mantener la vitalidad de la organización, afirmó que los periodistas tienen que estar en la calle porque es parte de su trabajo, y relacionarse con poblaciones de riesgo y grupos vulnerables, ya que interactúan con el personal de salud, con pacientes, con instituciones relacionadas con el tratamiento, y tienen un permanente contacto social, por lo que hay que cuidarlos, para que no enfermen ellos ni sus familiares.
Queda ahora lograr entre todos que la enfermedad no avance y que no pasemos a otras etapas de contagio, para no tener que afrontar una crisis sanitaria.
Aunque el país se encuentre preparado para otras etapas, y aunque hay que pagar el saldo de las personas que entraron antes de que se regularan las fronteras, ya las medidas están tomadas y si se aíslan a todos aquellos que provienen del exterior la enfermedad podría detenerse y para eso trabajan los medios, para frenar este avance basados en la comunicación que también ha sido parte del éxito de otros países que han contenido la enfermedad.